Domingo, 16 de Junio 2024
Suplementos | Franceses y holandeses tuvieron también sus propias compañías de exploración

Le Maire en busca de la “Terra Autralis Incognita”

Cuando el comercio marítimo fue de crucial importancia para el desarrollo de la economía no sólo europea, sino mundial, muchos navegantes se convirtieron en mercaderes

Por: EL INFORMADOR

Cuando el comercio marítimo fue de crucial importancia para el desarrollo de la economía no sólo europea, sino mundial, muchos navegantes se convirtieron en mercaderes y sus naves con frecuencia las hacían llenar de productos de todo tipo, de cualquier cosa que se vendiera y se pudiera llevar de un lado a otro. Pero este comercio vía marítima, en un tiempo en el que el mundo apenas se descubría -siglo XVI-, requería trazar nuevas rutas para un mejor y más rápido desarrollo mercantil. De hecho, tan importante como el comercio se volvió la búsqueda en sí de nuevos caminos tanto terrestres como marítimos; hasta se fundaron compañías para estos fines, algunas un poco extrañas como la llamada “Mystery and Company of Merchant Adventurers for the Discovery of Regions, Dominions, Islands, and Places unknown” (Misterio y Compañía de aventureros mercantes para el descubrimiento de regiones, dominios, islas y lugares desconocidos), fundada en Londres, en 1551 para recorrer los caminos y mares, y así dibujar las regiones que hacían falta en los mapas.

Franceses y holandeses tuvieron también sus propias compañías de exploración. Holanda era un país que hacia el siglo XVII había logrado un importante desarrollo del comercio con las Indias Orientales (India) debido a que dominaba gran parte de las rutas de navegación por el Pacífico. Este dominio le permitió explorar nuevas regiones en el “Mar del Sur”.

A nuestro navegante de hoy, el holandés Jakob Le Maire, nacido en 1585, parece haberle interesado esto de buscar nuevas rutas, especialmente la llamada Terra Australis Incognita, de la cual había oído hablar y se creía que era otro continente. Su padre, Isaac Le Maire, era un rico comerciante que creó la Compañía Australiana para competir con la Compañía Holandesa de las Indias Orientales; ésta tenía el dominio sobre el paso del Estrecho de Magallanes, por lo que se volvió una tarea principal de su Compañía el buscar una ruta alterna. Su hijo, Jakob, estuvo al frente de este primer viaje en el que se intentó ir más hacia el sur del citado estrecho en la América del sur.

Hacia el mes de mayo de 1615, se había reunido la tripulación y dos naves, la Eendracht y el Hoorne; Jakob, jefe de la expedición se apoyó en los hermanos Schouten, Williem y Jan; cada uno de ellos capitaneó una de las naves. Ese mismo mes partieron de Texel hacia América. Iban fuertemente equipados con víveres, armamento y medicinas para combatir el escorbuto, mal que asolaba los mares por aquellos años. Costearon África por el lado Oeste y atravesaron el Atlántico hasta llegar al sur de América; en diciembre estaban llegando a la Patagonia.

Al llegar al estrecho de Magallanes siguieron de largo y continuaron hacia el sur y, en enero de 1616 atravesaron lo que hoy conocemos como “Estrecho de Le Maire”, entre la parte este de Tierra del Fuego y la Isla de los Estados, la cual Jakob bautizó de esta manera en homenaje a los Estados de Holanda. Parece que esta ruta, aunque poco más lejana que la de Magallanes, parecía más segura y fácil de navegar, aunque la hazaña le costó la prisión por parte del gobernador de la Compañía de Indias, quien no creyó que Le Maire hubiera descubierto una nueva ruta y consideró que incurría en una ilegalidad y usurpación, incluso les habían incautado uno de los barcos.

El viaje lo habían seguido hacia el Pacífico luego de haber descubierto el Cabo de Hornos, siguiendo la ruta de Magallanes. Le Maire falleció durante el viaje (como Magallanes), sin mirar la Terra Australis que se había propuesto. Dos años tardó su padre en litigio para que la Compañía Holandesa le reconociera la nueva ruta por el Estrecho de Le Maire y el Cabo de Hornos; recuperó el barco y la Compañía le pagó los daños causados por el agravio, aunque nada de esto llegó a saberlo infortunado y heroico Jakob.

Cristóbal Durán ollin5@hotmail.com

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