Cultura
Calígula pierde en su estreno
La inauguración de los Panamericanos avasalló al montaje: sólo un centenar de personas acude al Degollado
GUADALAJARA, JALISCO (16/OCT/2011).- El estreno de la puesta en escena Calígula compitió con la inauguración de los Juegos Panamericanos Guadalajara 2011 y perdió. Poco público –alrededor de 100 personas– asistió a la primera función de la obra dirigida por Luis Manuel Aguilar “Mosco” en el Teatro Degollado.
Faltaban unos minutos para la hora del estreno y afuera del foro, la calle Belén estaba cerrada. Dos trailers estacionados contenían las pantallas gigantes y las bocinas para que los paseantes del Centro Histórico de la ciudad, en Plaza Liberación, no se perdieran la gran apertura de la justa deportiva, que comenzó el pasado viernes y concluirá el 30 de octubre.
Así, el Teatro Degollado pasó a un segundo plano y fue imposible verlo de frente, para ingresar había que rodear las pantallas, que convocaron a un gran número de curiosos que fotografiaban algunas escenas con sus celulares.
Sin fila en la entrada, la gente pasaba al foro para ver la puesta en escena basada en la obra Calígula, del autor ganador del Premio Nobel de Literatura 1957, Albert Camus.
La primera sorpresa que ofreció la puesta en escena inserta en el programa cultural de la justa deportiva, fue la ausencia de un programa de mano tradicional, al ingreso de la sala, los espectadores recibieron una carpeta con un documento en tamaño carta que contenía la reseña de la lectura dramatizada en cuatro actos, el reparto (en escena y detrás de ésta) y los agradecimientos.
La tercera llamada anunció el comienzo de la historia basada en el tercer emperador romano Cayo Julio César Augusto Germánico, personaje interpretado por Manuel Medina –quien también es productor del montaje–, la cual contó con un apoyo de 700 mil pesos entregados por la Secretaría de Cultura (SC) de Jalisco.
En la primera escena, un niño de blanco –David Herrera Manterola– presenta la historia, convirtiéndose en una suerte de narrador de la obra y al mismo tiempo la representación infantil de Calígula, un emperador perdido a causa de la muerte de su hermana y mujer, Drusila.
Con 21 actores en escena se desarrolla la historia que presenta a un hombre sanguinario y atormentado por su presente. En las más dos horas del espectáculo, en algunas ocasiones las voces de los actores eran demasiado fuertes o muy bajas, “el problema son los ecualizadores” comentó un hombre del público.
Cada uno de los actores –entre ellos Magdanela Caraballo, Marco Orozco, Javier Godoy, Isaak Alatorre, Marco Aurelio Hernández, Carlos Hoeflich, Rodolfo Garvel, Humberto Fuentes, Francisco Arvizu y Lucio Vázquez– cargó durante todo el transcurso del montaje una tabla con las hojas de sus textos, las cuales después de ser leídas eran tiradas al suelo como un elemento más del espacio escénico.
Entre los atractivos de la obra destacó no sólo el texto de Albert Camus, sino la construcción del espacio escénico y la iluminación, ésta última a cargo de Rosa María Brito.
El montaje, que contó con música en vivo dirigida por Carlo Constantini –un atenuante más para que las voces de algunos de los actores se perdieran en el camino hacia los oídos de los espectadores, no obstante la presencia de micrófonos–, sorprendió cuando una cabeza de cerdo fue colocada en el centro del escenario para mostrar la locura del emperador.
Para el público, la obra fue buena e incluso la recomendó, pero para otros espectadores hubo detalles como el sonido y la poca dicción de algunos actores.
El comerciante José Reyes Zepeda dijo que le gustó “la intensidad de la obra y la recomiendo”. Para el médico Marisela Rohn, “nos pareció bien la obra porque es un tema que no habíamos visto, interesante”.
En cambio, la joven Carolina Barba dijo: “No me gustó del todo, porque con el micrófono casi no se les entendía y como el lenguaje es muy pesado, muchas veces no me daba cuenta de lo que decían, pero me gustó mucho la iluminación y la escenografía”.
Vale la pena resaltar que más que un estreno formal de la obra, cuyo texto es complejo, se trató de una lectura dramatizada, por ello los actores se paseaban de un lado al otro del escenario con sus textos; además de que se ha concebido el montaje con la presencia de algunas voces más fuertes, como es el caso de la de Calígula, que subía y bajaba de volumen a discresión.
Este proyecto llegará a los foros nuevamente en enero de 2012, ya no como lectura sino como puesta en escena.
Faltaban unos minutos para la hora del estreno y afuera del foro, la calle Belén estaba cerrada. Dos trailers estacionados contenían las pantallas gigantes y las bocinas para que los paseantes del Centro Histórico de la ciudad, en Plaza Liberación, no se perdieran la gran apertura de la justa deportiva, que comenzó el pasado viernes y concluirá el 30 de octubre.
Así, el Teatro Degollado pasó a un segundo plano y fue imposible verlo de frente, para ingresar había que rodear las pantallas, que convocaron a un gran número de curiosos que fotografiaban algunas escenas con sus celulares.
Sin fila en la entrada, la gente pasaba al foro para ver la puesta en escena basada en la obra Calígula, del autor ganador del Premio Nobel de Literatura 1957, Albert Camus.
La primera sorpresa que ofreció la puesta en escena inserta en el programa cultural de la justa deportiva, fue la ausencia de un programa de mano tradicional, al ingreso de la sala, los espectadores recibieron una carpeta con un documento en tamaño carta que contenía la reseña de la lectura dramatizada en cuatro actos, el reparto (en escena y detrás de ésta) y los agradecimientos.
La tercera llamada anunció el comienzo de la historia basada en el tercer emperador romano Cayo Julio César Augusto Germánico, personaje interpretado por Manuel Medina –quien también es productor del montaje–, la cual contó con un apoyo de 700 mil pesos entregados por la Secretaría de Cultura (SC) de Jalisco.
En la primera escena, un niño de blanco –David Herrera Manterola– presenta la historia, convirtiéndose en una suerte de narrador de la obra y al mismo tiempo la representación infantil de Calígula, un emperador perdido a causa de la muerte de su hermana y mujer, Drusila.
Con 21 actores en escena se desarrolla la historia que presenta a un hombre sanguinario y atormentado por su presente. En las más dos horas del espectáculo, en algunas ocasiones las voces de los actores eran demasiado fuertes o muy bajas, “el problema son los ecualizadores” comentó un hombre del público.
Cada uno de los actores –entre ellos Magdanela Caraballo, Marco Orozco, Javier Godoy, Isaak Alatorre, Marco Aurelio Hernández, Carlos Hoeflich, Rodolfo Garvel, Humberto Fuentes, Francisco Arvizu y Lucio Vázquez– cargó durante todo el transcurso del montaje una tabla con las hojas de sus textos, las cuales después de ser leídas eran tiradas al suelo como un elemento más del espacio escénico.
Entre los atractivos de la obra destacó no sólo el texto de Albert Camus, sino la construcción del espacio escénico y la iluminación, ésta última a cargo de Rosa María Brito.
El montaje, que contó con música en vivo dirigida por Carlo Constantini –un atenuante más para que las voces de algunos de los actores se perdieran en el camino hacia los oídos de los espectadores, no obstante la presencia de micrófonos–, sorprendió cuando una cabeza de cerdo fue colocada en el centro del escenario para mostrar la locura del emperador.
Para el público, la obra fue buena e incluso la recomendó, pero para otros espectadores hubo detalles como el sonido y la poca dicción de algunos actores.
El comerciante José Reyes Zepeda dijo que le gustó “la intensidad de la obra y la recomiendo”. Para el médico Marisela Rohn, “nos pareció bien la obra porque es un tema que no habíamos visto, interesante”.
En cambio, la joven Carolina Barba dijo: “No me gustó del todo, porque con el micrófono casi no se les entendía y como el lenguaje es muy pesado, muchas veces no me daba cuenta de lo que decían, pero me gustó mucho la iluminación y la escenografía”.
Vale la pena resaltar que más que un estreno formal de la obra, cuyo texto es complejo, se trató de una lectura dramatizada, por ello los actores se paseaban de un lado al otro del escenario con sus textos; además de que se ha concebido el montaje con la presencia de algunas voces más fuertes, como es el caso de la de Calígula, que subía y bajaba de volumen a discresión.
Este proyecto llegará a los foros nuevamente en enero de 2012, ya no como lectura sino como puesta en escena.