Cultura
Nostalgia por El Cine del Bosque
Para recordar uno de los últimos cines independientes en la ciudad, El Proyecto Lázaro organizó una proyección callejera junto al lote de la Avenida López Mateos Sur
GUADALAJARA, JALISCO (19/NOV/2011).- El 22 de julio de 1977, el Cine del Bosque abrió sus puertas al público por iniciativa de Francisco Cárdenas, y durante 33 años se distinguió por ser un espacio cinematográfico independiente con una programación que escapaba a las súper producciones de Hollywood, privilegiando un cine más sensible, artístico y reflexivo.
Para rendir homenaje a este lugar de culto en la ciudad, que cerró sus puertas definitivamente el pasado 5 de agosto de 2010, el Proyecto Lázaro convocó a algunos de sus clientes asiduos, trabajadores de toda la vida y público en general, para ver un documental realizado por los estudiantes de Signos, compartir testimonios y recuerdos, y finalmente ver en conjunto la película Cinema Paradiso (Giuseppe Tornatore, 1988).
Cerca de 30 personas acudieron a la cita pesar del frío que ya se comienza a sentir durante las noches. La coordinadora de Lázaro, Bettina Monti, explicó que desde un principio se buscó que este evento tuviera un carácter más íntimo. "El patrimonio cultural no solo está en las paredes sino en los testimonios de la gente y lo que yo quería era juntarlos a todos para compartirlos en el sitio, en lugar de ir a la casa de cada quien".
Los materiales videográficos fueron proyectados sobre una tela montada en la reja que rodea el terreno donde estuvo el cine, y sobre la calle fueron instaladas unas gradas para que la gente pudiera sentarse. Algunas fallas técnicas impidieron que la actividad comenzara puntual, pero cerca de las 20:40 horas finalmente apareció en la recién instalada pantalla el trabajo documental sobre el Cine del Bosque realizado por alumnos de la escuela secundaria y preparatoria Signos.
En éste se compartieron los testimonios de algunos de los trabajadores y dueños del cine, resaltando la calidad de las películas que se transmitieron a lo largo de su vida, así como la importancia y trascendencia que tuvo este negocio cultural, que finalmente no pudo competir contra las grandes cadenas comerciales.
Una vez finalizado el video, Monti pasó al frente para dirigir el intercambio de recuerdos. "A mí me gustaba venir a la matiné los domingos" comenzó Elena Arce, "y me dio mucha tristeza que lo cerraran. Todavía cuando veo el hoyo me da mucha tristeza, porque verdaderamente dejó un hueco muy importante. Creo que se perdió una huella de la cultura cinematográfica en la ciudad".
"No me gusta tener que entrar a un centro comercial para ir al cine", expresó otro de los presentes, un señor de mediana edad que dijo extrañar ver películas de buena calidad comiendo jícama con chile.
Mercedes Garabito, quien entró a trabajar al cine cuenado éste tenía apenas 5 meses de haber abierto, y donde continuó hasta el día del cierre definitivo, compartió emocionada sus sentimientos hacia la que dijo, fue su segunda casa. "Al principio yo era la secretaria, pero después me enseñé a programas porque mi jefe viajaba mucho y poco a poco fui conociendo el material que a él le gustaba y al público". Relató también que se enteró un mes y medio antes de que el cine iba a cerrar: "lloraba todos los días, y aunque trataba de irme haciendo el ánimo poco a poco, cuando tuvimos que entregar el edificio para mí fue muy difícil. Cuando más lloré fue cuando bajaron el transformador, dije 'ahora sí se acabo'. Como que hasta ahí me calló el veinte que ahora si ya no iba a haber más cine".
Nely, la encargada de la dulcería también recordó ese última día en el cual "había un montón de sentimientos encontrados: alegría, porque el jefe organizó una fiesta y la gente nos llevó regalos, pero también mucha tristeza". Una de las películas que recuerda haber disfrutado más fue Los niños del cielo, "la vi muchísimas veces porque estuvo dos años y medio en cartelera. No era una película comercial pero la gente seguía viniendo".
Después de compartir sus testimonios, los asistentes fueron abandonando la banqueta poco a poco y apenas unas 6 personas se quedaron a la proyección de Cinema Paradiso. Suficiente nostalgia para una noche.
Para saber:
El proyecto Lázaro está formado por un grupo de ciudadanos que buscar recordar la importancia de algunos espacios tradicionales de Guadalajara, y devolverles por una noche algunos de los elementos que los hicieron parte de las vidas de los urbanitas tapatíos. La primera intervención se realizó el pasado 5 de noviembre, en la que alguna vez fue la Escuela de Música de la Universidad de Guadalajara.
EL INFORMADOR /EUGENIA COPPEL
Para rendir homenaje a este lugar de culto en la ciudad, que cerró sus puertas definitivamente el pasado 5 de agosto de 2010, el Proyecto Lázaro convocó a algunos de sus clientes asiduos, trabajadores de toda la vida y público en general, para ver un documental realizado por los estudiantes de Signos, compartir testimonios y recuerdos, y finalmente ver en conjunto la película Cinema Paradiso (Giuseppe Tornatore, 1988).
Cerca de 30 personas acudieron a la cita pesar del frío que ya se comienza a sentir durante las noches. La coordinadora de Lázaro, Bettina Monti, explicó que desde un principio se buscó que este evento tuviera un carácter más íntimo. "El patrimonio cultural no solo está en las paredes sino en los testimonios de la gente y lo que yo quería era juntarlos a todos para compartirlos en el sitio, en lugar de ir a la casa de cada quien".
Los materiales videográficos fueron proyectados sobre una tela montada en la reja que rodea el terreno donde estuvo el cine, y sobre la calle fueron instaladas unas gradas para que la gente pudiera sentarse. Algunas fallas técnicas impidieron que la actividad comenzara puntual, pero cerca de las 20:40 horas finalmente apareció en la recién instalada pantalla el trabajo documental sobre el Cine del Bosque realizado por alumnos de la escuela secundaria y preparatoria Signos.
En éste se compartieron los testimonios de algunos de los trabajadores y dueños del cine, resaltando la calidad de las películas que se transmitieron a lo largo de su vida, así como la importancia y trascendencia que tuvo este negocio cultural, que finalmente no pudo competir contra las grandes cadenas comerciales.
Una vez finalizado el video, Monti pasó al frente para dirigir el intercambio de recuerdos. "A mí me gustaba venir a la matiné los domingos" comenzó Elena Arce, "y me dio mucha tristeza que lo cerraran. Todavía cuando veo el hoyo me da mucha tristeza, porque verdaderamente dejó un hueco muy importante. Creo que se perdió una huella de la cultura cinematográfica en la ciudad".
"No me gusta tener que entrar a un centro comercial para ir al cine", expresó otro de los presentes, un señor de mediana edad que dijo extrañar ver películas de buena calidad comiendo jícama con chile.
Mercedes Garabito, quien entró a trabajar al cine cuenado éste tenía apenas 5 meses de haber abierto, y donde continuó hasta el día del cierre definitivo, compartió emocionada sus sentimientos hacia la que dijo, fue su segunda casa. "Al principio yo era la secretaria, pero después me enseñé a programas porque mi jefe viajaba mucho y poco a poco fui conociendo el material que a él le gustaba y al público". Relató también que se enteró un mes y medio antes de que el cine iba a cerrar: "lloraba todos los días, y aunque trataba de irme haciendo el ánimo poco a poco, cuando tuvimos que entregar el edificio para mí fue muy difícil. Cuando más lloré fue cuando bajaron el transformador, dije 'ahora sí se acabo'. Como que hasta ahí me calló el veinte que ahora si ya no iba a haber más cine".
Nely, la encargada de la dulcería también recordó ese última día en el cual "había un montón de sentimientos encontrados: alegría, porque el jefe organizó una fiesta y la gente nos llevó regalos, pero también mucha tristeza". Una de las películas que recuerda haber disfrutado más fue Los niños del cielo, "la vi muchísimas veces porque estuvo dos años y medio en cartelera. No era una película comercial pero la gente seguía viniendo".
Después de compartir sus testimonios, los asistentes fueron abandonando la banqueta poco a poco y apenas unas 6 personas se quedaron a la proyección de Cinema Paradiso. Suficiente nostalgia para una noche.
Para saber:
El proyecto Lázaro está formado por un grupo de ciudadanos que buscar recordar la importancia de algunos espacios tradicionales de Guadalajara, y devolverles por una noche algunos de los elementos que los hicieron parte de las vidas de los urbanitas tapatíos. La primera intervención se realizó el pasado 5 de noviembre, en la que alguna vez fue la Escuela de Música de la Universidad de Guadalajara.
EL INFORMADOR /EUGENIA COPPEL