Cultura

Artistas urbanos de la Ciudad de México se sienten “acorralados”

Estatuas vivientes y botargas afirman que la dependencia capitalina los considera un potencial peligro para los peatones del Centro Histórico

CIUDAD DE MÉXICO (09/ENE/2011).-  El trabajo a ras de adoquín de artistas en la calle Madero es obstaculizado por Protección Civil y organizaciones de ambulantes.

Estatuas vivientes y botargas entrevistadas afirman que la dependencia capitalina los considera un potencial peligro para los peatones al instalarse en esta avenida del Centro Histórico.

La gran afluencia de visitantes a la calle peatonal el pasado uno y dos de noviembre provocó conflictos que obligaron a las autoridades capitalinas a reubicar en Motolinia y Gante a los artistas autorizados para trabajar.

“Nos echaron a todos de ahí porque dijeron que estudios muy sesudos de Protección Civil les informaron que sobre Madero éramos un riesgo, un estorbo, y que en las calles paralelas no”, dijo uno de los caracterizados que se reservó su nombre por seguridad.

Sobre las calles peatonales paralelas se instalan desde artistas callejeros o “bortagueros” con quienes los capitalinos y turistas nacionales e internacionales se toman la foto o admiran sus actos a cambio de unas monedas.

Los histriónicos que laboran en Madero dicen que cuentan con un permiso, sin embargo, aseguran que una “mafia” de personas se apoderó de las calles y que les cobran por día 50 pesos.

“Sí tenemos permisos, pero el gobierno del DF se lavó las manos. La organización de Diana (Sánchez) Barrios vino y dijo: ‘Las calles son mías’. En la reunión las autoridades nos dijeron que nos fuéramos a las paralelas y que nos asociáramos, de lo contrario que nos fuéramos”, explicó uno de los artistas urbanos.
Juntos pero no revueltos

Hasta en el arte callejero hay jerarquías aseguran los artistas de Madero, quienes invierten tiempo y dinero para desarrollar sus personajes.
Con el cambio de ubicación, además de sentirse reprimidos y “asfixiados” por la falta de espacio, los trabajadores no están de acuerdo con lo que ellos llaman “el desbordamiento de botargas”.

“Nos han reprimido, también se dio un desbordamiento de botargas y eso no es arte, eso es otra cosa”, señaló una persona que deleita con frases cortas a los peatones.

A diferencia de las botargas, algunos de los creativos urbanos señalan que cada vez laboran menos en esta zona porque no les satisface estar tan amontonados y pagar por el derecho de piso.

Temas

Sigue navegando