Consumo excesivo de alcohol aumenta presión social en Italia

MILÁN, ITALIA.- Un espectáculo nada especial en países del norte de Europa como Gran Bretaña se está volviendo común en Milán, a medida que la tradición italiana de tomar vino sólo en las comidas cede ante la posibilidad de beber hasta el hartazgo.

En un país donde se dice que "el vino hace bien a la sangre", las autoridades están lidiando con una cultura alcohólica juvenil basada en el modelo de consumo en los países del norte.

"Todavía no hemos alcanzado los niveles vistos en Gran Bretaña pero en cinco años estaremos allí. No estamos muy lejos", dijo a Reuters el doctor Luca Bernardo, un experto en salud adolescente del hospital Fatebenefratelli de Milán.

Su hospital está en una zona rodeada por bares y asegura que cada dos semanas como mínimo su sala de emergencias debe atender a algún joven venes en coma etílico o intoxicado.

No sorprende ver niños de 11 a 13 años en la sala de emergencias, sostuvo Bernardo.

La publicidad de bebidas alcohólicas, los nuevos productos como los refrescos alcohólicos dirigidos al público más joven, el aburrimiento y los problemas sicológicos pueden estimular la ingesta, según los doctores.

Desde la plaza de Milán, cerca de las Columnas de San Lorenzo, se ven dos carteleras: una es de Absolut Vodka y la otra de cerveza Nastro Azzurro.

En el bar de la esquina donde hacen fila estudiantes de entre 20 y 30 años, las principales bebidas son el cuba libre, vodka con limón, gin & tonic y varias marcas de cerveza.

En julio, Milán se convirtió en la primera ciudad italiana en tomar medidas enérgicas contra el consumo de alcohol entre los jóvenes. En una iniciativa aplaudida por el primer ministro Silvio Berlusconi, el polo comercial dispuso multas de 500 euros por la posesión y el consumo de alcohol a los menores de 16 o a quienes se lo vendan.

Los costos sociales y económicos del alcohol -estimados por la Organización Mundial de la Salud en el 2004 en 5 a 6 por ciento del PIB- incluyen el incremento de casos fatales en accidentes de tránsito.

Los medios italianos regularmente hablan de la "Masacre de sábado por la noche".

La conducción en estado de ebriedad causa la muerte de unos 2.800 jóvenes al año, según una propuesta en marzo de legisladores del partido gobernante para elevar la edad mínima legal para el consumo de alcohol a 18 años y reducir el contenido de alcohol permitido en sangre al conducir.

"La opinión pública es bastante sensible ante esto", dijo a Reuters el senador Lucia Malan, uno de los firmantes.

BEBIDAS ENTRE COMIDAS

Un estudio del 2007 de la encuestadora ESPAD mostró que un 38 por ciento de los estudiantes italianos de entre 15 y 16 años dijeron haber bebido en exceso el mes pasado, un aumento respecto del 23 por ciento que afirmó haberlo hecho en 1995.

La cifra puso a Italia por delante de Suecia y Finlandia, que reportaron disminuciones, pero aún está muy por detrás del 54 por ciento de Gran Bretaña.

Resaltando el viraje hacia el modelo del norte de Europa, las cifras del 2008 de la oficina nacional de estadísticas ISTAT muestran que los consumidores de vino y cerveza están disminuyendo, mientras que los que elijen otros productos, como las bebidas blancas, están en aumento.

A nivel general, el número de italianos que bebe entre comidas ha permanecido estable en los últimos 10 años en uno cada cuatro, según muestran los números de ISTAT. Pero entre los jóvenes de entre 14 y 17 años, ha aumentado para ubicarse a casi la mitad en la última década.

El doctor Emanuele Scafato, director del observatorio de alcohol de CNESPS, dijo que a diferencia de países como Francia y Alemania, las medidas de Italia contra el manejo en estado de ebriedad y la venta de bebidas alcohólicas a adolescentes eran leves.

El médico responsabilizó a la fuerte publicidad y a los alcopops por los nuevos excesos, diciendo que en Italia cada año se gastan unos 169 millones de euros en anuncios de alcohol.

Massimiliano Bruni, profesor de la universidad de negocios Bocconi en Milán, dijo que había pocas posibilidades de que el Gobierno se sintiera presionado para hacer más estricta la publicidad de alcohol: iniciativas más suaves para promover el consumo responsable eran más probables.

"No veo los riesgos de intervenir en esto", dijo Bruni, observando que Italia había sido más lenta que otros países occidentales en tomar medidas enérgicas contra el consumo de tabaco.

"Podría haber iniciativas sensibilizadoras y no debe descartarse que en el futuro a algunos productos se les exija que lleven una etiqueta advirtiendo que el alcohol daña la salud", manifestó.