Viernes, 10 de Octubre 2025
Suplementos | Aunque se trata de un deporte rudo, las 'lobas' no pierden el estilo

Rugby color de rosa

Aunque se trata de uno de los deportes más rudos en el mundo, estas 'lobas' no pierden el estilo en cada partido; eso sí, hay que temerles

Por: EL INFORMADOR

Las integrantes del equipo femenil de rugby saben a lo que van cada vez que entran en la cancha, pero nada las detiene. EL INFORMADOR / A. Hernández

Las integrantes del equipo femenil de rugby saben a lo que van cada vez que entran en la cancha, pero nada las detiene. EL INFORMADOR / A. Hernández

GUADALAJARA, JALISCO (16/NOV/2014).- Aquí no hay lágrimas ni quejas, aunque está permitido sucumbir ante el dolor y el cansancio. “Las lobas” afilan la mirada hacia el oponente y la sangre comienza a bombear hacia las piernas de acero, que bien podrían partir en dos un árbol con sólo una patada.

El rubor de las mejillas revela la inocencia de las competidoras, la dulzura con la que esperan que el balón comience a volar sobre el pasto. El partido de rugby está por iniciar. Es la escena que Patricia Sánchez repite desde hace cinco años cuando decidió sumarse al llamado “juego de hombres”, cuando retó a su cuerpo a descubrir la máxima resistencia ante uno de los deportes considerados de los más agresivos del mundo.

Es jueves y el reloj apresura a iniciar la práctica semanal a las ocho de la noche en las canchas de Lomas Altas, espacio en el que Xiomara Piña, novata en este deporte, también llega para descubrir las virtudes técnicas y de disciplina que esta actividad le brindan desde hace un mes, cuando se integró a la liga profesional Lobos Rugby Femenil.

Como Pati, 15 mujeres más se distribuyen en la cancha a la espera de las indicaciones de Armando Ramírez, entrenador que dirige a “Las lobas” cuando la manada sale en busca de la victoria.

Aunque la noche es fresca, estas damas ya exploran la cancha de 100 metros por 70, espacio en el que su cuerpo peleará por llevar el balón hacia el lado contrario, intentando esquivar y “taclear” a los rivales, sin protección alguna que les evite sufrir de golpes, moretes y raspones directos sobre la piel.

El responsable de que jóvenes como Lucía Lorusso (capitana), Diana Carrillo o Karina Limón encontraran un espacio donde descubrieran la magia del rugby es Gabrielle Nanni, otro apasionado de este deporte que se dio a la tarea de fundar la modalidad varonil de Los Lobos, tras las inquietudes de sus pupilos que aprendían de sus habilidades en un colegio de Guadalajara hace un par de años.

Fuerza mental

Antes de que el entrenamiento avance, Armando —quien también jugó rugby— explica que este deporte no es violento, aunque la fama se ha ganado ante las galopantes batallas que los equipos varoniles han protagonizado destacando una imagen imponente, bañada en sudor y en ocasiones hasta de sangre, principalmente en Inglaterra, donde nació el deporte.

“Todo el mundo cree que es un deporte-contacto, pero no es precisamente eso, es una actividad de balón que implica el contacto. Todas esas personas que consideran que es violento, agresivo y con golpes, cuando lo conocen se dan cuenta que es un juego que implica inteligencia y habilidad”.

El que las mujeres jueguen rugby no se trata de un capricho por demostrar al hombre que tienen las mismas capacidades de sumergirse en un juego caracterizado por la fuerza física. La verdadera intención es expresar una pasión por la adrenalina, por el reto, por la disciplina, por el saber que se puede enfrentar y superar a un equipo rival de siete y hasta 15 oponentes de la manera más elegante.

Tal es el profesionalismo de las jugadoras tapatías, que algunas integrantes de Lobos han participado en competencias de carácter olímpico, como es el caso de Rosa Contreras, que con 19 años de edad ya ha representado a México en los juegos de ACRA, donde disputan la victoria equipos procedentes de Estados Unidos, Canadá y el Caribe.

Esta seleccionada nacional es probable que llegue a los próximos Juegos Panamericanos de Toronto 2015, dice el entrenador Armando Ramírez, quien confia en que la ligera lesión que la aqueja no sea motivo para quitarle la oportunidad, incluso, de viajar también a las Olimpiadas de 2016 en Brasil.

La mayoría de jugadoras de este equipo tienen un historial con los deportes de alto nivel. Por ejemplo, durante 14 años Pati practicó atletismo, pero en su búsqueda de otras experiencias aceptó la invitación del rugby. Aunque se ha salvado de lesiones brutales, recuerda que al mes de iniciarse, tras una mala caída, el balón quedó debajo de su abdomen presionado instantáneamente la boca del estómago.

En lugar de tirar la toalla, se levantó y siguió con el juego, algo que aún sorprende a propios y extraños del deporte. “La gente nos dice de todo, desde aquellos que consideran que está muy padre lo que hacemos porque es un deporte raro, pero también están quienes cuestionan el porqué juego esto si soy mujer”.

El arte de derribar

Armando Ramírez dice que el famoso “tacleo” (derribar al oponente) es algo que causa temor tanto a jugadores como espectadores cuando se es novato. No obstante, destaca el profesionalismo que esta acción conlleva, pues no se trata de echarse un clavado al césped para impedir que el balón avance.

Por un lado están las jugadoras que tratan de ganar el balón y que físicamente suelen ser más fuertes, pero también están las corredoras, atletas que guian la agilidad del juego. Todas hacen de todo. Deben hacerlo.

“Tienes que caerte, levantarte, empujar, brincar, pasar el balón, correr rápido. La característica distintiva del rugby es que para ir adelante tienes que dar el paso hacia atrás”, añade el entrenador.
“No te puedes quedar ahí parado esperando a que te llegue el balón, porque entonces no sirves para nada”, agrega al afirmar que en el rugby no existe el protagonismo, no hay anotadores estrellas que se llevan la cosecha del equipo. “Aquí se practica el compañerismo, el apoyo, el no dejar al compañero atrás, no existe el delantero que está esperando a que un defensa o medio haga la jugada y dé el pase”.

Armando asegura que en México el rugby femenil se populariza con mayor fuerza al romper con los clichés de que es un juego exclusivo de hombres, como ha sucedido con otras disciplinas como el box o el taekwondo, aunque todavía existe un nivel bajo de competencia al no existir tantos equipos profesionales. En Guadalajara sólo hay cinco de rugby para mujeres.

En el caso de Xiomara y aunque es novata en el rugby, su desempeño como deportista radica en el futbol americano y en el soccer, áreas en las que jugó por más de 15 años y en las que también se topó con dificultades para ser aceptada por ser mujer.

“Cuando empecé a jugar futbol no podía estar en el equipo de mi escuela porque era varonil, solamente me quedaba ser porrista, que era divertido, pero no era lo que yo quería hacer”. Ahora como que es conocedora de tres deportes de alto impacto físico sigue encontrando sorpresas que la animan a regresar a las canchas.

“Se siente una adrenalina diferente. Cuando estás en el campo es raro que sientas dolor, y si hay, es momentáneo”.

Por convivir

Si bien la vanidad no cabe en la cancha y es imposible presumir un manicure recién hecho porque el balón astillará las uñas, “las lobas” se enfundan de un color rosado que resalta las melenas trenzadas, sueltas o justadas en lo alto con un pícaro listón.

Aunque el esfuerzo físico es evidente cuando los moretones y algunas venas se remarcan sobre la piel escandalosamente ante los empujones y patadas que la misma naturaleza del juego lleva, la seleccionada nacional, Rosa, enfatiza que aquí no son arraigadas las rivalidades entre los equipos, por el contrario, se agradece que existan más mujeres interesadas por hacer volar el balón.

“Es de los deportes más bellos, porque entre sus valores está el proteger al otro. Al final de cada partido hay que agradecer que quisieron jugar contigo, te brindaron el tiempo y el riesgo. Sientes que el rugby es una segunda familia”.

Y de eso se encargan los entrenadores y árbitros del partido, sentencia Armando al advertir que la agresión verbal y psicológica es otra acción que está estrictamente prohibida en la cancha, iniciado por los jugadores que no pueden regañar ni humillar a otro competidor ni al réferi, pues de inmediato serán amonestados y expulsados del juego, aunque sea una forma de expresar el enojo y desesperación de un combate.

“Esto no se trata de ir a golpear ni insultar a las personas, el objetivo es ir a anotar, y para impedir eso tienes que taclear, pero con técnica. Si tratas de lastimar al contrario, lo más seguro es que tú seas el lastimado, porque vas con tanta intensidad y energía, que si la otra persona sabe jugar te volteara la jugada”.

FRASE


“Si un hombre puede bailar ballet, una mujer puede jugar el deporte que quiera” Pati Sánches. Jugadora de rugby.

SABER MÁS

El equipo

Lobos Rugby Femenil: Patricia Sánchez, Lucía Lorusso (capitana), Andrea Godínez, Nallely Zermeño, Cristina Cárdenas, Diana Carrillo, Fairusa Ruiz, Karina Limón, Mariajosé Ramírez, Mónica Valencia, Nadia Soto, Rosa Contreras, Estefanía Alcalá, Susana Orozco, Xiomara Piña y Andrea Ortiz.

ASISTE

Echa un ojo

Los entrenamientos del rugby femenil se realizan martes y jueves a las 20:00 horas. Integrarse al equipo tiene un costo de 250 pesos al mes y 400 pesos anuales por inscripción ante la Federación Mexicana de Rugby que incluye seguro de vida.

Tapatío

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