Cultura
Recuerda Chicago a Louis H. Sullivan constructor que le dio vida
La idea y ejecución de una estructura de acero con protección contra incendios, fue el legado que dejó este arquitecto estadounidense
CIUDAD DE MÉXICO (02/SEP/2011).- Con más de 139 años de vida, aún se encuentra en pie la Escuela de Chicago, una construcción que dio vida a su ciudad, y que le permitió fama y reconocimiento al arquitecto Louis Henry Sullivan, quien en este año se celebra el 155 aniversario de su natalicio.
La idea y ejecución de una estructura de acero con protección contra incendios, fue el legado que dejó este arquitecto estadounidense.
Louis Henry Sullivan nació el 3 de septiembre de 1856. Fue hijo de padre irlandés y de madre suiza, pero de origen francés, que emigraron a Estados Unidos.
Su juventud la pasó con sus abuelos en la campiña de Boston. Estudió en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, en Cambridge, y asistió al estudio de Frank Furness Hewitt, en Filadelfia, además fue alumno en Chicago del ingeniero William Le Baron Jenney.
Vivió en París entre 1874 y 1876, allí asistió a la Ecole des Beaux Arts y a los cursos de Joseph-Auguste-Emile Vaudremer, seguidor de Viollet-le-Duc.
Regresó a Estados Unidos llevando consigo el rechazo por el academicismo arquitectónico imperante por aquel entonces en Europa, pero también el entusiasmo y la admiración por el riguroso método racionalista de concepción de proyectos y composición introducido por la escuela francesa.
Llegó y se estableció en Chicago, ciudad que era reconstruída por un incendio ocurrido en 1871. Durante este tiempo laboró en el estudio del ingeniero Fredrik Baumann, ocupándose sobre todo de problemas estructurales relativos a las grandes obras, como puentes y viaductos.
En 1879 entró a formar parte del gabinete de proyectos de Dankmar Adler, del cual se convertiría en socio en 1881. Durante esta época se le comenzó a considerar como un exponente destacado en la construcción de la Escuela de Chicago, es decir, del que sería uno de los más importantes movimientos protorracionalistas de la arquitectura moderna, junto con John Root, D. H. Burnham, Martin Roche, además del precursor Le Baron Jenney.
Tuvo como alumno a Frank Lloyd Wright, que por aquel entonces tenía 19 años y había entrado en 1887 en el estudio de Adler como diseñador, después de haber abandonado los estudios de ingeniería civil iniciados en la Universidad de Madison y de haber trabajado con el arquitecto J. C. Silsbee, en Chicago.
Para 1895, Sullivan se separó de su socio y, habiéndose dado a la bebida, pasó sus últimos 25 años olvidado casi por completo en un pequeño hotel de Chicago, donde Wright y algún otro amigo iban a visitarlo para discutir sobre temas de arquitectura.
En este periodo, la actividad de Sullivan se centró en la reflexión teórica sobre la propia experimentación arquitectónica, no apartándose por completo de las construcciones, ya que realizó algunas pequeñas, en comparación a sus rascacielos (soñados), con los que comenzó.
Publicó en el 'Journal of the American Association of Architects', entre 1901 y 1902, los 'Kindergarten Chats', diálogos en los cuales dos personajes ideales e imaginarios, el maestro y un alumno, discuten acerca de las teorías arquitectónicas de Sullivan.
Un año después volvió a publicar, por entregas en el mismo periódico, la primera redacción de su obra teórica de mayor alcance, 'La autobiografía de una idea', en la cual Sullivan trazaba el desarrollo de su propia búsqueda, ligada ideal y simbólicamente a la tradición pionera y a las aspiraciones democráticas de la nueva sociedad americana.
Pero fue para 1924 cuando sale a la luz la segunda y definitiva redacción de la obra en un único volumen. Ese mismo año, en Washington, se vio el último trabajo de Louis Henry Sullivan, 'Un sistema de ornamento arquitectónico', ilustrado con una espléndida serie de 19 dibujos.
Las teorías de Henry Sullivan se caracterizan, dicen, por un espíritu de profunda unidad, en las cuales la estructura, la composición y la decoración parten de una misma idea funcionalista, casi de naturaleza simbótica, que penetra e integra el edificio entero hasta en sus más mínimos detalles.
Se distingue a este arquitecto estadounidense de los otros exponentes de la Escuela de Chicago, por la perfección y clasicidad formal de sus volúmenes urbanísticos.
Además de que sus construcciones estaban caracterizadas por la estereométrica pureza de volúmenes con profundas hendiduras en su superficie, dotados de potentes cornisas y decorados con ligeras tramas decorativas.
Louis Henry Sullivan murió a los 67 años de edad, el 14 de abril de 1924, dejando como legado el estudio de la arquitectura.
La idea y ejecución de una estructura de acero con protección contra incendios, fue el legado que dejó este arquitecto estadounidense.
Louis Henry Sullivan nació el 3 de septiembre de 1856. Fue hijo de padre irlandés y de madre suiza, pero de origen francés, que emigraron a Estados Unidos.
Su juventud la pasó con sus abuelos en la campiña de Boston. Estudió en el Instituto Tecnológico de Massachusetts, en Cambridge, y asistió al estudio de Frank Furness Hewitt, en Filadelfia, además fue alumno en Chicago del ingeniero William Le Baron Jenney.
Vivió en París entre 1874 y 1876, allí asistió a la Ecole des Beaux Arts y a los cursos de Joseph-Auguste-Emile Vaudremer, seguidor de Viollet-le-Duc.
Regresó a Estados Unidos llevando consigo el rechazo por el academicismo arquitectónico imperante por aquel entonces en Europa, pero también el entusiasmo y la admiración por el riguroso método racionalista de concepción de proyectos y composición introducido por la escuela francesa.
Llegó y se estableció en Chicago, ciudad que era reconstruída por un incendio ocurrido en 1871. Durante este tiempo laboró en el estudio del ingeniero Fredrik Baumann, ocupándose sobre todo de problemas estructurales relativos a las grandes obras, como puentes y viaductos.
En 1879 entró a formar parte del gabinete de proyectos de Dankmar Adler, del cual se convertiría en socio en 1881. Durante esta época se le comenzó a considerar como un exponente destacado en la construcción de la Escuela de Chicago, es decir, del que sería uno de los más importantes movimientos protorracionalistas de la arquitectura moderna, junto con John Root, D. H. Burnham, Martin Roche, además del precursor Le Baron Jenney.
Tuvo como alumno a Frank Lloyd Wright, que por aquel entonces tenía 19 años y había entrado en 1887 en el estudio de Adler como diseñador, después de haber abandonado los estudios de ingeniería civil iniciados en la Universidad de Madison y de haber trabajado con el arquitecto J. C. Silsbee, en Chicago.
Para 1895, Sullivan se separó de su socio y, habiéndose dado a la bebida, pasó sus últimos 25 años olvidado casi por completo en un pequeño hotel de Chicago, donde Wright y algún otro amigo iban a visitarlo para discutir sobre temas de arquitectura.
En este periodo, la actividad de Sullivan se centró en la reflexión teórica sobre la propia experimentación arquitectónica, no apartándose por completo de las construcciones, ya que realizó algunas pequeñas, en comparación a sus rascacielos (soñados), con los que comenzó.
Publicó en el 'Journal of the American Association of Architects', entre 1901 y 1902, los 'Kindergarten Chats', diálogos en los cuales dos personajes ideales e imaginarios, el maestro y un alumno, discuten acerca de las teorías arquitectónicas de Sullivan.
Un año después volvió a publicar, por entregas en el mismo periódico, la primera redacción de su obra teórica de mayor alcance, 'La autobiografía de una idea', en la cual Sullivan trazaba el desarrollo de su propia búsqueda, ligada ideal y simbólicamente a la tradición pionera y a las aspiraciones democráticas de la nueva sociedad americana.
Pero fue para 1924 cuando sale a la luz la segunda y definitiva redacción de la obra en un único volumen. Ese mismo año, en Washington, se vio el último trabajo de Louis Henry Sullivan, 'Un sistema de ornamento arquitectónico', ilustrado con una espléndida serie de 19 dibujos.
Las teorías de Henry Sullivan se caracterizan, dicen, por un espíritu de profunda unidad, en las cuales la estructura, la composición y la decoración parten de una misma idea funcionalista, casi de naturaleza simbótica, que penetra e integra el edificio entero hasta en sus más mínimos detalles.
Se distingue a este arquitecto estadounidense de los otros exponentes de la Escuela de Chicago, por la perfección y clasicidad formal de sus volúmenes urbanísticos.
Además de que sus construcciones estaban caracterizadas por la estereométrica pureza de volúmenes con profundas hendiduras en su superficie, dotados de potentes cornisas y decorados con ligeras tramas decorativas.
Louis Henry Sullivan murió a los 67 años de edad, el 14 de abril de 1924, dejando como legado el estudio de la arquitectura.