Arte Sonoro

La experiencia de viajar a la ciudad de Morelia después de que en el mes de septiembre sufriera a causa de la detonación de unas granadas. Precisamente en eso pensaba cuando fui a comprar el boleto de autobús. Al llegar a la Central de Morelia hacía un clima más frío que Puerto Vallarta e incluso que Guadalajara. Sin embargo el clima que se vivía en las calles era tan cálido como de costumbre, turistas paseando, la amabilidad  de los morelianos, la cocina tradicional tan exquisita como siempre, los dulces de la región, los gazpachos y la nieve de pasta. En la Casa de la Cultura (Morelos 485) todo el tiempo podemos apreciar que montan y desmontan equipo, carpas, entarimado y muchas cosas más. Por el Día de Muertos tan tradicional y célebre en el estado de Michoacán se montó la obra de teatro del Tenorio, ahí en la Casa de la Cultura, lugar donde una parte de la segunda planta es ocupada por las instalaciones del CMMAS (Centro Mexicano para la Música y las Artes Sonoras), el antes mencionado fue la sede del Festival Visiones Sonoras 2008 en el cual se impartieron charlas, conferencias, talleres y conciertos durante las noches.

Además de las actividades del Festival, el CMMAS celebró también un año más de vida y aprovechó para presentar la nueva imagen del CMMAS así como su nueva imagen en su sitio web www.cmmas.org. Una de las primeras charlas fue impartida por el doctor Daniel Quaranta proveniente de Argentina pero radicado desde hace muchos años en Brasil. Quaranta habló acerca de la poesía sonora, dando un breve repaso acerca del trabajo que se ha realizado en esta rama de las artes sonoras que como muchas es bastante confusa en sus inicios, por un periodo de una hora aproximadamente, enseñó ejemplos, expuso a los personajes que conforman la historia de la poesía sonora y dio un amplio panorama. El trabajo de Quaranta fue escuchado en uno de los conciertos.

La joven instrumentista Eva Zöllner proveniente de Alemania cortó el listón a los conciertos en el festival, el acordeón de Eva respiraba emitiendo ruidos que estaban muy lejos de asemejarse a una nota, los botones del mismo formaban ritmos, nunca había presenciado la técnica extendida en un acordeón y me pareció extraordinaria la transformación de Zöllner a la que minutos antes le había preguntado si estaba lista y con esa serenidad y tajante respuesta me dijo “sí”, así muy seco como suele, totalmente distinto a los latinos que de una pregunta sacamos una respuesta emotiva, pero toda la calidez de esa respuesta la mostró con su instrumento. La cinta corría y ella justo al lado de ella, la sala estaba llena alrededor de 200 personas nos encontrábamos en ella, no cabía ni un alfiler más, llegó una pareja de adultos mayores, a los cuales aseguraban venir desde el estadio de los Monarcas sólo para ver la pieza de acordeón y los cuales pudieron entrar y conseguir un par de asientos con la amabilidad de la organización, esa misma noche se tocó una pieza de flauta y otra más de guitarra compuesta por el director del C+, doctor Rodrigo Sigal.

El segundo concierto  fue interpretado por Christian Clozier y fueron sólo piezas para cinta sola (sin instrumentos, sólo electrónica), piezas del Institut International de Musique Electroacoustique de Bourges, este concierto fue por la tarde y por la noche se llevó a cabo un concierto más en la sala de los Niños Cantores ubicada en las instalaciones del Conservatorio de las Rosas, lugar donde se llevaron a cabo algunas charlas dentro de la sala Audio Visual.

El descanso

El festival se interrumpió por cuestión de cuatro días, debido a las celebraciones de Día de Muertos, los diarios de la localidad aseguraban que habría un operativo el cual garantizaban  una noche de muertos tranquila y con saldo blanco, aunque la mayoría de las personas fueron a Pátzcuaro a pasar esta fiesta que por cierto, tenía muchos años sin vivir esta tradición y nunca la había vivido de manera tan intensa como en esta ocasión. Ofrendas de todo tipo y por todas partes, la flor de cempazuchitl, pan de muerto y chocolate caliente.

La continuación y los resultados

Las actividades continuaron después de este puente, con una reunión de becarios del festival a la cual asistieron personas de distintas partes de México y el resto del mundo.

El ganador mexicano del Premio Visiones Sonoras 2008 fue Rogelio Sosa quien presentó una de las piezas que conforma una serie que se titula Deconstrucciones, y en este caso fue un vals del estado de Oaxaca, donde los instrumentos fueron grabados de manera tradicional y después Sosa realizó la deconstrucción hasta obtener el resultado final y con el cual consiguió ganar. Sin duda alguna, una de las piezas que más me gustaron fue la de Sosa.

Uno de los invitados más esperados fue Denis Smalley que fue integrado al festival por el programa Incubator del British Council  en México. Smalley ofreció unas jornadas de talleres bastante extensas e interesantes donde como en todos los talleres y charlas que se impartieron, estuvieron llenas y a puerta cerrada al haber iniciado para prevenir interrupciones. El concierto de Smalley fue interrumpido horas antes, cuando aun estaba en el sound check y en el momento en que se habían calibrado apenas las 16 bocinas que pidió para su concierto, acomodadas estratégicamente por Smalley. El incidente fue que alguna persona dentro de la Casa de la Cultura hizo mal uso de alguna conexión de corriente eléctrica y las cajas donde se encuentran las tomas de corriente hicieron corto y se incendiaron, esto ocurrió en la azotea de la casona moreliana, al llegar al lugar lleno de humo y caliente ya había pasado el incidente, era imposible que algo humano pudiera reparar tal daño para el concierto de Denis y fue por este incidente -fuera de la organización del festival- que se tuvo que suspender el concierto de esa noche y para el día siguiente transportar las actividades a la sala Niños Cantores del Conservatorio de las Rosas. Para celebrar el último concierto, donde se tocó una pieza de Denis Smalley y además la comisión del Festival compuesta por Edgar Barroso, la cual estuvo impresionante, también una pieza para piano y cinta del compositor argentino Francisco Colasanto.

El festival en general gozó de una excelente organización, comunicación entre los becarios, el público asistente y los invitados a presentar alguna pieza o dar una charla, intercambio de material y  la presentación también de la revistas Ideas Sónicas, que es una revista que contiene información escrita por las personas que acuden al CMMAS a hacer alguna residencia, participar en un festival, en alguna  beca o curso, presentada por Mike Mathews el editor de la revista, también se presentó el disco Prácticas de Vuelo 2007 que está conformado por las mejores piezas compuestas durante este estímulo en el CMMAS.