Suplementos | De viajes y aventuras Solito: la historia de un personaje El hombre destruye lo que le rodea; otras especies muestran su fe en la vida Por: EL INFORMADOR 28 de julio de 2012 - 23:41 hs SOBERANO. Solitao en acción, asechando sobre la maleza del monte. / GUADALAJARA, JALISCO (29/JUL/2012).- Hoy mi ánimo no se siente bien. Me agobia el ritmo que estamos tomando los hombres en nuestro vivir en esta tierra tan llena de belleza. Por miles y miles de años el hombre ha vivido y convivido en paz con nuestra madre Tierra; y en los últimos años, algo le ha pasado a la mente humana que estamos alterando el equilibrio de la naturaleza de nuestro mundo. Destruimos los bosques sin piedad, siendo que las plantas, al contrario de nosotros, inhalan bióxido de carbono y exhalan el oxígeno que nosotros necesitamos. Bebemos agua dulce que la tierra nos la proporciona en los ríos y lagunas que nosotros infestamos con nuestros desechos. Y más. La lucha, cual quijotes, por hacer concientes a nuestros congéneres de estas conductas tan poco sanas; la oposición protagonista de algunos; y la opinión consumista de nuestra sociedad, hacen que a veces el ánimo decaiga, pero… en fin; y con un tema diferente, la historia de Solito viene al caso, y se las platicaré. Llovía. Llovía mucho en el rancho donde la suerte me mandó a vivir… cuando una perra extraña y grande, de ojos verde-amarillos, se metió arrastrastrándose por debajo de las púas del potrero que da a la carretera. A la perra, que al principio salía a traer lo que encontrara para darle leche a sus hijitos, y que más tarde les traía lo que a su juicio consideraba que los alimentaría, le pusimos el nombre de Heroica. Cuando sus cachorros fueron creciendo… en su afán de protección se los fue llevando, a los lugares que ella desgraciadamente conocía. Pero… uno de ellos; no sé si por temor o por sabiduría, nunca quiso acompañarla, y se quedó… solito. Y solito siguió resistiendo lluvias y fríos en su madriguera. Cuando pasábamos cerca de su escondrijo… aquella minucia de animal, con sus orejitas gachas, nos saludaba con unos simpáticos meneos de su patita derecha y… ¡Nos conquistó! Llovía y llovía cuando, hace años escribí esta historia. Ahora, las lágrimas llueven por igual al ver a Solito perderse entre las sombras que le dicen sus ojos casi ciegos. Una terrible enfermedad (uveítis) le hace distorsionar las imágenes; perdiéndose, temeroso, entre figuras desconocidas contra las que, al chocar con ellas, el pánico le invade encontrando guía y consuelo tan sólo en el sonido de mi voz. Y ahora… como hace tantos años, siento que la lluvia que caía cuando llegó, sigue cayendo cariñosa sobre sus ojos buscando espantar las sombras para darle una nueva luz. Ojalá dice la lluvia. Ojalá dice la vida. Caen las gotas. Temas Pasaporte De viajes y aventuras Animales Lee También ¿Qué alimentos SÍ pueden comer las ardillas y cuáles NO? Zacatecas y La Antigua: Viaje a dos joyas históricas de México El arte de saborear Nayarit ¿Cuántas especies habitan en el Bosque de los Colomos? Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones