Cultura
Editoriales Independientes anuncian declaración
Más de 400 editores de 45 países señalan la voluntad colectiva de actuar 'para defender y promover la bibliodiversidad'
GUADALAJARA, JALISCO (30/NOV/2014).- Por parte de representantes de la red hispano hablante de la Alianza Internacional de Editores Independientes, fue presentada en la Feria del Libro (
FIL) de Guadalajara la declaración emitida por la más reciente asamblea del organismo -celebrada en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, en septiembre pasado- que, firmada por 400 editores de 45 países, señala la voluntad colectiva de actuar "para defender y promover la bibliodiversidad".
Así, Deborah Holtz, de la Alianza de Editores Mexicanos Independientes (AEMI), destacó que esta declaratoria se une a la primera Declaración de Principios -en vías de traducirse al español- que animan la edición independiente y es importante porque "es la primera vez que se firma a nivel mundial" tras una serie de reuniones (una de ellas en Guadalajara) en las que se determinaron sus ejes temáticos.
Leer y compartir
Marcelo Uribe, de Ediciones Era, miembro fundador en 2002 de la Alianza Internacional, destacó que "hace cuarenta años el término 'editor independiente' no existía, porque no era necesario, todos lo eran", sin embargo, comenzó a darse "un fenómeno -como en otros sectores económicos- en el que el pez grande se comía al chico, lo que produjo una gran concentración que hace que tengamos ahora gigantes de la producción de libros, con ventajas operativas sobre los independientes".
Para el editor mexicano, lo corporativo busca vender pero no se funda en "leer y compartir", como antaño y, para "diferenciarse de ese mercado, hay que evitar la absorción"; así, el reto de la independencia "es que los editores puedan desarrollarse y ser sustentables, salir al mercado y tener presencia para poder ofrecer diversidad a todo el mundo".
Arma democratizadora
Los principios de la bibliodiversidad -término acuñado por André Schiffrin- implican, detalló Holtz, "democratizar y dar voz a las expresiones de la cultura independiente; si el libro no existe como arma democratizadora, estamos bajo una censura velada; por ello se requiere impulsar políticas nacionales y regionales (que involucren a la sociedad civil) de promoción a la lectura que, también, busquen la circulación equilibrada de nuestros libros y contrarrestar las acciones de las editoriales corporativas".
Por otra parte, el editor argentino Guido Indij comentó que la declaratoria "hace énfasis en el libro como producto particular que no debe regirse por las mismas condiciones de mercado que otros; se debe privilegiar la diversidad de voces" y, por ello, "tenemos la voluntad de trabajar de manera conjunta" con el sector independiente de América Latina.
Voluntad de trabajar juntos
En concreto, María Eugenia Lorenzini -de la Alianza de Editores de Chile- sentenció que el propósito es "subsistir antes de que el mercado termine con nosotros" y abundó en la experiencia de su país pues, hace cerca de una década, se implementaron políticas de fomento de lectura que "están rindiendo fruto", pero se busca implementar mayores acciones de protección y trabajar en conjunto, porque "sólo unidos se lograrán cosas concretas".
A lo anterior, el editor peruano Lorenzo Dolores añadió que también se requiere que estas disposiciones garanticen que "haya una mayor circulación de nuestros libros, leernos un poco más" y perseguir la colaboración a través de la coedición.
PUNTOS BÁSICOS/ Declaración
-Actuar juntos para defender y promover la bibliodiversidad
-Llamar a gobiernos para implementar políticas nacionales del libro favorables al desarrollo cultural y la democratización del libro y la lectura
-Ampliar lo anterior al ámbito regional
-Los actores digitales -Google o Amazon- no deben eximirse de leyes y reglamentaciones fiscales vigentes
-Circulación de los libros debe fluir en una sola dirección y no penalizar mercados locales y nacionales
-Permitir una mayor participación de editores locales en el campo del libro escolar
EL INFORMADOR / RICARDO SOLÍS
Así, Deborah Holtz, de la Alianza de Editores Mexicanos Independientes (AEMI), destacó que esta declaratoria se une a la primera Declaración de Principios -en vías de traducirse al español- que animan la edición independiente y es importante porque "es la primera vez que se firma a nivel mundial" tras una serie de reuniones (una de ellas en Guadalajara) en las que se determinaron sus ejes temáticos.
Leer y compartir
Marcelo Uribe, de Ediciones Era, miembro fundador en 2002 de la Alianza Internacional, destacó que "hace cuarenta años el término 'editor independiente' no existía, porque no era necesario, todos lo eran", sin embargo, comenzó a darse "un fenómeno -como en otros sectores económicos- en el que el pez grande se comía al chico, lo que produjo una gran concentración que hace que tengamos ahora gigantes de la producción de libros, con ventajas operativas sobre los independientes".
Para el editor mexicano, lo corporativo busca vender pero no se funda en "leer y compartir", como antaño y, para "diferenciarse de ese mercado, hay que evitar la absorción"; así, el reto de la independencia "es que los editores puedan desarrollarse y ser sustentables, salir al mercado y tener presencia para poder ofrecer diversidad a todo el mundo".
Arma democratizadora
Los principios de la bibliodiversidad -término acuñado por André Schiffrin- implican, detalló Holtz, "democratizar y dar voz a las expresiones de la cultura independiente; si el libro no existe como arma democratizadora, estamos bajo una censura velada; por ello se requiere impulsar políticas nacionales y regionales (que involucren a la sociedad civil) de promoción a la lectura que, también, busquen la circulación equilibrada de nuestros libros y contrarrestar las acciones de las editoriales corporativas".
Por otra parte, el editor argentino Guido Indij comentó que la declaratoria "hace énfasis en el libro como producto particular que no debe regirse por las mismas condiciones de mercado que otros; se debe privilegiar la diversidad de voces" y, por ello, "tenemos la voluntad de trabajar de manera conjunta" con el sector independiente de América Latina.
Voluntad de trabajar juntos
En concreto, María Eugenia Lorenzini -de la Alianza de Editores de Chile- sentenció que el propósito es "subsistir antes de que el mercado termine con nosotros" y abundó en la experiencia de su país pues, hace cerca de una década, se implementaron políticas de fomento de lectura que "están rindiendo fruto", pero se busca implementar mayores acciones de protección y trabajar en conjunto, porque "sólo unidos se lograrán cosas concretas".
A lo anterior, el editor peruano Lorenzo Dolores añadió que también se requiere que estas disposiciones garanticen que "haya una mayor circulación de nuestros libros, leernos un poco más" y perseguir la colaboración a través de la coedición.
PUNTOS BÁSICOS/ Declaración
-Actuar juntos para defender y promover la bibliodiversidad
-Llamar a gobiernos para implementar políticas nacionales del libro favorables al desarrollo cultural y la democratización del libro y la lectura
-Ampliar lo anterior al ámbito regional
-Los actores digitales -Google o Amazon- no deben eximirse de leyes y reglamentaciones fiscales vigentes
-Circulación de los libros debe fluir en una sola dirección y no penalizar mercados locales y nacionales
-Permitir una mayor participación de editores locales en el campo del libro escolar
EL INFORMADOR / RICARDO SOLÍS