Suplementos | Por; josé langarica Ciencia Ciatej, ¿por qué importar ciencia si puede crearla? Por: EL INFORMADOR 14 de febrero de 2009 - 01:42 hs Juan Salvador Agraz creó la Facultad Nacional de Química en la Ciudad de México a principios del siglo XX. Empero, antes que esto ocurriera, todos los desarrollos tenían otro origen común: El Colegio de Minería. Igual a la Academia de San Carlos o El Real Jardín Botánico de la Ciudad de México, la creación de El Colegio de Minería materializaba la inquietud ibérica por reproducir en la Nueva España las teorías y descubrimientos novedosos de Europa. El Colegio de Minería recibió a sus primeros estudiantes un primero de enero de 1792. En la práctica, sin embargo, se trataba de una mera repetición de conocimientos heredados por alguna metrópoli europea para la solución de problemas prácticos: dinamita para la minería; la obtención de productos de farmacia; o jabón, vidrio y alimentos para la industria. Aún ahora escapar de estas áreas de influencia inmediata representa un reto para la moderna investigación mexicana. “No todas las empresas ni todos los empresarios están familiarizados con la importancia de contar con universidades, centros de investigación como los nuestros (los del sistema Conacyt) para ir mejorando su competitividad”, reflexiona el doctor Gabriel Siade Barquet, director general del Centro de Investigación y Asistencia en Tecnología y Diseño del Estado de Jalisco, A. C. (Ciatej). “Ha sido una tarea nada sencilla, pero debemos hacerla las dos partes”. El Ciatej fue creado en 1976 como una propuesta de empresarios de nuestro Estado fincados en el ramo de la joyería hacia la Secretaría de Economía del estado de Jalisco, en búsqueda de crear una ventaja técnica sobre sus competidores en otras regiones del mundo. Desde entonces, el Ciatej se define como un centro público de investigación para el sector agroindustrial y farmacéutico a merced de la innovación, los servicios tecnológicos y la formación de recursos humanos para la competencia global. “Nosotros nos dan un presupuesto el gobierno federal, pero tenemos que vender otro tanto”, abunda el doctor. “El año pasado nos dieron 83 millones, pero tenemos que vender 35 millones”. Lo dice con la tranquilidad de quien no tiene que preocuparse por ajustar los mínimos federales: “vendimos casi 45 millones el año pasado -revela-. Este año nos dan 87 millones, pero tenemos que vender casi 40 más. Y ya están asegurados, gracias a Dios, pero todavía no son buenos negocios; nos falta agudizar nuestra capacidad de venta. Nuestra meta es que en 2016, el 65% lo generemos nosotros. Que tengamos nada más un 53% de presupuesto federal”. Cambiar paradigmas José Ignacio Bartolache, maestro e investigador de la escuela de minería durante el siglo XVIII, afirmaba que “solo la química enseña a distinguir en virtud del análisis de la naturaleza de los cuerpos”. Para él, la ciencia aún no había dado con un mejor camino al conocimiento que la química, incluso cuando su concepto de ésta (como la de su contemporáneo, José Antonio Alzate) era un tanto anacrónica; no solo estaba empantanada en la idea del flogisto, sino que también permanecía usando términos propios de Paracelso. Hoy, cuando ha existido una seria dificultad para el armado de un cluster de biotecnología en nuestro Estado, similar al que ya existe en sofware, resaltan, sin embargo, notables avances. “Hay dos laboratorios de biología molecular certificados en el país. Uno está en la Ciudad de México y otro está aquí. Nuestras pruebas pueden ser usadas como referencia en el extranjero o en México”. El tema destaca ante el purismo de cierto mercado europeo obsesionado por lo que llaman “productos orgánicos”: “ya ves que ellos no aceptan que lo productos vegetales tengan transformaciones genéticas. Es un tema muy discutido, por cierto. De hecho, este grupo es el único autorizado por la Food and Drug Administration (de los Estados Unidos) para ciertas pruebas de metales pesados en alimentos: quien quiera exportar, sobre todo a California, o nos manda las muestras a nosotros o las manda a Norteamérica”. Tierra del Tequila El Ciatej es un complejo extenso en el número de líneas de investigación aplicadas, como el de biotecnología vegetal. “De hecho, este grupo prepara a todos los maestros tequileros que hay en México. Aquí toman cursos, aquí los preparamos y se van a las empresas a trabajar. Tenemos una especie de diplomado para eso. Te hacen tus pruebas y entonces la jefa del departamento va seleccionando qué personas entre nosotros hemos ido desarrollando la sensibilidad para poder diferenciar si el olor a alcohol es muy alto, si el sabor es muy ácido, si tiene el aroma del tequila. ¡Te hacen pruebas para ver si les sirves!”. Otros están destinados a placeres un tanto diferentes. El mal de la “sigatoka negra”, por ejemplo, ataca al árbol del banano, que de seguir avanzando podría hacernos poner fresas en el cereal en lugar de plátano. El Ciatej también ha hecho su contribución en esta lucha: “Es más -detalla Siade-, tenemos un proyecto conjuntamente con un centro hermano que se llama Ecosur, y ya estamos para entrarle al proyecto de planta piloto. Ya las pruebas que hicimos son positivas; es un producto 100% natural. Es un producto que controla la sigatoka, un producto químico de reproducción natural”. Reflexión y experiencia “Yo creo que el que mejor funciona”, razona cuando se le pregunta sobre lo aprendido a lo largo de estos años, “es cuando mandas un experto a la empresa y dice: ‘mira, te puedo ayudar haciendo esto. Con una empresa comenzamos con tan solo un proyecto; ya tenemos cuatro. Esa empresa, esperamos, en 10 años nos estará dando más de cinco millones de pesos al año de puras regalías. Yo creo que por los convenios que ahora tenemos y con lo que vendemos ahorita (comparado con hace seis años) estamos casi cuatro veces mejor”. Otro buen ejemplo es su acuerdo con la chocolatera Hershey’s: “Es una empresa socialmente muy comprometida y nos regaló este equipo”, refiere apuntando en la diapositiva a la imagen de dicha máquina. “Yo tuve que firmar un convenio donde ese equipo no puede salir de aquí, ni puede nadie (que no sea de la empresa Hershey’s) ir a revisarlo, porque tiene tecnología todavía de avanzada. Es una cosa en la que creo nos ha ido bien. Ellos dijeron: yo te regalo el aparato, pero tú me haces mis muestras en un año. Es el mejor negocio que hemos hecho: nos gastamos 600 mil pesos, y el aparato vale más de dos millones. El 40% de los recursos que obtiene este grupo viene de este tipo de análisis”. Centros ConacytCiatej es uno de muchos otros repartidos en el país: 27 instituciones: 16 Centros, 4 Colegios, 4 Institutos, 2 Fideicomisos y 1 Corporación. 10 en el área de Ciencias Exactas y Naturales. 8 en el área de Ciencias Sociales y Humanidades. 9 en el área de Desarrollo Tecnológico y Servicios. Unidad de Servicios Analíticos y MetrológicosÉsta es una de las divisiones más socorridas de Ciatej a merced de las PYMES. Incorpora: Instrumentación Analítica Microbiología Metrología Fisicoquímicos Toxicología Cromatografía CRETIB Temas Tapatío Lee También Museo JAPI: Color, juego y abstracción La vida en México comienza en el mar Las Chivas de Gabriel Milito se estrenan con empate ante Tapatío en duelo amistoso Portada: Yordanka Olvera, la chica de la taza Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones