Suplementos | por: josé luis meza inda Artes Plásticas en el Maz Pasión Intacta de Ismael Vargas Por: EL INFORMADOR 16 de diciembre de 2008 - 10:45 hs Un enorme privilegio constituye sin duda el que el público de esta ciudad pueda contemplar la colección de pinturas y objetos originales del maestro tapatío Ismael Vargas, quien a los 62 años de su edad y cumpliendo 40 como cultivador de diferentes parcelas artísticas, ha sido festejado mediante esta exposición que se logró integrar merced a la diligencia de los curators del Museo de Arte de Zapopan y a la buena voluntad de coleccionistas que facilitaron los cuadros adquiridos para que fueran exhibidos en el MAZ. Y hablo de excepcionalidad, puesto que la exposición se realiza a pesar de que como el mismo autor lo manifiesta, él no es muy dado a andar en estas danzas, eso por una parte; y por la otra, en realidad ni lo necesita ni está en posibilidad de hacerlo, pues al parecer, tratándose de sus obras, se ha anulado ya ese espacio de valoración y apreciación que tradicionalmente suele darse entre la mayoría de los creadores y el público a través de las exposiciones, ya que en cuanto este autor acaba un cuadro, si no es que antes, pasa de las manos de su manufacturador a las del especulador o cliente, pues hoy en día para muchos coleccionistas el poseer un “Vargas” original constituye una inversión segura y altamente cotizada en el marketing de la pintura contemporánea. Así pues, consideraciones mercantiles aparte, reitero que vale la pena no dejar pasar la oportunidad para ver juntas tal cantidad de obras de este autor que ofrecen una visión muy amplia de sus características formales y de su estilo inconfundible. Los lienzos de Ismael Vargas, generalmente de amplias proporciones, constituyen una explosión de pirotecnia plástica integrada por una amplia variedad de intensos colores, formas y objetos cotidianos manufacturados o dados por la naturaleza, que han sido trazados con una enorme nitidez y minuciosidad de detalles, que se prodigan, reiteran e imbrican en complicadas y barrocas estructuras composicionales plenas de vibraciones y ondulaciones, y que sin embargo poseen una unidad y equilibrio en su apartemente caótica pluralidad y su evidente horror al vacío. Todo pues en estos lienzos se conjuga para causar encanto y llamar la atención: las referencias a un mundo subjetivo y personal del pintor, el bien registrado realismo y detallismo, casi enfermizo, de los elementos y presencias estructurales, la sobresaliente maestría y empleo de recursos técnicos con que logra las perspicaces modulaciones de las texturas, densidades de cada material, así como el volumen e iluminación de cada objeto, los marcados tintes folkloristas y artesanales de impronta netamente nacionalista que substancian su temática, y desde luego, la capacidad para cumplir su cometido esencial que, es a mi parecer, el de transformar toda esta barroca imaginería en una novedosa, atrayente y sugestiva composición ornamental que como digo, está dirigida a suscitar el entusiasmo de muchos espectadores, aunque este ajena a una intención expresiva o de un profundo contenido emocional. Destacado: Los lienzos de Ismael Vargas, generalmente de amplias proporciones, constituyen una explosión de pirotecnia plástica integrada por una amplia variedad de intensos colores, formas y objetos cotidianos manufacturados o dados por la naturaleza, que han sido trazados con una enorme nitidez y minuciosidad de detalles. Segunda nota Adytum de Alessandra Parachini Entre la amplia variedad de espléndidos dibujantes que integran el panorama de la plástica local contemporánea, un lugar preeminente lo ha venido ocupando desde hace años, la maestra Alessandra Parachini, quien vuelve ahora a probar que su creatividad continúa íntimamente ligada a esa técnica y estilo dibujístico de formas apretadas, obedientemente apegadas al realismo tectónico de estructuras vegetales acosadas por el transcurso del tiempo. El exigente diseño de estos elementos es siempre cerrado, se ciñe a los contornos de las formas naturales y nos sitúa dentro de ellas con un precisión de detalles magistral; su obra está regida por un orden delicadamente impuesto, en el cual las hojas arrugadas y los troncos mutilados, al mismo tiempo que muestran la nítida desnudez de sus fantásticas estructuras formales, la expositora los ha dotado de una densidad táctil que se puede sentir plásticamente entre los dedos. Con todo, hay que advertir que no se trata aquí de una mera reproducción imitativa, puesto que la autora no ha dejado fuera el sentimiento y el aliento expresiva en cada uno de estos dibujos al grafito; sino que mediante un soplo de subjetividad ha sido capaz de transformar, de acuerdo a mi particular punto de vista, estas naturalezas muertas en una especie de sugerente material orgánico en descomposición, que a su vez me remite a un cúmulo de apretadas interpretaciones en torno a lo efímero de la existencia, la decadencia, la aridez, la caída, la ruina, la muerte, la destrucción y la final transformación de la materia. No son pues a mi juicio estos dibujos de la Parachini, meros alardes de preciosismo formal, ni muestras de su fría facilidad para trazar sobre el papel una visión objetiva, sino evidencias de su refinada sensibilidad, de su sensualidad intelectual y de su capacidad para trasmitir a través de las líneas el vigor de su invención y de dotarla a la vez de sugerente contenido. Temas Tapatío Lee También Museo JAPI: Color, juego y abstracción La vida en México comienza en el mar Las Chivas de Gabriel Milito se estrenan con empate ante Tapatío en duelo amistoso Portada: Yordanka Olvera, la chica de la taza Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones