Viernes, 25 de Abril 2025
Suplementos | ¿Cómo es que fueron a parar allá tan importantes piezas de lo que produjeron nuestros artistas en la llamada época colonial?

Primera de dos partes

Por siglos enteros mientras en nuestro país antaño la Nueva España, y siendo más específicos la Nueva Galicia, nuestros ancestros se rasgaban las vestiduras por artículos de procedencia europea u oriental

Por: EL INFORMADOR

Por: el duque de tlaquepaque

Por siglos enteros mientras en nuestro país antaño la Nueva España, y siendo más específicos la Nueva Galicia, nuestros ancestros se rasgaban las vestiduras por artículos de procedencia europea u oriental, a su vez los europeos hacían lo propio con exquisitas piezas producidas en lo que ellos llamaban “Las Indias”... Así tenemos conocimiento de importantes colecciones tanto oficiales como en manos de particulares de toda clase de objetos y curiosas piezas no sólo de barro, sino de plata, carey, concha nácar, piedra, arte plumario, retablos, pinturas, arcones, bateas, biombos y hasta mobiliario... que decoraron y aún lo siguen haciendo grandes palacios e iglesias de las principales capitales europeas. Prioritariamente en casas nobilísimas de países como España (obviamente), Italia, Austria y Alemania... y sitios aparentemente tan remotos o tan inaccesibles como la isla de Malta.
¿Cómo es que fueron a parar allá tan importantes piezas de lo que produjeron nuestros artistas en la llamada época colonial? ¿a qué santo milagroso se encomendaron aquellos sabios coleccionistas de los siglos XVI, XVII y XVIII a fin que se conservaran intactas al paso de los siglos?... Por lo menos en lo que respecta al barro que se produjo en nuestras latitudes (llamado entonces loza de Guadalaxara) no existe colección que iguale o siquiera se asemeje -ni de lejos ni de cerca- a la que existen o existieron en el Palacio de los condes de OÑATE, el Palacio del Quirinal en El Vaticano, el palacio del duque DE LA TOSCANA... o de la marquesa STROZZI, sin dejar de citar los
aristocráticos palacios de Nápoles y Sicilia.
Desde el siglo XVI destaca el interés de doña CATALINA VELEZ DE GUEVARA,  V condesa de OÑATE por estas curiosísimas vasijas, tibores, jarros y platos de procedencia netamente tapatía... y que hoy conocemos como loza de barro de TONALÁ o de TLAQUEPAQUE... pero que en la época que nos ocupa se le llamaba simplemente -como ya lo mencionamos- loza o barro de Guadalaxara... ¿Cuál fue el encanto que tuvieron nuestras piezas de barro en competencia aún con la loza de la China o también llamada de Compañía de Indias?... Simplemente fue el “olor”... y así como aun siguen despidiendo un aroma característico nuestros populares cántaros de agua... así lo tenían siglos atrás. Este fue el secreto que hizo que nuestras piezas fuesen tan codiciadas en las más aristocráticas casas reales europeas.... el olor y el sabor aun... pues aun y todo el barro se mascaba... y se convirtió en una especie de moda entre la gente buen tono.
Cuál sería la popularidad de estos “cacharros” que DIEGO DE VELÁZQUEZ en su obra maestra Las Meninas que pende como la pieza cumbre del MUSEO DEL PRADO DE MADRID incluyó a su personaje central la pequeña infanta MARGARITA TERESA atendida por su dama de honor doña MARÍA AGUSTINA DE SARMIENTO ofreciéndole un jarro de espumoso chocolate... jarro de engobe rojo bruñido y discreta decoración, brillante muy similares a los que aun se siguen produciendo siglos después en estas tierras.
¿Cómo lograron los condes de OÑATE reunir semejante cantidad de tibores de grandes proporciones, así como toda clase de utensilios de este codiciado barro? Pues sólo sabemos que muy probablemente un hijo o nieto de ellos, don DIEGO DE GUEVARA gobernó la NUEVA GALICIA con el carácter de Alcalde Mayor desde enero del 1547 a
enero del 1549... al dejar el mando, él y su mujer doña ISABEL DE BARRIOS parten a México en donde obtienen la encomienda de Meztitlán y son objeto de un sonado escándalo.
También sabemos que un miembro de la misma familia logró ser virrey de NÁPOLES muchos años después, a donde derivó también piezas de exquisito buen gusto como las que mencionamos. Otro de los hermanos, BELTRANO, fue virrey en CERDEÑA y de esta forma continuaron ocupando por siglos puestos importantísimos. Entretanto llegamos al más cercano siglo XIX cuando la última poseedora de la mayor parte de la colección doña MARÍA JOSEFA DE LA CERDA Y PALAFOX condesa viuda de OÑATE, muere hacia 1884 y dona esta preciosa y magnífica colección, primero al Museo Arqueológico de Madrid, y después ésta va a parar a lo que hoy conocemos como el Museo de América en Madrid.
Mención aparte merece también la colección en manos del duque de MEDINACCELI en su palacio de Madrid... o bien imposible omitir a la XIX  condesa de OÑATE, doña MARÍA DEL PILAR GARCÍA-SANCHO y ZAVALA de TRAVESEDO que por mero capricho del destino acabó teniendo parientes en esta Guadalajara.... así se enlaza esta familia con la de los duques de NÁJERA, marqueses de
AGUILAR DE CAMPO y sus ramificaciones locales como los SÁNCHEZ LEÑERO... MORENO DE TEJADA... PALOMAR Y GARCÍA SANCHO... GARCÍA SANCHO y GARCÍA GRANADOS... GARCIA-SANCHO y VILLA GORDOA... a su vez de donde proceden cientos de ramificaciones entre los que descollan los CORCUERA, VEREA, VIZCARRA, PORTILLO, ZUMELZU, ANCIRA, MARTINEZ-NEGRETE... ¡literalmente “medio Guadalajara”!... Pero en la rama primaria y la más antigua de los OÑATE destacan los LADRÓN DE GUEVARA... De esto y más en nuestra próxima entrega pues es un tema interesantísimo y largo de abordar, que da material hasta para un libro entero.

Tapatío

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