Cultura
Fernando de la Mora canta en fiesta mexicana con la OFUNAM
El tenor mexicano ofreció un recital en el Auditorio Nacional en el que llamó a la unión para sacar adelante al país
IUDAD DE MÉXICO.-Con un exhorto a la ciudadanía para que se sumen al gobierno en la lucha por sacar adelante al país en esta época de crisis, el tenor mexicano Fernando de la Mora ofreció un recital acompañado por la Orquesta Filarmónica de la Universidad Nacional Autónoma de México (OFUNAM).
La "Fiesta mexicana", bajo la batuta del director huésped Juan Carlos Lomónaco, fue una velada muy emotiva en el Auditorio Nacional que culminó minutos antes de la tradicional ceremonia del Grito de Independencia, en su 199 aniversario.
Con la interpretación del Himno Nacional Mexicano, compuesto por Francisco González Bocanegra y Jaime Nunó, que fue la obertura del concierto, el público se puso de pie.
Luego, la OFUNAM ejecutó la pieza Chapultepec, de Carlos Chávez, misma que recibió un caluroso aplauso, ante el evidente virtuosismo y el talento de los músicos.
Momentos después interpretó la obra Cinco danzas cubanas, de Mario Ruiz Armengol, orquestación de Arturo Márquez, y de la cual se desprenden las piezas La siete, Serenata melódica, Viejos recuerdos, Triste amor y Ayer y hoy.
También ofreció Janitzio, de Silvestre Revueltas; y Danzón no. 2, de Arturo Márquez.
La segunda parte del concierto correspondió al tenor Fernando de la Mora, recibido con ovaciones, acción que agradeció con una gran sonrisa y hasta se sonrojó cuando una voz femenina le gritó: Papacito!.
De la Mora inició su participación con la pieza Dime que sí, de Alfonso Esparza Oteo; y Te quiero dijiste, de María Grever, que fueron aplaudidas por los espectadores.
El reconocido tenor, quien se ha presentado en los más importantes escenarios de ópera de México y el extranjero, continuó el recital con los temas Perjura, de Miguel Lerdo de Tejada, cuya interpretación tan emotiva invitó a los asistentes a corear la canción.
Luego siguieron piezas como Cuando vuelva a tu lado y Así, ambas de María Grever, que cautivaron no sólo por la belleza de las canciones, sino también por el sentimiento con las que fueron interpretadas.
Esto obligó a que el público se pusiera a cantar y si no se las sabía, por lo menos las tarareaba.
El concierto llegó al clímax con la ejecución de Huapango, de José Pablo Moncayo, que convirtió el escenario en una verdadera fiesta mexicana con fuegos artificiales, luces multicolores y confeti tricolor que caía por los costados del foro.
Antes de concluir, Fernando de la Mora exhortó al público a trabajar con empeño y a buscar un cambio en cada uno de ellos, en esta época de crisis económica que azota a muchos países.
Indicó que la solución a los problemas por lo que atraviesa el país ya no dependen de un sólo hombre, sino del cambio de mentalidad y que lo que resta por hacer es "hacer de tripas corazón" y ver hacia adelante.
Para despedirse y concluir con el concierto "Fiesta Mexicana", Fernando de la Mora y la OFUNAM interpretaron Un viejo amor, de Alfonso Esparza Oteo, y Júrame, de María Grever.
Ambos, Lomónaco y De la Mora, tuvieron que regresar al escenario a agradecer nuevamente el aplauso del público con la interpretación de otros dos temas, el más llorado y aplaudido: "Amor eterno", con el que nuevamente se despidieron.
Pero la gente no los dejaban ir. Se escuchaba toda clases de gritos como "¡Goya!, "¡Goya!" y "¡No se vayan!","¡Otra, otra!".
Ambos volvieron e interpretaron Granada y otra vez los fuegos artificiales y el confeti cubrieron el escenario.
Nuevamente se escucharon los "¡Goyas!" y la petición del tema México lindo y querido, pero no fue complacido. De la Mora y Lomónaco se retiraron con una gran sonrisa y muchas frases de agradecimiento.
La "Fiesta mexicana", bajo la batuta del director huésped Juan Carlos Lomónaco, fue una velada muy emotiva en el Auditorio Nacional que culminó minutos antes de la tradicional ceremonia del Grito de Independencia, en su 199 aniversario.
Con la interpretación del Himno Nacional Mexicano, compuesto por Francisco González Bocanegra y Jaime Nunó, que fue la obertura del concierto, el público se puso de pie.
Luego, la OFUNAM ejecutó la pieza Chapultepec, de Carlos Chávez, misma que recibió un caluroso aplauso, ante el evidente virtuosismo y el talento de los músicos.
Momentos después interpretó la obra Cinco danzas cubanas, de Mario Ruiz Armengol, orquestación de Arturo Márquez, y de la cual se desprenden las piezas La siete, Serenata melódica, Viejos recuerdos, Triste amor y Ayer y hoy.
También ofreció Janitzio, de Silvestre Revueltas; y Danzón no. 2, de Arturo Márquez.
La segunda parte del concierto correspondió al tenor Fernando de la Mora, recibido con ovaciones, acción que agradeció con una gran sonrisa y hasta se sonrojó cuando una voz femenina le gritó: Papacito!.
De la Mora inició su participación con la pieza Dime que sí, de Alfonso Esparza Oteo; y Te quiero dijiste, de María Grever, que fueron aplaudidas por los espectadores.
El reconocido tenor, quien se ha presentado en los más importantes escenarios de ópera de México y el extranjero, continuó el recital con los temas Perjura, de Miguel Lerdo de Tejada, cuya interpretación tan emotiva invitó a los asistentes a corear la canción.
Luego siguieron piezas como Cuando vuelva a tu lado y Así, ambas de María Grever, que cautivaron no sólo por la belleza de las canciones, sino también por el sentimiento con las que fueron interpretadas.
Esto obligó a que el público se pusiera a cantar y si no se las sabía, por lo menos las tarareaba.
El concierto llegó al clímax con la ejecución de Huapango, de José Pablo Moncayo, que convirtió el escenario en una verdadera fiesta mexicana con fuegos artificiales, luces multicolores y confeti tricolor que caía por los costados del foro.
Antes de concluir, Fernando de la Mora exhortó al público a trabajar con empeño y a buscar un cambio en cada uno de ellos, en esta época de crisis económica que azota a muchos países.
Indicó que la solución a los problemas por lo que atraviesa el país ya no dependen de un sólo hombre, sino del cambio de mentalidad y que lo que resta por hacer es "hacer de tripas corazón" y ver hacia adelante.
Para despedirse y concluir con el concierto "Fiesta Mexicana", Fernando de la Mora y la OFUNAM interpretaron Un viejo amor, de Alfonso Esparza Oteo, y Júrame, de María Grever.
Ambos, Lomónaco y De la Mora, tuvieron que regresar al escenario a agradecer nuevamente el aplauso del público con la interpretación de otros dos temas, el más llorado y aplaudido: "Amor eterno", con el que nuevamente se despidieron.
Pero la gente no los dejaban ir. Se escuchaba toda clases de gritos como "¡Goya!, "¡Goya!" y "¡No se vayan!","¡Otra, otra!".
Ambos volvieron e interpretaron Granada y otra vez los fuegos artificiales y el confeti cubrieron el escenario.
Nuevamente se escucharon los "¡Goyas!" y la petición del tema México lindo y querido, pero no fue complacido. De la Mora y Lomónaco se retiraron con una gran sonrisa y muchas frases de agradecimiento.