Villa de Etla, un rincón con sabor y cultura

GUADALAJARA, JALISCO (02/JUN/2013).- Existen lugares que no requieren de una gran infraestructura hotelera para enamorar al turista. Por el contrario, la simplicidad de sus calles y casonas bastan para que el visitante goce de una estadía íntegra, entretenida y 100% dinámica. Como ejemplo destaca Villa de Etla, municipio del Estado de Oaxaca, que resalta como un destino turístico cultural y bohemio, ideal para aquellos viajeros que buscan sitios de tranquilidad pero siempre cargados de algarabía, cultura y gastronomía.

En Villa de Etla las atracciones cuentan con un aire histórico procedente de la época prehispánica, elemento que le brinda una personalidad y espíritu místico a la región. En lengua náhuatl, el nombre de este sitio significa “Lugar donde abundan los frijoles”, que según cuentan las leyendas, este título refiere a la fertilidad y riqueza que sus antiguos pobladores atribuían a sus deidades.

Villa de Etla es un destino idóneo para aquellos turistas que disfrutan del clima templado y fresco, pues su entorno ecológico presume de una colorida flora capaz de crear una estampa natural entre motes florales como el geranio, rosa bugambilia, violeta, noche buena y flor de muerto, así como enormes árboles como la casuarina, el fresno y el cazahuate, entre otros.

Estos parajes fungen como puntos de esparcimiento en Villa de Etla que, a través de sus senderos acondicionados, los turistas emprenden actividades al aire libre como el senderismo, los paseos en bicicleta o cuatrimotro, así como cabalgatas en las que los visitantes conocen leyendas y mitos por parte de los guías, mismos que detallan y muestran durante el recorrido algunas otras especies propias de la región.

Sabores de tradición

En Oaxaca, los mercados son los principales puntos de reunión para aquellos turistas novatos y expertos, pues en estos sitios, sus muros y pasillos conservan la más pura tradición e historia de sus habitantes, que a pesar del paso del tiempo, siguen con la misma sazón ancestral.

Además de la comida, los parroquianos se encargan de vestir los mercados con sus creaciones artísticas que, por lo general, son artesanías elaboradas gracias a su inspiración y dominio de diferentes técnicas, desde esculturas, tallas en madera y cerámica, hasta prendas realizadas con la milenaria técnica del telar de cintura.

El más importante en Villa de Etla es el mercado Porfirio Díaz, el cual está construido de cantera, característica que le dota una personalidad rústica. En sus pasillos es común encontrar puntos de venta de productos lácteos totalmente naturales, así como carnicerías, tortillerías y frutos y verduras, cosechadas en diferentes regiones del estado.

Este mercado goza de una popularidad y una gran afluencia de visitantes, principalmente los días miércoles y domingos, ya que los comerciantes ofrecen uno de los alimentos más tradicionales de la zona, como el pan de yema, una pieza de consistencia suave que es complementado con semillas de ajonjolí y chocolate o leche recién ordeñada a temperatura caliente. Otro recinto emblemático en este municipio es el Templo de Etla, que junto a un ex convento labrado en la piedra de cantera que, según los registros, data del año 1620. Estos inmuebles religiosos tienen áreas verdes y arbolada de acceso libre, por lo que por las tardes, es común que los habitantes organicen pequeñas verbenas populares con la venta de esquites (elotes), pan casero y chocolate.

Fiesta diaria

Durante todo el año, Villa de Etla mantiene viva cada una de las tradiciones nacidas desde la época prehispánica, colonial y moderna, desde aquellas celebraciones populares hasta las religiosas que reúnen a miles de visitantes que acuden para disfrutar las fiestas colmadas de artesanías, presentaciones escénicas y musicales, así como muestras culinarias de talla nacional e internacional

Cada 22 de enero se realiza la peregrinación de Texcoco en el ex convento, que desde las primeras horas de la madrugada recibe a miles de caminantes procedentes de todo el país que acuden a mostrar devoción al santo patrono de la región El Señor de la Peñas.

Otro festejo especial es durante el mes de junio, en el que se realizan las fiestas patronales de San Pedro y San Pablo.

El día más importante es el 29 del mismo mes, en el que la verbena popular sale a las calles entre grandes vendimias de comida y los clásicos juegos mecánicos y pirotecnia, mientras que las mujeres colorean el ambiente con sus tradicionales vestimentas de chinas oaxaqueñas, con faldas largas de color rojo, amarillo y verde y una canasta de flores colocada en la cabeza.

Como parte de las actividades emprendidas por la Guelaguetza, Villa de Etla organiza su pequeño festín con motivo de la “Leyenda de la hija del maíz”, que recuerda la historia amorosa y dramática de la princesa Donají, un sábado previo a la realización de la Octava del Lunes del Cerro a las ocho de la noche en la explanada principal del municipio.