Cultura

Juguetes tradicionales desaparecen ante aparatos electrónicos

Padres prefieren tener a sus hijos frente a una pantalla por comodidad

VILLAHERMOSA, TABASCO (4/ENE/2016) En Tabasco los juegos tradicionales, ya sean manuales o físicos, se han perdido con la llegada de juguetes y aparatos electrónicos que tienen a los niños y jóvenes frente a una pantalla, señala el escritor e historiador Jorge Priego Martínez.

"Ya los juegos tradicionales se perdieron, los niños están todo el día chutándose todo eso de la tecnología, los están haciendo unos bodoques, porque ni siquiera caminan. Antes nosotros carrereábamos todo el día, jugando al encantado, al burro castigado", añade.

También se corría al volar a los papalotes, así como se hacían bailar los trompos, se practicaba con el balero, el yoyo y las canicas, que eran juegos al aire libre.

Hoy en día, señala, las niñas tampoco juegan a las rondas, a "doña Blanca" o "al patio de mi casa".

Recuerda que en su natal Frontera, en Centla, con las canicas se jugaba la troya y el cuadrilongo, mientras en Villahermosa era el rombo, pues muchas cosas variaban de un lugar a otro.

El autor de "Tabasco, la mejor tierra que el sol alumbra", señala que también se jugaba "el muerto", una especie de beisbol versión de niños tabasqueños, en el cual elaboraban una pelota con trapos y papeles.

Varios juguetes como el trompo, el balero y otros más, se encuentran en algunos mercados públicos y se ofertan como artesanías en ferias tradicionales, pero los tienen como algo inservible, cuando dominarlos demostraba una gran habilidad, agrega.

Menciona que el gobierno regala tabletas electrónicas a los niños para que estudien, pero en realidad se utilizan para el ocio.

Hace unos días, dice, observa en Internet a un tipo que bailaba el trompo tradicional de maravilla sobre un hilo.
"Y todo un montón de chamacos viéndolo, pero seguro ninguno tomará un trompo para tratar de hacerlo".

Los juegos tradicionales, asegura, ya se perdieron para siempre porque la tecnología ha abrumado a la sociedad.
"Bien decía Einstein, que temía que algún día todo lo tecnológico nos hiciera retroceder y nos perjudicara en lugar de ayudarnos", puntualiza.

Mientras tanto, en los parques de Villahermosa suele observarse a niños jugar principalmente en bicicletas y en los juegos instalados como resbaladillas o columpios.

Para el sociólogo egresado de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), Julio César Priego, los padres han contribuido, como parte central de la sociedad, a no inculcar en sus hijos el gusto por juegos o juguetes tradicionales, pues el tiempo de trabajo ocupa gran parte de su día.

Además, muchos de ellos llevan trabajo a casa o por estar ausentes tienen que hacer labores en el hogar y prefieren tener a sus hijos entretenidos para disponer de tiempo, pero les provocan un daño.

"Llevarlos al parque o salir con ellos al patio, si es que tienen, representa perdida de tiempo, aunque esa interacción sea invaluable para un niño o un joven", indica.

Las nuevas generaciones de padres que aún se divirtieron con juguetes tradicionales, descubrieron que las nuevas tecnologías llaman más la atención de sus hijos y les generan la comodidad y tranquilidad de estar en casa, ante el temor de que corran algún riesgo fuera de ella, concluye.

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