Cultura
Japón vuelve al primer plano de la arquitectura mundial
Kazuyo Sejima y Ryue Nishizawa han dejado una huella imborrable en el diseño urbano del último siglo
TOKIO, JAPÓN (20/MAY/2010).- Trabajan juntos desde hace quince años creando formas y espacios, y con su obra han logrado llevar de nuevo a Japón a primera plana de la arquitectura mundial.
Kazuyo Sejima y Ryue Nishizawa, flamantes ganadores del Premio Pritzker 2010 -el "Nobel" de Arquitectura- son los abanderados de una ola de arquitectos nipones que ha dejado una huella imborrable en el diseño urbano del último siglo.
Sejima (Ibaraki, 1956) y Nishizawa (Kanagawa, 1966) fundieron sus conocimientos en 1995 en el estudio SANAA, artífice de edificios emblemáticos como el de Christian Dior en el exclusivo barrio tokiota de Omotesando, los cubos superpuestos que forman el Nuevo Museo de Arte Contemporáneo de Nueva York o el recientemente inaugurado Rolex Learning Center en Lausana (Suiza).
Sus líneas buscan ligereza, transparencia e integración con el entorno, y desprenden una sencillez que nada tiene que ver con lo simple. Las técnicas que siguen son complejas, y mucho, pero el resultado es claro, preciso y "abierto", aseguran.
El premio Pritzker ha convertido a este dúo en la pareja de moda de la arquitectura de vanguardia, pero su obra sigue la estela de muchos nombres que han apuntalado el prestigio de Japón en este campo.
Quizá porque el milagro económico que vivió el Japón de la posguerra dejó espacio a la experimentación e innovación urbana, del país del sol naciente han salido muchos nombres clave en la arquitectura contemporánea, como el ya fallecido Kenzo Tange, Fumihiko Maki, Toyo Ito o Tadao Ando.
Todos ellos gozan de reconocido prestigio internacional. De hecho, con la última edición, el Pritzker ha recaído ya en cuatro ocasiones en arquitectos japoneses: además de la pareja de SANAA, también Maki, Tange y Ando ganaron el preciado galardón.
Son arquitectos que han explorado formas y espacios, creado tendencias y dejado su huella en metrópolis de todo el mundo. Tokio es un buen ejemplo de ello, una urbe de mil caras en la que futuristas rascacielos conviven con apacibles barrios residenciales o vanguardistas propuestas arquitectónicas.
Ito, nacido en Seúl en 1941 -durante la ocupación japonesa de Corea-, ha desplegado en los últimos años gran parte de su genio en España.
Allí ha construido los parques de Relajación de Torrevieja (Alicante) y de La Gavia (Madrid) o, más recientemente, la ampliación de la Fira de Barcelona, con sus dos características torres para albergar un hotel y un edificio de oficinas.
Coetáneo de Toyo Ito es Tadao Ando (Osaka, 1941), cuya primera obra internacional fue el pabellón de Japón en la Expo de Sevilla en 1992, aunque su fama se había consolidado mucho antes con obras maestras como la casa Azuma, construida en Osaka en 1976, un edificio rectangular de cemento con las habitaciones situadas en torno a un patio central, en un curioso juego de luz y espacios.
Kazuyo Sejima y Ryue Nishizawa, flamantes ganadores del Premio Pritzker 2010 -el "Nobel" de Arquitectura- son los abanderados de una ola de arquitectos nipones que ha dejado una huella imborrable en el diseño urbano del último siglo.
Sejima (Ibaraki, 1956) y Nishizawa (Kanagawa, 1966) fundieron sus conocimientos en 1995 en el estudio SANAA, artífice de edificios emblemáticos como el de Christian Dior en el exclusivo barrio tokiota de Omotesando, los cubos superpuestos que forman el Nuevo Museo de Arte Contemporáneo de Nueva York o el recientemente inaugurado Rolex Learning Center en Lausana (Suiza).
Sus líneas buscan ligereza, transparencia e integración con el entorno, y desprenden una sencillez que nada tiene que ver con lo simple. Las técnicas que siguen son complejas, y mucho, pero el resultado es claro, preciso y "abierto", aseguran.
El premio Pritzker ha convertido a este dúo en la pareja de moda de la arquitectura de vanguardia, pero su obra sigue la estela de muchos nombres que han apuntalado el prestigio de Japón en este campo.
Quizá porque el milagro económico que vivió el Japón de la posguerra dejó espacio a la experimentación e innovación urbana, del país del sol naciente han salido muchos nombres clave en la arquitectura contemporánea, como el ya fallecido Kenzo Tange, Fumihiko Maki, Toyo Ito o Tadao Ando.
Todos ellos gozan de reconocido prestigio internacional. De hecho, con la última edición, el Pritzker ha recaído ya en cuatro ocasiones en arquitectos japoneses: además de la pareja de SANAA, también Maki, Tange y Ando ganaron el preciado galardón.
Son arquitectos que han explorado formas y espacios, creado tendencias y dejado su huella en metrópolis de todo el mundo. Tokio es un buen ejemplo de ello, una urbe de mil caras en la que futuristas rascacielos conviven con apacibles barrios residenciales o vanguardistas propuestas arquitectónicas.
Ito, nacido en Seúl en 1941 -durante la ocupación japonesa de Corea-, ha desplegado en los últimos años gran parte de su genio en España.
Allí ha construido los parques de Relajación de Torrevieja (Alicante) y de La Gavia (Madrid) o, más recientemente, la ampliación de la Fira de Barcelona, con sus dos características torres para albergar un hotel y un edificio de oficinas.
Coetáneo de Toyo Ito es Tadao Ando (Osaka, 1941), cuya primera obra internacional fue el pabellón de Japón en la Expo de Sevilla en 1992, aunque su fama se había consolidado mucho antes con obras maestras como la casa Azuma, construida en Osaka en 1976, un edificio rectangular de cemento con las habitaciones situadas en torno a un patio central, en un curioso juego de luz y espacios.