GUADALAJARA, JALISCO (16/ABR/2017).- La noche del viernes en San Martín Hidalgo, Jalisco, llegó a refrescar. El calor que unas horas antes hacía mella en los vecinos se esfumó al ocultarse el Sol. Caminar por las calles del Barrio de la Flecha ya era un gozo y no un suplicio -si es que fueran las 17:00 horas-. Eso sí, al interior de las casas el calor vuelve a sofocar, son muchas personas en un mismo cuarto, en una sala, en un recibidor o en una cenaduría, todos queriendo ver a Jesucristo tendido, de cuerpo presente, entre hojas de laurel, coles, naranjas con clavos de olor y alfalfa.Desde hace 400 años en este municipio se velan Cristos para conmemorar al hijo de Dios cuando murió en la cruz, apenas en noviembre del año pasado se publicó en el Diario de la Federación que esta tradición de Los Tendidos de Cristo en San Martín Hidalgo era Patrimonio Cultural de Jalisco y el Viernes Santo había que celebrar tal acontecimiento con una placa conmemorativa y con la presencia de autoridades, ciudadanos, turistas y curiosos del poblado.Los Tendidos de Cristo es una suerte de sincretismo muy arraigada por las familias de San Martín Hidalgo, y ese viernes de noche fresca se velaron a 54, unos más viejos que otros, La Escuela de Conservación y Restauración de Occidente (ECRO) intervino 17 esculturas, algunas del siglo XVIII y varias más del XVII como el Cristo de la Misericordia (Coyotes) de la familia Padilla Zarate; El Señor del Mezquite de Alfredo Guerreo Virgen; San Salvador de Malaquías García González y el Cristo de la Piedad de Javier García Ruíz.Pero hay otros Cristos más jóvenes como los de don Rosalío Méndez Guerrero que tienen poco más de 20 años. Él está sentado en la sala de su casa para que los peregrinos entren a ver a sus tendidos, uno es de él y otro de un pariente falleció que en su honor han dispuesto a las dos efigies para que sean veneradas.Casas más arriba está doña María del Carmen Coracero Zárate custodiando a su Cristo que tiene alrededor de 250 años de antigüedad, ahí está en una esquina contemplándolo y recibiendo a los visitantes, ella y sus hermanas son dueñas de la reliquia, pero María del Carmen es quien está a cargo porque es la única que vive en San Martín Hidalgo, las demás radican en Guadalajara.“Yo vivo con esta tradición en sí desde que tengo uso de razón, pero viene de cinco generaciones atrás, y para mí es lo máximo, es un privilegio que nos heredaron nuestros antepasados. Para nosotros este Cristo siempre ha sido milagroso, de hecho mi abuelo y mi papá anduvieron en la Cristiada y ellos creían que gracias a la intervención del Cristo se libraron de batallas. Un sobrino tuvo un accidente muy fuerte, que ya lo daban por muerto y la libró; la fe es la que nos mueve”.María del Carmen no sabe si sus hijos seguirán con la tradición, ella se encargó de infundírselas y de que sintieran un arraigo por ella, “ahora las generaciones nuevas están muy cambiadas, pero seguimos insistiendo”.A Javier García Ruíz su Cristo de la Piedad le llegó como una donación de unos vecinos que se mudaron a Estados Unidos y ya no regresaron. Su efigie es de madera de sabino con incrustaciones de mezquite y tiene un corazón flotante pendido de cuatro hilos que si se moviera haría un sonido como el propio latir de un corazón. Su hermana Silvia también tiene en casa el Cristo San Salvador que perteneció a sus padres y ahora ella es la encargada de continuar con la tradición.“Siempre ha pertenecido a la familia de mi papá, el Cristo le fue donado por su mamá y ahora él lo dejó para todos nosotros, mi papá hace año tres meses que falleció y por esta ocasión quise ser yo quien estuviera al frente, desde ir a comprar la tela para el cendal y hacerlo, acomodar el altar con la ayuda de mis hermanos y familiares, así estamos acostumbrados, este día es muy grande para nosotros porque nos une más.Silvia también le adjudica milagros a su Cristo. “Yo traje a una niña, a los cinco años se cayó de la segunda planta de su casa, prácticamente se quebró la cabeza, se la encomendé al Cristo San Salvador, la niña pasó por varias cirugías, los médicos dijeron que si sobrevivía sería una niña especial, a los días ella despertó recordando perfectamente cómo había sido su accidente; en septiembre pasado cumplió 15 años”.La preservaciónDesde que se hizo la declaratoria de que Los Tendidos de Cristo eran Patrimonio Cultural de Jalisco, el municipio ha estado trabajando para preservar los Cristos y también remodelando las calles y estructuras de la cabecera para así fomentar el turismo, el año pasado durante los días santos tuvo una asistencia de más de 15 mil personas.La ECRO está trabajando constantemente con los dueños de los Cristos para que tengan un mejor cuidado de sus esculturas, por ejemplo, antes en los miércoles de la Semana Santa se marcaba la tradición de que el hombre de la casa bañara al Cristo, pero ahora esto sólo se hace de manera simbólica utilizando algodones o esponjas, pues la humedad daña a las esculturas.Se está creando un registro, una guía de manejo o lo que la UNESCO llama el plan de salvaguardia, que en este caso es realizar mecanismos de conservación, hacer un trabajo director con los portadores (los dueños de los Cristos) y con ellos construir este plan.Sobre los Cristos de San Martín Hidalgo antiguos se tiene información de que estos fueron hechos en la población y en los municipios cercanos de Cocula y Ameca, que además estos poblados también guardan un fervor por esta tradición, es el caso también de Ciudad Guzmán, la mayoría de los Cristos tienen rasgos indígenas pues fueron hechos por los habitantes cuando los españoles evangelizaban a los pueblos.
