Cultura
Concierto emotivo con invitado emérito
El quinto programa de la primera temporada de la OFJ se realizará este viernes en el Teatro Degollado en punto de las 20:30 horas, con repetición el domingo a las 12:30 horas
GUADALAJARA, JALISCO (14/MAR/2013).- La Orquesta Filarmónica de Jalisco (OFJ) presenta este fin de semana el quinto programa de la primera temporada 2013, en el que destaca el regreso de Héctor Guzmán como el primer director emérito de la formación, además la participación del pianista egresado de Julliard, Norman Krieger, para componer un evento que Guzmán define como "emotivo".
El concierto está pactado para dar comienzo en punto de las 20:30 horas con dos composiciones de corte romántico: Manuel De Falla, el gran compositor español será el primero en ser interpretado con su Interludio y Danza de la ópera La vida breve, una obra alegre, muy española y de gran belleza orquestal. Uno de los trabajos cumbre del español.
Directo de Julliard
Norman Krieger, que ya había sido invitado por la OFJ, participa con la interpretación del Concierto para Piano y Orquesta No. 1, de Tchaikovsky, una obra bien conocida por Krieger, nacido en Los Ángeles, Estados Unidos, y egresado de la afamada Julliard School. Uno de los pianistas más aclamados de su generación, y calificado como un artista de profundidad, sensibilidad y poseedor de un gran don de virtuosismo. En Guadalajara, el músico se deleita con "el clima, la arquitectura, el olor de la tierra y la música de mariachi". El Teatro Degollado le parece de una estupenda acústica, capaz de distribuir ordenadamente los registros del piano.
Krieger participa regularmente con las orquestas sinfónicas de mayor peso en Norteamérica, entre ellas la Filarmónica de Nueva York, la de Los Ángeles, Buffalo, Dayton y Hamilton, la Minnesota Orchestra, la Boston Pops Orchestra, Saint Louis, San Antonio, San Diego y Syracuse.
Para la segunda parte del concierto se escuchará la Sinfonía No. 7 de Antonín Dvórak, de carácter bohemio y que destaca por lo irregular en la elección de la pieza, pues normalmente se interpretan la octava y novena sinfonías del compositor checo. "Tuve muchas opciones, pero los músicos solicitaron si yo podía dirigir la Séptima de Dvórak. Se conoce más la octava, tal vez porque es la más profunda, compleja y seria, pero es bellísima. Es muy cercana a Brahms, con quien guardaba amistad", comenta Guzmán.
Hace quizás 17 años la obra se interpretó en Jalisco por última vez. Guzmán apunta que muchos integrantes de la orquesta no la habían ejecutado. Empero, están felices de la vida porque "es una obra para músicos, que el músico disfruta increíblemente. Es música para músicos".
De esta manera, el programa contrasta con la viveza y alegría de la obra de Manuel de Falla, el romanticismo de Tchaikovsky, y la Sinfonía No. 7 de Dvórak, para la que "tienes que sentarte al filo de la butaca porque es emocionante de principio a fin".
Un invitado necesario
La Filarmónica está de plácemes por el regreso de Héctor Guzmán, invitado como director emérito, cargo que recibió en 2010. "Siempre me reciben muy bien. Es muy halagador llegar y que me reciban como héroe. Es una buena relación. Los extraño y ellos me extrañan a mí (...), sé que la orquesta ha tenido problemas últimamente pero como director emérito he tenido el mejor de los lugares".
Es la primera vez que la OFJ otorga el título de director emérito. "Significa que por el resto de mi vida tendré una relación muy importante con la orquesta. El pacto original es que venga a Guadalajara una vez por temporada".
Guzmán egresó con los más altos honores del Conservatorio Nacional de Música en México, la Southern Methodist University, y la University of North Texas en los Estados Unidos. El año pasado recibió en los Estados Unidos el Galardón al Artista y el premio Lifetime Achievement Award, por la organización For The Love of Art. En México obtuvo el galardón Huizar en su Estado natal, Zacatecas, y en 2008 la Medalla Mozart, quizás el reconocimiento musical más importante del país, que otorgan la Academia Mozart y la Embajada de Austria en México.
EL INFORMADOR / ROBERTO CONTRERAS
El concierto está pactado para dar comienzo en punto de las 20:30 horas con dos composiciones de corte romántico: Manuel De Falla, el gran compositor español será el primero en ser interpretado con su Interludio y Danza de la ópera La vida breve, una obra alegre, muy española y de gran belleza orquestal. Uno de los trabajos cumbre del español.
Directo de Julliard
Norman Krieger, que ya había sido invitado por la OFJ, participa con la interpretación del Concierto para Piano y Orquesta No. 1, de Tchaikovsky, una obra bien conocida por Krieger, nacido en Los Ángeles, Estados Unidos, y egresado de la afamada Julliard School. Uno de los pianistas más aclamados de su generación, y calificado como un artista de profundidad, sensibilidad y poseedor de un gran don de virtuosismo. En Guadalajara, el músico se deleita con "el clima, la arquitectura, el olor de la tierra y la música de mariachi". El Teatro Degollado le parece de una estupenda acústica, capaz de distribuir ordenadamente los registros del piano.
Krieger participa regularmente con las orquestas sinfónicas de mayor peso en Norteamérica, entre ellas la Filarmónica de Nueva York, la de Los Ángeles, Buffalo, Dayton y Hamilton, la Minnesota Orchestra, la Boston Pops Orchestra, Saint Louis, San Antonio, San Diego y Syracuse.
Para la segunda parte del concierto se escuchará la Sinfonía No. 7 de Antonín Dvórak, de carácter bohemio y que destaca por lo irregular en la elección de la pieza, pues normalmente se interpretan la octava y novena sinfonías del compositor checo. "Tuve muchas opciones, pero los músicos solicitaron si yo podía dirigir la Séptima de Dvórak. Se conoce más la octava, tal vez porque es la más profunda, compleja y seria, pero es bellísima. Es muy cercana a Brahms, con quien guardaba amistad", comenta Guzmán.
Hace quizás 17 años la obra se interpretó en Jalisco por última vez. Guzmán apunta que muchos integrantes de la orquesta no la habían ejecutado. Empero, están felices de la vida porque "es una obra para músicos, que el músico disfruta increíblemente. Es música para músicos".
De esta manera, el programa contrasta con la viveza y alegría de la obra de Manuel de Falla, el romanticismo de Tchaikovsky, y la Sinfonía No. 7 de Dvórak, para la que "tienes que sentarte al filo de la butaca porque es emocionante de principio a fin".
Un invitado necesario
La Filarmónica está de plácemes por el regreso de Héctor Guzmán, invitado como director emérito, cargo que recibió en 2010. "Siempre me reciben muy bien. Es muy halagador llegar y que me reciban como héroe. Es una buena relación. Los extraño y ellos me extrañan a mí (...), sé que la orquesta ha tenido problemas últimamente pero como director emérito he tenido el mejor de los lugares".
Es la primera vez que la OFJ otorga el título de director emérito. "Significa que por el resto de mi vida tendré una relación muy importante con la orquesta. El pacto original es que venga a Guadalajara una vez por temporada".
Guzmán egresó con los más altos honores del Conservatorio Nacional de Música en México, la Southern Methodist University, y la University of North Texas en los Estados Unidos. El año pasado recibió en los Estados Unidos el Galardón al Artista y el premio Lifetime Achievement Award, por la organización For The Love of Art. En México obtuvo el galardón Huizar en su Estado natal, Zacatecas, y en 2008 la Medalla Mozart, quizás el reconocimiento musical más importante del país, que otorgan la Academia Mozart y la Embajada de Austria en México.
EL INFORMADOR / ROBERTO CONTRERAS