Cultura
Me siento más cuentista que novelista: René Avilés Fabila
El INBA reconoce sus 50 años de trayectoria como escritor
CIUDAD DE MÉXICO (01/FEB/2011).- El Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) rindió un homenaje a René Avilés Fabila, por sus 50 años de trayectoria como escritor y 70 de vida.
Durante el acto, realizado en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, el autor de obras como Tantadel y La canción Odette, entre otras, inauguró el ciclo Protagonistas de la literatura mexicana al lado de los escritores José Agustín, Silvia Molina, Eraclio Zepeda y Bernardo Ruiz, quienes además de compartir con él su gusto por la narrativa, son testigos de una misma época: los años setenta y el llamado movimiento de “La onda”.
Al tomar la palabra, el también académico y periodista, Premio Nacional de Periodismo de México por divulgación cultural en 1991, se congratuló por el homenaje y expresó sentirse más cuentista que novelista.
“Efectivamente yo me siento más cuentista que novelista… (los cuentos) son libros que he ido escribiendo con más amor, con más entusiasmo; es un reino donde me siento muy a gusto, el de la imaginación, el del texto breve, donde sugiero más de lo que digo… a la novela he llegado por espacio, por necesidad, porque necesito escribir algo que me exige más páginas”, afirmó.
Fue el caso, argumentó, de El Gran Solitario de Palacio, novela referida al 2 de octubre de 1968. “Me tocó presenciar la matanza de Tlatelolco, cómo podía escribir en un cuento lo que había presenciado toda una tarde, toda una noche, para poder salvarme y poder salir de ahí. Era imposible, de tal manera que decidí hacer una novela, que ha sido curiosamente la novela que más éxito ha tenido”.
Con ese humor que le caracteriza, el autor cuya carrera literaria inició en 1967 con la novela Los juegos, hizo reír a carcajadas a una sala que lució abarrotada, al revivir viejos tiempos y contar algunas anécdotas divertidas.
Los escritores invitados coincidieron en que en más de 40 años de carrera literaria, Avilés Fabila es, sin duda, uno de los autores más activos de su generación, con una presencia constante en la narrativa y el periodismo mexicanos desde los años setenta.
La escritora Silvia Molina recordó que cuando participaba en alguna mesa redonda o presentación de libro, le daba miedo estar al lado de Avilés Fabila, pues dijo “se trataba de un personaje con gran facilidad de explotar”.
“Lo veía llegar y me cambiaba drásticamente, si me quedaba cerca de él; era fuerte, contundente, rotundo, luchador, combativo, sarcástico e irónico, como lo es en su escritura”, dijo.
Añadió que en su opinión, son los cuentos lo mejor del trabajo de Avilés Fabila, pues es ahí “donde aflora el humor, donde escarba con más detalle las relaciones más difíciles de psicología y los personajes terribles”.
José Agustín recordó que ambos fueron compañeros en la secundaria y desde encontonces no han perdido su relación, aunque quizá el año más importante al lado de René fue en 1967, cuando escribió Los juegos, una novela a la que calificó como “muy fuerte”.
Eraclio Zepeda indicó que René Avilés Fabila es uno de los tres autores que desde muy joven llamaron su atención y agregó que con el paso de los años, el autor de Réquiem por un suicida ha enriquecido con sus obras la literatura mexicana y el mundo cultural.
Calificó al homenajeado como un personaje intelectual y profundamente urbano, cuya ciudad lo viera nacer en las amargas vísperas de la Segunda Guerra Mundial.
Durante el acto, realizado en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes, el autor de obras como Tantadel y La canción Odette, entre otras, inauguró el ciclo Protagonistas de la literatura mexicana al lado de los escritores José Agustín, Silvia Molina, Eraclio Zepeda y Bernardo Ruiz, quienes además de compartir con él su gusto por la narrativa, son testigos de una misma época: los años setenta y el llamado movimiento de “La onda”.
Al tomar la palabra, el también académico y periodista, Premio Nacional de Periodismo de México por divulgación cultural en 1991, se congratuló por el homenaje y expresó sentirse más cuentista que novelista.
“Efectivamente yo me siento más cuentista que novelista… (los cuentos) son libros que he ido escribiendo con más amor, con más entusiasmo; es un reino donde me siento muy a gusto, el de la imaginación, el del texto breve, donde sugiero más de lo que digo… a la novela he llegado por espacio, por necesidad, porque necesito escribir algo que me exige más páginas”, afirmó.
Fue el caso, argumentó, de El Gran Solitario de Palacio, novela referida al 2 de octubre de 1968. “Me tocó presenciar la matanza de Tlatelolco, cómo podía escribir en un cuento lo que había presenciado toda una tarde, toda una noche, para poder salvarme y poder salir de ahí. Era imposible, de tal manera que decidí hacer una novela, que ha sido curiosamente la novela que más éxito ha tenido”.
Con ese humor que le caracteriza, el autor cuya carrera literaria inició en 1967 con la novela Los juegos, hizo reír a carcajadas a una sala que lució abarrotada, al revivir viejos tiempos y contar algunas anécdotas divertidas.
Los escritores invitados coincidieron en que en más de 40 años de carrera literaria, Avilés Fabila es, sin duda, uno de los autores más activos de su generación, con una presencia constante en la narrativa y el periodismo mexicanos desde los años setenta.
La escritora Silvia Molina recordó que cuando participaba en alguna mesa redonda o presentación de libro, le daba miedo estar al lado de Avilés Fabila, pues dijo “se trataba de un personaje con gran facilidad de explotar”.
“Lo veía llegar y me cambiaba drásticamente, si me quedaba cerca de él; era fuerte, contundente, rotundo, luchador, combativo, sarcástico e irónico, como lo es en su escritura”, dijo.
Añadió que en su opinión, son los cuentos lo mejor del trabajo de Avilés Fabila, pues es ahí “donde aflora el humor, donde escarba con más detalle las relaciones más difíciles de psicología y los personajes terribles”.
José Agustín recordó que ambos fueron compañeros en la secundaria y desde encontonces no han perdido su relación, aunque quizá el año más importante al lado de René fue en 1967, cuando escribió Los juegos, una novela a la que calificó como “muy fuerte”.
Eraclio Zepeda indicó que René Avilés Fabila es uno de los tres autores que desde muy joven llamaron su atención y agregó que con el paso de los años, el autor de Réquiem por un suicida ha enriquecido con sus obras la literatura mexicana y el mundo cultural.
Calificó al homenajeado como un personaje intelectual y profundamente urbano, cuya ciudad lo viera nacer en las amargas vísperas de la Segunda Guerra Mundial.