Suplementos | Por Norma Gutiérrez Ruta escultórica Guadalajara te ofrece un recorrido callejero para disfrutar de las esculturas que por años han dado identidad a sus habitantes Por: EL INFORMADOR 29 de mayo de 2010 - 01:52 hs GUADALAJARA, JALISCO (29/MAY/2010).- No importa en qué momento del día las observemos, ni cómo es que pasemos a su lado, ya sea en automóvil, a pie o en el transporte público, las esculturas que se encuentran distribuidas por las ciudad representan un legado histórico y social de nuestra cultura mexicana y sobre todo, el pensamiento e ideología de aquellos que idealizaron la forma para construirlas. Guadalajara y sus alrededores cuentan con monumentos y esculturas que son dignas de admiración ante la imponente y perfecta combinación de la historia y la modernidad. Aunque muchos no le encuentren sentido a la construcción de éstas, la verdad es que nos sirven de resguardo ante los rayos del Sol o simplemente como una referencia para ubicar un lugar. Maestros de las artes plásticas y la escultura nos han regalado colosales y distintivas obras de arte. Disfruta de las esculturas y monumentos que visten y adornan la metrópoli, aquí te hacemos una ruta para que la próxima vez que pasees al lado de estas piezas las reconozcas y conozcas la historia que se esconde tras la cantera o cobre. Los Arcos del Tercer Milenio Esta estructura aún no está terminada en su totalidad, pero los cuatro arcos que se levantan sobre la Avenida Mariano Otero a su cruce con Lázaro Cárdenas son ya parte distintiva de la ciudad. La colosal obra que inició su construcción en el año 2000 pesa mil 500 toneladas y tiene una altura de 52 metros sobre una superficie de 17 mil metros cuadrados. El objetivo de realizar esta obra surgió tras la necesidad de mejorar la imagen urbana en cada nodo de mayor circulación de Guadalajara, además de sumarse a la celebración de aquel entonces, el comienzo del nuevo milenio en el año 2001. La autoría de este proyecto escultórico de seis arcos amarillos, como se plasmó en la idea original, es de Enrique Carbajal González, mejor conocido como “Sebastián”, quien contó con el apoyo del entonces alcalde de Guadalajara, Francisco Ramírez Acuña, al ser puesto a concesión entre un grupo de reconocidos artistas y expertos en planeación urbana. El financiamiento para la conclusión de la pieza se encuentra congelado y se ha visto inmersa entre la polémica, por lo que al término de la construcción del cuatro arco en 2005, la obra se excluyó del presupuesto de gobierno. La Estampida Mejor conocida como la Glorieta de los Caballos, esta pieza se encuentra exactamente en el cruce de la avenida López Mateos y Niños Héroes. Las piezas escultóricas representan la huída de 14 caballos, entre éstos logran interpretar fuerza y dinamismo ya que cada potrillo tiene movimiento y forma única. La caballada fue diseñada por el artista Jorge de la Peña y se plasmó físicamente a base de cobre. Sin lugar a dudas, el grupo de caballos es una muestra de la interacción animal con el ambiente de la urbe. La pieza originalmente estaba a un costado del Instituto Cultural Cabañas, entre éste y el mercado San Juan de Dios, pero fue rescatada y colocada en este nuevo espacio donde resalta y llama la atención de propios y extraños. El Pájaro Amarillo La esquina donde se une la Avenida Arcos con la calle Inglaterra fue el lugar perfecto para colocar una obra que con el paso de los años, el olvido y el vandalismo se encargarían de restar la elegancia y modernidad que Mathías Goeritz en conjunto a Luis Barragán, brindaron a la ciudad en 1957 en la colonia Arcos Sur. La singular escultura representa la forma abstracta de un pájaro en color amarillo que expande sus alas al cielo tapatío, ha sido rescatada por el colectivo Sector Reforma, que harto del deterioro y la acumulación de basura, optó por revivir el auténtico escenario que lo rodea, las vías del tren y paulatinamente agregar bancas e iluminación para hacer de esta obra un verdadero espacio de esparcimiento juvenil. Fuente la Minerva Es la fuente más grande de la ciudad y la encargada de resguardar desde la zona Poniente de la urbe tapatía, se encuentra ubicada en el cruce de las avenidas López Mateos, Vallarta, la diagonal Golfo de Cortés y Circunvalación Agustín Yáñez. La construcción de la diosa romana, Minerva, fue ordenada por el gobernador Agustín Yáñez, durante su mandato en 1954. La fuente tiene un diámetro de 17 metros, en el centro se encuentra un muro de de tres metros de alto por 25 de ancho donde se plasmaron dos leyendas en cada extremo: “Justicia, sabiduría y fortaleza custodian a esta leal ciudad” y “A la gloria de Guadalajara”, en tanto que la colosal estatua de la diosa mide 20 metros de altura. El proyecto resguarda 18 nombres de personajes que al parecer de Yáñez, contribuyeron en la formación de lo que actualmente es Guadalajara. El autor de la estatua es del escultor Pedro Medina Guzmán, mientras que el encargado de realizar la obra fue el arquitecto Julio de la Peña. A pesar de que en su comienzo la fuente fue sumamente criticada por los ciudadanos, hoy en día la glorieta representa un ícono cultural y deportivo, pues los carriles aledaños a ésta sirven para dar rienda suelta a múltiples festejos musicales y escénicos. Además de que la cortina de agua que se levanta durante el día ofrece un escenario perfecto para resaltar las áreas verdes que complementan a esta pieza arquitectónica. Glorieta de la Madre Patria La figura femenina se hace presente en la majestuosa estatua dedicada a la libertad patriótica en el cruce de las avenidas Niños Héroes y Chapultepec. La cantera rosa que se levanta sobre la popular glorieta, da un toque juvenil y tradicionalista al suceso histórico en el que seis cadetes sacrificaron su vida durante la Batalla de Chapultepec el 13 de septiembre de 1847. La Madre Patria fue esculpida con una larga túnica y una extensa guirnalda de rosas que se distribuyen a lo largo de su cuerpo, tanto que un águila devora a una serpiente bajo sus pies. La pieza rosada se posa sobre un obelisco que resguarda a los cadetes en un relieve de bronce grisáceo. El conjunto escultórico de Juan Olaguibel, se mezcla con una de las avenidas más queridas de Guadalajara, la avenida Chapultepec, obra del arquitecto Julio de la Peña. Actualmente es un punto de encuentro cultural y artístico. Su camellón, que inicia desde la avenida México y concluye en la avenida Washington, ofrece actividades recreativas para toda la familia y una galería al aire libre. Al mismo tiempo se pueden admirar monumentos realizados en honor a los seis combatientes mexicanos: Vicente Suárez, Juan de la Barrera, Juan Escutia, Francisco Márquez, Agustín Melgar y Fernando Montes de Oca. Friso de los fundadores de Guadalajara Sin lugar a dudas, es el conjunto arquitectónico más representativo de Guadalajara. El telón de tres metros de altura por 21 metros de ancho inmortaliza a quienes fundaron la Perla Tapatía aquel 14 de febrero de 1542: el conquistador español Cristóbal de Oñate, doña Beatriz Hernández y demás grupos ayudantes y religiosos. La pieza de alto relieve está forjada en bronce y es autoría del jalisciense Rafael Zamarripa. El friso se localiza justamente a espaldas del Teatro Degollado en la Plaza Fundadores en el Centro Histórico de la ciudad. Inmolación de Quetzalcóatl La mitología prehispánica se hace presente en el primer cuadro de la ciudad, con una colosal fuente que representa a Quetzalcóatl, dios azteca y tolteca venerado en Teotihuacán. La serpiente emplumada de 25 metros de altura, la coloca como una de las fuentes más altas a nivel mundial. La construcción es gracias al ex presidente José López Portillo, pues al ser éste admirador de dicha cultura, el gobierno tapatío optó por estructurarla en su honor el 15 de febrero de 1982. La obra de cinco piezas trabajadas en bronce y labradas a mano, es del jalisciense Víctor Manuel Contreras, quien logró plasmar al dios de la Tierra y fertilidad en esta fuente capaz de elevar sus chorros hasta 25 metros de altura. Sala de los magos El surrealismo y la magia florecen en la explanada del Instituto Cultural Cabañas en la Plaza Tapatía. La sala de los magos, esculpida en bronce, resalta las formas asimétricas que el artista plástico Alejandro Colunga, regaló a Guadalajara en 1993. La fantasía que sobresale en cada una de las extremidades y anatomía de los magos y seres extraños, hace de esta pieza un magnífico lugar para que los turistas y curiosos se acerquen a contemplar las escultura de color dorado, y por qué no, hasta tomarse una fotografía durante un paseo familiar. El artista tapatío se hizo acreedor a los premios Jalisco y las Artes, el de Arquitectura en 1994. No existen pretextos para dejar de visitar esta zona de descanso, ya que las sillas están disponibles para que el público haga uso de éstas. Temas Tapatío Lee También “El diccionario del poder” y otras grandes apuestas del Mupag Palabras para ensanchar el mundo Gente Bien Jalisco: Revista del 7 de febrero 2025 Entre la abstracción y la verdad Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones