Suplementos | Libro sobre las iglesias de Mezquitán, Analco y Mexicaltzingo Una herencia monumental en la ciudad El libro ''Las iglesias de Mezquitán, Analco y Mexicaltzingo'' propone un viaje por templos que se distinguen en la ciudad por su arquitectura, belleza y tradición Por: EL INFORMADOR 2 de marzo de 2014 - 01:07 hs Descanso. El templo de Mexicaltzingo y el jardín donde se levanta. / GUADALAJARA, JALISCO (02/MAR/2014).- Durante la época virreinal, Mezquitán, Analco y Mexicaltzingo no eran parte de Guadalajara. Lo que hoy conocemos con nombres de calles y barrios eran los pueblos más antiguos de la ciudad. Su función era proveer recursos materiales y humanos que sirvieran para la edificación y el mantenimiento de la ciudad. Juntos formaban una muralla que la cercaba y protegía de las incursiones de los chichimecas. En el libro Las iglesias de Mezquitán, Analco y Mexicaltzingo (Univa, 2014), el presbítero Armando González Escoto investiga la herencia monumental de los cuatro templos que se alzan en estos barrios viejos: San Miguel, San Sebastián, San José y San Juan Bautista. Dichas edificaciones, según se señala en el libro, son “la evocación de las primeras devociones, de los esplendores del arte y de la ingeniería de los años virreinales”. Durante la presentación del libro, que se llevó a cabo el 20 de febrero en la Univa, González Escoto detalló que Mezquitán era el único pueblo de origen prehispánico; Analco se fundó con la llegada de los españoles, con indígenas originarios de esta tierra, y Mexicaltzingo era un pueblo de indígenas mexicas que se quedaron en Guadalajara luego de que, en el Siglo XVI, acompañaron al Virrey Mendoza en la Guerra del Mixtón. El investigador afirmó que al recorrer y reconocer estos antiguos pueblos y sus iglesias, advirtió la idiosincrasia, historia, antecedentes y experiencias de los pueblos indígenas que las construyeron. Sin embargo, destacó que es importante no olvidar el impacto que Guadalajara tuvo sobre estas poblaciones, a las cuales destruyó con su inexorable crecimiento. González Escoto explicó que, para el Siglo XVI, estos pueblos antiguos habían alcanzado un desarrollo importante, sobre todo Analco y, muy limitadamente, Mezquitán. Después de la Independencia, los pueblos fueron abolidos como ayuntamientos y se incorporaron a la ciudad como barrios. Sin embargo, Analco en el Siglo XVII y Mezquitán en el XVIII ya habían generado un patrimonio importante. La iglesia de Mexicaltzingo comenzó a levantarse a fines del Virreinato en una zona acuosa, llena de manantiales. En ese entonces Avenida La Paz era un río. La Calzada Independencia también era un río que se bifurcaba a la altura de Mexicaltzingo. Fue muy difícil construir esa iglesia debido a la falta de solidez del terreno. Actualmente está sostenida con muchos recursos de ingeniería contemporánea. González Escoto resaltó que la intención fundamental de estos seis libros, cuya investigación y publicación tardaron alrededor de 10 años, es divulgar el conocimiento, promover el aprecio y la conservación de estas 23 iglesias virreinales, ya que algunas, como la de San Felipe Neri, la iglesia barroca más típica y elegante de Guadalajara, se encuentran en una situación deplorable por falta de mantenimiento. “La torre de San Felipe es la torre más famosa en México en el plano del arte barroco y está en una situación bastante complicada, sea porque está entre dos calles de mucho tránsito de camiones, o porque no tiene mantenimiento y entonces tiene cuarteaduras en las bóvedas, donde se puede meter la mano”. El autor señaló que la falta de comunidades de fieles es un problema que acentúa el mal estado en el que se encuentran iglesias como Santa Teresa, Capuchinas, San Felipe Neri, Jesús María, Santa María de Gracia y Aranzazú. El que dichas comunidades no existan, añadió, se debe a que muchos habitantes huyeron del conflictivo y contaminado Centro Histórico de Guadalajara, que actualmente tiene alrededor de 950 casas abandonadas. Además, enfatizó que en estas 23 iglesias virreinales se observa una evolución económica del Siglo XVII al XVIII, ya que se pasa del herreriano, el estilo arquitectónico más sencillo y barato, al churrigueresco, más elaborado y caro. Un ejemplo del estilo herreriano es la fachada de la Catedral Metropolitana; del churrigueresco, la fachada del templo de Santa Mónica. “Pero además todas estas estructuras son la expresión de una arquitectura social que se dio en el Virreinato en toda América Latina, porque muchas de esas iglesias responden a obras sociales de atención a niños, educación de niños pobres, atención hospitalaria, educación de mujeres en edad de matrimonio. También para ayudar y asistir a mujeres en situaciones de desgracia”. También aseguró que cada iglesia está directamente conectada con una obra social, un aspecto que en el Virreinato esto tenía una especial importancia. “No son simplemente templos aisladamente considerados, sino que atrás de este templo hay toda una ingeniería de la asistencia social de este periodo. Y en esto está parte de su importancia, no sólo en la cuestión estética, como expresiones de la evolución del arte barroco en Guadalajara”. SABER MÁS El autor Armando González Escoto, colaborador de EL INFORMADOR, es cronista de la ciudad de Guadalajara, historiador y director del área de Pensamiento Estratégico de la Universidad del Valle de Atemajac. Ha dirigido la colección “Libro del Año Univa”, cuyos títulos anteriores son: > La iglesia de San Felipe Neri, joya del barroco tapatío > El templo Expiatorio de Guadalajara > El Santuario de Zapopan, nuestra Virgen, nuestra historia Iglesias conventuales de la Guadalajara virreinal > La catedral de Guadalajara Iglesias monásticas de la Guadalajara virreinal Parroquias y capillas tapatías, 1542-1815 Historia breve de la iglesia de Guadalajara Temas Tapatío Lee También El río Lerma: un pasado majestuoso, un presente letal Año de “ballenas flacas” El maestro de la brevedad: a 107 años del nacimiento de Juan José Arreola La vida del jazz tapatío Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones