Cultura

Los Foutoukours y Alberto Stanley en el Torres Bodet

Esta mañana sonaron las carcajadas de más de 200 niños de primaria que asistieron a ver al dúo quebequense y al mexicano

GUADALAJARA, JALISCO (18/MAY/2012).- La luz en los ojos de los niños y las risas de chicos y grandes, son las más grandes recompensas para los artistas circenses. Esta mañana, en el Teatro Torres Bodet, sonaron las carcajadas de más de 200 niños de primaria que asistieron a ver al dúo quebequense Los Foutoukours y al mimo mexicano Alberto Stanley.

"¡¿Están listos?!", preguntaron a su auditorio Rémi Jacques y Catherine Joly, mejor conocidos como Los Payasos Limpiadores (Les Clowns de Ménage), el título que da nombre a su espectáculo de cuento, danza, teatro, clown y acrobacia.

"¡Siii!", respondieron al unísono los pequeños espectadores, presentes en el Teatro Jaime Torres Bodet, gracias al comité organizador del décimo quinto Festival de Mayo que impulsa la Fundación Álvarez del Castillo.

Desde que salieron a escena, los payasitos de Quebec intentaron mostrar su show a los niños tapatíos, pero antes debieron enfrentarse a una serie de contratiempos como la limpieza del lugar, conflictos entre los dos, accidentes y la desaparición de sus accesorios. Para el público, al contrario, todo esto fue motivo de diversión y risa.

El momento más estruendoso llegó cuando cinco fortachones que observaban desde sus butacas, fueron invitados al escenario y tuvieron que seguir las instrucciones, entre ellas, bailar con falditas de tutú.

Una música alegre, como de circo, acompañó a los payasos vestidos a rayas durante sus peripecias. El silencio se hizo presente en la sala, sólo en las múltiples ocasiones en que Jacques y Joly demostraron su fuerza y equilibrio al realizar complicadas acrobacias en equipo.

Después de media hora llegaron los aplausos, se cerró la cortina roja y cuando volvió a abrirse apareció un payaso muy elegante: sombrero de bombín, pantalones con tirantes, chaleco rojo, zapatos anaranjandos y un enorme moño que cubría su cuello.

El mimo mexicano Alberto Stanley realizó cerca de 10 pequeños actos que son parte de su espectáculo Sueños Silenciosos. Con música de los años veintes sonando en el teatro, el payaso se transformó entre otros personajes, en director de orquesta, en cocinero, en malabarista y en escritor.

Algunos niños del público aprendieron de pantomima, y una bailarina de ballet embelleció el escenario durante el penúltimo sketch, El Maniquí.

EL INFORMADOR / EUGENIA COPPEL

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