Suplementos | Carlos González Martínez Parkour: el riesgo y el fluir El deporte delb salto y la calle comienza a sumar más adeptos en la ciudad. El objetivo es vencer los propios miedos Por: EL INFORMADOR 21 de agosto de 2009 - 19:44 hs La rutina está trazada mentalmente: un salto hacia el árbol y después un giro mortal de cabeza. Seguir corriendo, trepar una pared y quedar suspendido con los brazos sostenidos a un tubo de acero ubicado en el parque público; luego girar, caer en cuclillas, saltar de nuevo y aterrizar con precisión… seguir corriendo, sudar, volver a trepar, “parecer un mono”. El parkour es un deporte de la calle, que se apropia de ella y la aprovecha. Flexibilidad, acrobacia y esfuerzo constante son sus requerimientos. “Superar los miedos y reflexionar sobre uno mismo” su objetivo, a decir de quienes los practican; por cierto, la mayoría jóvenes. El parkour ya se vive en Guadalajara. Creado hace 20 años en los suburbios de París por el francés David Belle con la intención de ayudar a quienes estuvieran en peligro o necesitaran ayuda (cual “Hombre araña” parisino) el parkour actualmente es popular en todo el mundo. De hecho, guarda en su discurso un anhelo implícito “superheróico”. Belle cuenta en entrevistas que fue su padre su inspiración, Raymond Belle: Un soldado de la Guerra de Vietnam quien en este conflicto desarrolló métodos de fuga que luego fueron imitados y perfeccionados por su hijo. Para Ritchi y Cristof, ambos tapatíos de 23 años de edad, todo comenzó en la infancia, inspirados en la figura salvadora y la vez acrobática que Jackie Chan se construyó en la pantalla grande. “De niño quería saltar y trepar paredes como él” menciona Ritchi, quien de niño practicó artes marciales. Pero la decisión de convertirse en traceurs (como se denominan los practicantes hombres ya que a las mujeres es correcto decirles traceuses) no fue hasta que ambos vieron videos de Belle en internet. De hecho, son innumerables los blogs y sitios dedicados a este deporte en la web. Un deporte posmoderno que crea sentido en las comunidades virtuales, donde ver videos y fotografías son parte esencial en la perfección del estilo. Así, Cristof comenzó a los 17 años con una de las organizaciones de parkour más consolidadas de Guadalajara: la GMX. Ritchi inició por su cuenta y prácticamente es solidario con todos. Paradójicamente, a pesar de ser una práctica que se consuma en grupo, el proceso y objetivo es muy individual. “En el parkour no existen competencias entre los integrantes, la filosofía es la auto superación (…) los demás te ayudan a competir juntos y ambos crecen como individuos, se puede practicar solo o con los demás” explica Ritchi. El riesgo es un elemento clave en su práctica. No hay rodilleras, coderas o casco; sólo tenis. El parkour lo prohíbe y uno de sus principios es “cuidar tu cuerpo y tu mente”, continúa Ritchi. “No se trata de intentar saltar de una azotea a otra con casco para luego hacerlo sin él, es ejercitarse mental y físicamente desde antes para lograrlo, una de nuestras frases es ‘Ser fuerte para ser útil’ y claro, las heridas son inevitables”. Él mismo cuenta que practicando skate sufrió más golpes y moretones, que ahora con el parkour. Hoy sólo depende de su cuerpo. Ejercitarse antes es una cuestión fundamental y aunque se practica en lugares públicos como parques o explanadas de asfalto, las estructuras abandonadas, azoteas y gimnasios construidos son los preferidos por lo vistosos que resultan en videos o fotografías. Cristof explica que “al final es improvisar y saber fluir entre lo que te halles”. Y fluir es la palabra clave. Los seguidores del parkour buscan desplazarse de un lugar a otro de forma efectiva y a la velocidad más rápida posible, sobrepasando obstáculos y utilizando sólo su cuerpo con el que corren, saltan, trepan y gatean. Como si todo estuviera perfectamente planeado, como si fuera una persecución, como si el objetivo estuviera en un lugar que no tiene fin. Y a ellos les gritan “changos”, “monos”… “locos”. El grado de dificultad con el tiempo aumenta y, quizás, por imaginarios sociales en México son pocas las traceuses. “Es un deporte rudo, de cada 100 hombres hay quizás tres mujeres (…) y culturalmente este tipo de prácticas no son identificadas con el ‘ser mujer’ o el ‘ser femenina’ porque en otras partes del mundo hay muchas chavas”. Como el sexo, incluso la edad no parece determinar al parkour. Hay un sujeto de 45 años de edad del Distrito Federal apodado “El gran mono”, por cierto, todo un virtuoso en el tema. Y aunque apenas la sociedad tapatía comienza a conocer al parkour, parte de su objetivo también es que sea identificado como un deporte con filosofía y no como una de tantas tribus urbanas dedicadas a transgredir el espacio público abierto. Rictchi y Cristof, por lo pronto, se dejan ver: practican cuatro veces por semana en lugares concurridos llamando la atención de los curiosos, y más de uno se pregunta a qué se refieren cuando expresan: “haré un Gato, Kong y monkey, ¡no! Uno doble, un reverso, perezoso, rompemuñecas, pasavallas, tic, tac, laché, grimpeo, paso de vago… todo un lenguaje característico para definir movimientos. El parkour ha crecido en los últimos años. De hecho, el pasado 8 de agosto llevaron acabo en esta ciudad su segunda “Reunión de Traceurs”, duplicando en convocatoria la del año pasado con 300 personas de toda la República. Coordinada por GMX, asistieron personas de 10 estados diferentes y a decir de estos dos activistas “Guadalajara comienza ser un escenario de parkour importante a nivel nacional”. La invitación a formar parte de él está abierta. Es momento de fluir. LINKS: • http://parkourgmx.iespana.es/ • http://www.rtguadalajara.com/ • http://www.youtube.com/watch?v=huv2sTalt7o • http://www.youtube.com/watch?v=x98jCBnWO8w • http://es.wikipedia.org/wiki/Parkour Para saber GMX practica todos los sábados por las mañanas en el Parque Revolución, ubicado sobre avenida Pablo Neruda y calle Nueva Escocia, en la colonia Providencia. Hay disciplinas para elegir (a Cristof -cabello corto- y Ritchi -cabello largo-, de las imágenes, les gusta aplicar los tres estilos): • Triking: sólo hacer trucos, acrobacias. • Free running: acrobacia y parkour. • Parkour: fluir de un lado de otro sin acrobacia. Temas Tapatío Lee También El río Lerma: un pasado majestuoso, un presente letal Año de “ballenas flacas” El maestro de la brevedad: a 107 años del nacimiento de Juan José Arreola La vida del jazz tapatío Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones