Cultura
Alberto Gómez Barbosa: 50 años de pintar con luz
El fotógrafo tapatío presentará hoy Luz y Sombra, libro de autor que recoge lo mejor de su obra a lo largo de cinco décadas
GUADALAJARA, JALISCO (08/DIC/2011).- El primer objeto que Alberto Gómez Barbosa (1936) compró en su vida, a la edad de 10 años, fue una pequeña cámara de plástico Dick Tracy, y desde entonces comenzó su fascinación por el arte de escribir con luz. Sin embargo, atareado con su labor de locución en radio (que realiza hasta la fecha), no fue hasta convertirse en un adulto joven que decidió tomarse en serio esta actividad, hace ya 50 años.
Como un homenaje a ese noble trabajo de capturar las imágenes de la vida cotidiana, la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística de Jalisco, el Seminario de Cultura Mexicana y la asociación Promoción Cultural de Jalisco –que comparten el objetivo de fomentar la cultura regional—, unieron esfuerzos para publicar una antología fotográfica de Gómez Barbosa, que lleva por título Luz y Sombra.
El libro de autor que contiene 200 fotografías en blanco y negro, está estructurado en siete capítulos: ‘Mi pueblo, mi gente’, ‘Arquitectura’, ‘Niños’, ‘Paisaje’, ‘Formas y Texturas’, ‘Retrato’, y ‘Viajes’, cada uno de ellos introducido con letras por Jorge Souza, Juan Palomar, Raúl Bañuelos, Ramiro Lomelí, Ernesto Flores, Guillermo García Oropeza y Silvia Quezada, respectivamente, además del prefacio de José Luis Meza Inda.
A unos días de su presentación formal en el Museo Regional de Jalisco, donde acompañarán al autor el presidente de la Sociedad de Geografía, Julio Santillán y el maestro Efraín Franco, Alberto Gómez Barbosa charló con este diario para hablar sobre este libro que, en sus palabras, cierra un ciclo importante en su carrera.
— ¿Cómo inició su carrera fotográfica?
— Me tocó ver una exposición de un señor al que yo no conocía, vi en el periódico que se inauguraba y fui en la mañana cuando la estaban montando ¡Ni siquiera sabía que las exposiciones se inauguraban en la noche! Me sorprendió ver en (formato de) 11 x 14 (pulgadas) paisajes, o cosas como la rueda de una carreta. Me sorprendió que se pudiera fotografiar eso y se viera tan bonito. Nunca tuve clases formales, pero aprendí con un señor alemán que me orientaba; en charlas con Miguel Echeverría y Marcelino Araiza y en las excursiones que hacíamos los domingos para tomar fotos.
— ¿Cómo surge la idea de hacer esta antología de su obra fotográfica?
— Acabo de tener dos exposiciones este año, una en el Club San Javier de abstracto, y otra en el Ex Convento del Carmen de viajes a Europa. Las gentes que vieron las dos exposiciones me propusieron hacer este libro, y mi primera reacción fue decir ‘no saben de lo que hablan’ porque no es barato hacer un libro de fotografía. Pero el licenciado Guillermo Ramírez Godoy (director editorial) tiene un camino muy andando, tiene un equipo muy bueno y muy rápido.
— ¿Cómo fue el proceso de selección de las fotografías?
— Son fotos que he tomado en 50 años. Todo el proceso duró 3 meses, porque fue una selección de un acervo de 80 mil negativos o más. Pensé en un curador, pero el mismo Ramírez Godoy me dijo: ‘es un libro tuyo, hazlo tú’. Así que lo hicimos mi esposa y yo, porque ella ya desarrolló muy buen ojo. No traté de llevar un orden cronológico, sino que escogimos fotos que nos gustaban mucho. Por supuesto que se tuvieron que digitalizar para imprimir el libro, pero yo las entregué impresas por mí en laboratorio, porque eso le da un aura muy especial.
— ¿Qué significado tiene para usted seguir trabajando con análogo en la era digital?
— Yo considero que en este momento los que hicimos fotografía análoga vamos a ser como reliquias de museo. Respeto mucho el boom de lo digital, pero creo que con la cantidad astronómica de fotografías que se hacen hoy en día va a ser más difícil destacar. Yo alcancé a tener un libro, pero creo que unos años ya no va a ser posible. Va a ser más bien a través de medios electrónicos. Yo logré quedarme ahí, como reliquia de museo pero ahí andamos.
— ¿Por qué incluir solo fotografías en blanco y negro?
—Porque es lo que a mí siempre me ha gustado, con lo que me siento más cómodo. Creo que el blanco y negro es una manera más abstracta de ver las realidades. El color es la realidad total, y el blanco y negro le agrega un abstracto que a mí me agrada mucho. Tengo un mueble lleno de cámaras y siempre tuve una negra para blanco y negro, y una plata del mismo modelo para fotos a color: si me interesaba la luz, la forma o la figura era blanco y negro, si era el colorido tomaba la de color. Tengo más de treinta libros impresos con fotos a color, pero siempre como parte secundaria del libro de otro autor.
— ¿Dónde se podrá adquirir Luz y Sombra?
— La distribución está casi hecha porque se vendieron por anticipado a gente de industria y de comercio que los van a dar para regalos de navidad. Pero el día de la inauguración se van a vender a un precio muy razonable (300 pesos), porque no es un negocio editorial sino una asociación de promoción de las artes sin fines de lucro. Y después los que me den a mí los pondré en librerías de Guadalajara.
Como un homenaje a ese noble trabajo de capturar las imágenes de la vida cotidiana, la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística de Jalisco, el Seminario de Cultura Mexicana y la asociación Promoción Cultural de Jalisco –que comparten el objetivo de fomentar la cultura regional—, unieron esfuerzos para publicar una antología fotográfica de Gómez Barbosa, que lleva por título Luz y Sombra.
El libro de autor que contiene 200 fotografías en blanco y negro, está estructurado en siete capítulos: ‘Mi pueblo, mi gente’, ‘Arquitectura’, ‘Niños’, ‘Paisaje’, ‘Formas y Texturas’, ‘Retrato’, y ‘Viajes’, cada uno de ellos introducido con letras por Jorge Souza, Juan Palomar, Raúl Bañuelos, Ramiro Lomelí, Ernesto Flores, Guillermo García Oropeza y Silvia Quezada, respectivamente, además del prefacio de José Luis Meza Inda.
A unos días de su presentación formal en el Museo Regional de Jalisco, donde acompañarán al autor el presidente de la Sociedad de Geografía, Julio Santillán y el maestro Efraín Franco, Alberto Gómez Barbosa charló con este diario para hablar sobre este libro que, en sus palabras, cierra un ciclo importante en su carrera.
— ¿Cómo inició su carrera fotográfica?
— Me tocó ver una exposición de un señor al que yo no conocía, vi en el periódico que se inauguraba y fui en la mañana cuando la estaban montando ¡Ni siquiera sabía que las exposiciones se inauguraban en la noche! Me sorprendió ver en (formato de) 11 x 14 (pulgadas) paisajes, o cosas como la rueda de una carreta. Me sorprendió que se pudiera fotografiar eso y se viera tan bonito. Nunca tuve clases formales, pero aprendí con un señor alemán que me orientaba; en charlas con Miguel Echeverría y Marcelino Araiza y en las excursiones que hacíamos los domingos para tomar fotos.
— ¿Cómo surge la idea de hacer esta antología de su obra fotográfica?
— Acabo de tener dos exposiciones este año, una en el Club San Javier de abstracto, y otra en el Ex Convento del Carmen de viajes a Europa. Las gentes que vieron las dos exposiciones me propusieron hacer este libro, y mi primera reacción fue decir ‘no saben de lo que hablan’ porque no es barato hacer un libro de fotografía. Pero el licenciado Guillermo Ramírez Godoy (director editorial) tiene un camino muy andando, tiene un equipo muy bueno y muy rápido.
— ¿Cómo fue el proceso de selección de las fotografías?
— Son fotos que he tomado en 50 años. Todo el proceso duró 3 meses, porque fue una selección de un acervo de 80 mil negativos o más. Pensé en un curador, pero el mismo Ramírez Godoy me dijo: ‘es un libro tuyo, hazlo tú’. Así que lo hicimos mi esposa y yo, porque ella ya desarrolló muy buen ojo. No traté de llevar un orden cronológico, sino que escogimos fotos que nos gustaban mucho. Por supuesto que se tuvieron que digitalizar para imprimir el libro, pero yo las entregué impresas por mí en laboratorio, porque eso le da un aura muy especial.
— ¿Qué significado tiene para usted seguir trabajando con análogo en la era digital?
— Yo considero que en este momento los que hicimos fotografía análoga vamos a ser como reliquias de museo. Respeto mucho el boom de lo digital, pero creo que con la cantidad astronómica de fotografías que se hacen hoy en día va a ser más difícil destacar. Yo alcancé a tener un libro, pero creo que unos años ya no va a ser posible. Va a ser más bien a través de medios electrónicos. Yo logré quedarme ahí, como reliquia de museo pero ahí andamos.
— ¿Por qué incluir solo fotografías en blanco y negro?
—Porque es lo que a mí siempre me ha gustado, con lo que me siento más cómodo. Creo que el blanco y negro es una manera más abstracta de ver las realidades. El color es la realidad total, y el blanco y negro le agrega un abstracto que a mí me agrada mucho. Tengo un mueble lleno de cámaras y siempre tuve una negra para blanco y negro, y una plata del mismo modelo para fotos a color: si me interesaba la luz, la forma o la figura era blanco y negro, si era el colorido tomaba la de color. Tengo más de treinta libros impresos con fotos a color, pero siempre como parte secundaria del libro de otro autor.
— ¿Dónde se podrá adquirir Luz y Sombra?
— La distribución está casi hecha porque se vendieron por anticipado a gente de industria y de comercio que los van a dar para regalos de navidad. Pero el día de la inauguración se van a vender a un precio muy razonable (300 pesos), porque no es un negocio editorial sino una asociación de promoción de las artes sin fines de lucro. Y después los que me den a mí los pondré en librerías de Guadalajara.