Cultura
Tate advierte de daños en pinturas al acrílico
La galería londinense presentó un informe detallado sobre las afectaciones en esas obras debido a su alta vulnerabilidad a los cambios en la temperatura
LONDRES, INGLATERRA.- La galería Tate advirtió en un informe de los daños que pueden sufrir las pinturas al acrílico por su extrema vulnerabilidad a los cambios rápidos de temperatura, al polvo y otras impurezas.
Desde comienzos de los años sesenta del siglo pasado, los artistas de todo el mundo han utilizado, cada vez con mayor frecuencia, las emulsiones acrílicas hasta el punto de que éstas representan aproximadamente el 50 por ciento de las ventas de pinturas.
El acrílico se ha convertido asimismo en el principal medio de imprimación para los lienzos, por lo que se ha vuelto cada vez más acuciante la necesidad de estudiar los problemas de conservación que plantea un medio que cumplirá pronto los cincuenta años.
El informe, publicado por la Tate en colaboración con la aseguradora AXA, da una serie de consejos destinados a museos y coleccionistas de ese tipo de obras.
Advierte, por ejemplo, de que las pinturas acrílicas son más vulnerables a los daños en la superficie, al calor procedente de la iluminación del local y al polvo.
Recomienda mantener el ambiente del cuadro lo más estable posible, idealmente entre 15 y 25 grados centígrados y con una humedad relativa del 40 al 60 por ciento.
Además, el informe señala que los rápidos cambios de temperatura y humedad pueden ser tan nocivos como los valores extremos.
Advierte contra el uso para limpiar las obras de paños húmedos o impregnados, ya que las superficies de las pinturas al acrílico son tan delicadas que pueden dañarse de modo irreversible.
Asimismo recomienda no manejar los cuadros que aún no tienen marco sin guantes y utilizar los de algodón, vinilo e incluso de cuero suave para evitar en todo lo posible el contacto con la superficie de la pintura.
Los expertos de la Tate examinaron, entre otras cosas, un "surfactante" , material similar a un detergente que estabiliza la pintura mientras está húmedo, pero puede aflorar y producir un tono grisáceo al secarse, lo que atrae el polvo y la suciedad.
Los tratamientos de limpieza a base de agua pueden eliminar rápidamente ese material y no parecen afectar negativamente a la conservación de las pinturas, señala la Tate en un comunicado sobre el estudio, bautizado como el Tate AXA Art Modern Paints Project.
Según la galería, el desarrollo de una estrategia que permita hacer un seguimiento y una valoración del modo de aflorar ese surfactante para mejorar su eliminación en las obras de arte tendrá un impacto duradero en su conservación.
Desde comienzos de los años sesenta del siglo pasado, los artistas de todo el mundo han utilizado, cada vez con mayor frecuencia, las emulsiones acrílicas hasta el punto de que éstas representan aproximadamente el 50 por ciento de las ventas de pinturas.
El acrílico se ha convertido asimismo en el principal medio de imprimación para los lienzos, por lo que se ha vuelto cada vez más acuciante la necesidad de estudiar los problemas de conservación que plantea un medio que cumplirá pronto los cincuenta años.
El informe, publicado por la Tate en colaboración con la aseguradora AXA, da una serie de consejos destinados a museos y coleccionistas de ese tipo de obras.
Advierte, por ejemplo, de que las pinturas acrílicas son más vulnerables a los daños en la superficie, al calor procedente de la iluminación del local y al polvo.
Recomienda mantener el ambiente del cuadro lo más estable posible, idealmente entre 15 y 25 grados centígrados y con una humedad relativa del 40 al 60 por ciento.
Además, el informe señala que los rápidos cambios de temperatura y humedad pueden ser tan nocivos como los valores extremos.
Advierte contra el uso para limpiar las obras de paños húmedos o impregnados, ya que las superficies de las pinturas al acrílico son tan delicadas que pueden dañarse de modo irreversible.
Asimismo recomienda no manejar los cuadros que aún no tienen marco sin guantes y utilizar los de algodón, vinilo e incluso de cuero suave para evitar en todo lo posible el contacto con la superficie de la pintura.
Los expertos de la Tate examinaron, entre otras cosas, un "surfactante" , material similar a un detergente que estabiliza la pintura mientras está húmedo, pero puede aflorar y producir un tono grisáceo al secarse, lo que atrae el polvo y la suciedad.
Los tratamientos de limpieza a base de agua pueden eliminar rápidamente ese material y no parecen afectar negativamente a la conservación de las pinturas, señala la Tate en un comunicado sobre el estudio, bautizado como el Tate AXA Art Modern Paints Project.
Según la galería, el desarrollo de una estrategia que permita hacer un seguimiento y una valoración del modo de aflorar ese surfactante para mejorar su eliminación en las obras de arte tendrá un impacto duradero en su conservación.