Suplementos | Artería de sueños Avenida Vallarta, arquitectura viva Casas acotadas en una época, el reflejo de 400 años de historia y el estilo de vida de la ciudad Por: EL INFORMADOR 2 de abril de 2011 - 01:53 hs El Casino Jalisciense o también conocido como la Casa Bell. El inmueble que fue demolido.ARCHIVO / GUADALAJARA, JALISCO (02/ABR/2011).- Guadalajara conserva parte de su historia entre muros, escalinatas y chalets. En inmuebles que hablan por sí solos de una época y una peculiar forma de vida. Las aspiraciones y sueños de los tapatíos que iniciaron su andar en la urbe hace 400 años, siguen floreciendo a un costado del asfalto, en las casas levantadas sobre Avenida Vallarta. Es casi imposible no desviar la mirada hacia estas imponentes construcciones cuando se transita por la concurrida arteria, que sin lugar a dudas es de las más queridas y representativas de la ciudad. La historia no sólo se rige en la narración y estudio de sucesos históricos como las batallas armadas y personajes que dieron patria y libertad al país, sino también se enfoca en los espacios públicos que fueron escenario de hechos y hazañas lúdicas y armoniosas, llenas de color y diseño, y sobre todo que dotaron de un estilo propio a determinado lugar. Basta con detenerse un par de segundos para observar los motivos vegetales y florales que adornan las fachadas de estas casonas de preciado valor urbano, arquitectónico y simbólico, y que actualmente son un testigo de la evolución, una transición de lo antiguo a lo moderno. Avenida Vallarta es una importante vialidad de Guadalajara que tiene su nacimiento en la arteria Javier Mina, hacia el Oriente de la ciudad, prosigue hacia el Centro Histórico convirtiéndose en Avenida Juárez y se transforma en Vallarta en dirección hacia el Poniente. A partir del centro inicia un viaje a través del tiempo, un legado histórico de 400 años reflejado en la arquitectura a lo largo de cinco kilómetros. Es necesario situarse en la Calzada Independencia, a su cruce con Avenida Juárez, y adentrarse al Centro Histórico para conocer las viviendas que dieron luz verde a lo que años después sería parte del patrimonio urbano. Mónica del Arenal, arquitecta y restauradora de monumentos arquitectónicos, explica que en esta zona están las casas de patio, las cuales tienen en su entrada un pórtico que guía hacia un espacio abierto y central de tipo patio. Señala que antes de que las colonias aledañas a la Avenida Vallarta, como la Francesa, Americana, Moderna y Reforma, se convirtieran en el punto más aristocrático de Guadalajara, los barrios del Centro eran los que dictaban el estilo de vida elegante y glamoroso a finales del siglo XVIII y principios del XIX, con las casas construidas al pie de la banqueta. Las zonas de El Santuario, El Carmen y El Pilar, eran los puntos que habitaban las familias más pudientes por el año de 1777. Las construcciones que aún siguen levantadas son un claro ejemplo de las casas tradicionales, sin servidumbre al frente. A finales del siglo XIX, el diseño se vuelca hacia un estilo arquitectónico de jardín, en el que daban más importancia a los paseos y parques, dando origen a lo que anteriormente se conoció como el Paseo Laffayette, con bancas, fuentes y arbolado a todo su largo, sin una elevación que lo distinguiera como camellón. “La idea del templo, la plaza y el mercado, que eran muy característicos de un barrio, se sustituyen por los corredores verdes cerca de 1900, es cuando se crean las colonias”, explica la arquitecta. Ante esto, nace la primera colonia llamada la Francesa, posteriormente sigue Reforma, la Americana y la Moderna, en la que el desarrollo urbano tuvo gran influencia de la corriente inglesa y francesa, con calles más amplias y camellones arbolados, en tanto que los inmuebles optaron por las superficies jardinadas al frente de la casa, sin que estuvieran directamente al pie de la banqueta. “Esto es una idea norteamericana e inglesa, al construir chalets o casas que están rodeadas por jardines, totalmente un sistema inverso al de las de patio (…) la casa es la que está centralizada y tiene toda la fuente de iluminación y ventilación hacia el exterior”. Las casas se fueron cosntruyendo en diferentes periodos, pero fue entre 1896 y 1913 cuando se crea el west end en la zona Poniente, en lo que fuera conocido como la colonia Laffayette. Patrimonio para todos Sobre Vallarta podemos observar construcciones icónicas de valor arquitectónico, como la Casa Agnesi, en el cruce con la calle Duque de Rivas, construida en 1950 por el ingeniero Miguel Aldana Mijares. La Casa Farah, en la esquina con Simón Bolivar, de la autoría del arquitecto Rafael Urzúa, o la Casa Sabino Orozco, en la esquina de Colonias, en lo que ahora es el restaurante Cocina 88; este inmueble se construyó entre 1906 y 1908 y es el más ecléctico y afrancesado. “La moda, la música, el arte y el urbanismo eran modelos que se copiaban de Francia, ciertamente el modelo de las colonias es más americano que francés, pero en la arquitectura sí hay un afán por imitar las grandes escalinatas, las mansardas y algunos elementos decorativos u ornamentales, comienzan a construirse en alto; para acceder se necesita subir a través de una escalinata y un porche, lo equivalente a un recibidor”. Kilómetros de historia Desde la Calzada Independencia hasta los Arcos Vallarta, Mónica advierte que son 400 años de historia a lo largo de esta avenida, pero el único problema que detecta es el mal uso que se le da a las casas actualmente. En 2004 inició un proyecto con el que pretende colocar placas de bronce para identificar a cada casa, su valor arquitectónico, autor, estilo y año de construcción. Lamentablemente muchas de éstas fueron demolidas o destinadas a usos no apropiados, lo que refleja la falta de conocimiento por parte del ciudadano. “Es borrar una parte de la historia en la ciudad. Si se borra y la demueles, es borrar un testimonio. La imagen que tenemos actualmente es una mescolanza de estilos y épocas, pero mediocre”. ''Las casas no son monumentos, están hechas para servir. Depende de la inteligencia de nuestros tiempos para reutilizarlas y darles vida'' Mónica del Arenal, arquitecta y especialista en edificios históricos. Temas Tapatío Lee También El río Lerma: un pasado majestuoso, un presente letal Año de “ballenas flacas” El maestro de la brevedad: a 107 años del nacimiento de Juan José Arreola La vida del jazz tapatío Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones