Suplementos | En diversos puntos de la ciudad ha quedado el legado de este escultor Juan José Méndez un artista singular y por entero En diversos puntos de la ciudad ha quedado el legado de este escultor cuyas obras resultan atractivas por la fuerza y el movimiento que en ellas imprimió Por: EL INFORMADOR 1 de febrero de 2015 - 05:07 hs La magna escultura a la puerta de la Cámara Nacional de Comercio (Canaco) de Guadalajara, es obra de Juan José. EL INFORMADOR / GUADALAJARA, JALISCO (01/FEB/2015).- Con el reciente fallecimiento del escultor Juan José Méndez Hernández el pasado 22 de enero, Jalisco perdió a uno de sus creadores más representativos que, más allá de su nombre, impuso su marca en la geografía de la Entidad con numerosas obras en el espacio público que hoy día son referencia y signo distintivo en la Zona Metropolitana, pero también dejó un enorme legado de obra sacra y contribuyó como restaurador al mantenimiento y conservación de piezas fundamentales para el patrimonio cultural local. Originario del municipio de Poncitlán y ganador del Premio Jalisco en Artes en 1966, se suele indicar que su obra se caracteriza por “un profundo sentimiento nacionalista” porque su legado escultórico, a lo largo de la ciudad, rinde homenaje a personajes notables de la historia nacional, como Miguel Hidalgo, José Antonio “El Amo” Torres o los Niños Héroes, pero su producción es también amplísima en el ámbito de la obra religiosa, donde realizó trabajos por encargo destinados al culto u obras menores, siempre con una calidad notable. Conocedor de la obra y vida del artista, el arquitecto Venancio Ordoño asegura que el escultor “fue un hombre sencillo, pero igualmente de mundo; para mí fue casi un autodidacta, su conocimiento y dominio de la técnica proviene, creo, de una habilidad innata y tal vez por herencia, ya que en su familia tenían un taller de imaginería —en el que trabajaron su padre y su tío— en el que restauraban imágenes y hacían talla en madera y esculturas”. Por supuesto, entre las cualidades innatas que el arquitecto observa en la obra de Méndez se encuentran “su gran sentido de observación, sensibilidad y capacidad de plasmar lo que captaba, sus sentimientos, en sus esculturas; si se mira su obra pública, van más allá del retrato, tienen movimiento y expresión, basta apreciar el dinamismo de las formas en los Niños Héroes de la Avenida Chapultepec, o la visión contemplativa de Colón en la glorieta o la fuerza y vigor de las figuras en ‘Los dioses del maíz’, en Zapopan”. Ahora bien, especial lugar merece “La Patria”, obra del escultor en la Plaza de la República que hizo por encargo del arquitecto Julio de la Peña (y no fue la única) y que, refiere Ordoño, “cuando se le encomendó, De la Peña le dijo que quería una escultura de ‘La Patria’ representada por una mujer joven, vigorosa y con fuerza, que impresione, convoque, despierte e inspire los sentimientos patrios, porque ya era hora de dejar de mostrarla como una mujer gorda, con rebozo y amamantando un niño, como todas las figuras que se observan en el Seguro Social; y Méndez captó bien la idea de juventud, fuerza y vigor”. Cada obra es especial Para el arquitecto, la trascendencia de la obra de Méndez “está ahí en bronce”, en piezas que los habitantes de la ciudad reconocen y hacen suyas; “que la ciudad recuerde a los personajes hace que las esculturas se vayan convirtiendo en un hito urbano, porque son piezas únicas e irrepetibles que permiten formar un mapa visual de la urbe —lo que describe Kevin Lynch como hito urbano en su obra ‘La imagen de la ciudad’—, esa es la gran aportación de Méndez en el arte público”. Lo anterior lo especifica Ordoño porque el artista también en el arte religioso “supo inspirar la piedad y la devoción, porque sus esculturas en este ámbito son muy bellas; como es el caso del Cristo resucitado en el Templo de La Madre de Dios, que refuerza la esperanza de que no todo termina en la cruz, de que hay algo más allá de la muerte, lo cual transmite con una fuerza impresionante”. Para el arquitecto, determinar “el valor de su legado en lo general es difícil, porque cada obra suya tiene un significado especial, particular; lo admirable en él es la capacidad para expresar sentimientos tan diversos como los civiles y también la devoción y piedad en sus piezas religiosas”. Dominio de la técnica Para la restauradora de arte María Inés Torres, Juan Méndez es un escultor “que se preocupó siempre por cuidar la técnica, sobre todo en su trabajo sobre madera; estudió a conciencia las técnicas de los siglos XVII y XVIII, y puso atención sobre todo en la preparación de los materiales (los suyos los hacía en casa) ya que vio que el arte de esa época permanecía a lo largo de los siglos”. Esta preocupación, en opinión de la especialista, “lo distingue de otros escultores, creo que no hay otro en la ciudad que conociera tan a fondo estas técnicas o por lo menos la preocupación de que estas piezas permanecieran”; lo anterior, queda de manifiesto en las intervenciones del artista en diversas obras de restauración, en especial las de las vírgenes de San Juan de los Lagos y la de Zapopan, labores que se le encomendaron precisamente por su conocimiento en la materia. De igual modo, sus habilidades para la escultura religiosa eran admirables, sostiene Torres, “pero ese talento jamás lo movió a hacer alguna falsificación, sus trabajos —basados en diseños propios, sin copiar lo ya hecho— fueron muy reconocidas en el mercado, hizo retablos y figuras de santos, Cristos o vírgenes; de hecho era difícil distinguir entre una obra suya y una del siglo XVIII, por su maestría y dominio de la técnica”. Asegura Torres que “era un hombre amable y reservado, por ello tuvo su taller (inmenso) en Ciudad Granja, que entonces estaba alejada de Guadalajara, para aislarse y dedicarse 100% a la creación. También era educado y alegre, pero además dueño de una fineza que supo trasladar a sus obras; no creo que haya otro escultor en Jalisco que se le pueda comparar”. Así, la obra de Méndez “reflejaba mucho de su carácter y personalidad, era un hombre dedicado a su trabajo y sobre todo sensible, si algo lo distingue es esa sensibilidad y una forma de crear que no estuvo inclinada hacia la venta, porque siempre fue íntegro. Su conocimiento de la técnica era admirable; hoy en día muy pocos artistas incursionan en esto. Era un artista completo, porque también tuvo esa genialidad aunada a la técnica”, concluyó Torres. SABER MÁS Obras Escultura urbana (obra pública) v Estatua de don José Antonio ‘El Amo’ Torres (Av. Hidalgo, frente al Mercado Corona). v Serie Escultórica (siete piezas) de los Niños Héroes y Gral. Ignacio Zaragoza (a lo largo de Av. Chapultepec). v Estatua de ‘La Patria’ (en la plazuela de La República, Av. México y Av. Chapultepec). v Escultura de Cristóbal Colón (cruce de avenidas López Mateos y Américas). v Estatua de Francisco Zarco (Ciudad de México). v Altorrelieve monumental sobre Benito Juárez (Palacio de Gobierno, Guadalajara). v Estatua monumental de Miguel Hidalgo (sitio de la Batalla de Puente de Calderón). v Estatua ‘El Mercurio’ (Cámara Nacional de Comercio, Guadalajara). v Estatua ‘Los dioses del maíz’ (Plaza Zapopan, Zapopan). v Estatua (ecuestre) de Emiliano Zapata (Av. Laureles y calle Parres Arias, Zapopan). v Monumento a ‘La Madre’ (Santa Anita, Zapopan). v Busto de Beethoven (Av. México y calle Beethoven, Zapopan). v Estatua de Anacleto González Flores (Plaza Universitaria, UAG). Obra religiosa v San Francisco Javier y la Virgen (Templo San Javier de las Colinas, Guadalajara). v Cristo resucitado (Templo La Madre de Dios, Guadalajara). v Cristo policromado (Basílica de Guadalupe, Ciudad de México). v Cristo resucitado (Parroquia San Miguel Arcángel, Delegación El Pitillal, Puerto Vallarta). Temas Tapatío Escultura Lee También El río Lerma: un pasado majestuoso, un presente letal Año de “ballenas flacas” El maestro de la brevedad: a 107 años del nacimiento de Juan José Arreola La vida del jazz tapatío Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones