Lunes, 06 de Mayo 2024

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Agenda de la cultura

Por: EL INFORMADOR

PURAS UTOPÍAS: Ay, si abundasen aquí los escritores apacibles y de mucho ingenio y sustancia, así como los empeños editoriales y los libros accesibles que difundieran puntos de vista sobre variedad de temas concernientes al ser y quehacer del hombre y la sociedad; seguramente, en contraparte, habría también una masa de ávidos e ilustrados lectores, capaces de ejercer sus derechos para asentir, disentir y discutir; de enfrentar a quienes sostienen dogmas o verdades preestablecidas; de ser, en fin, fermento de una comunidad verdaderamente libre de manipulaciones y progresista.

ÍNFIMA MINORÍA: Mas esas son quimeras, pues la acongojante realidad es otra; ciertamente hay entre nosotros, calificados y sesudos autores de textos de creación o análisis, pero caben en un puño, y lo peor es que sus corresponsales, los lectores, constituyen una desoladora minoría, puesto que si ya de suyo, leer ha sido una actividad elitista, lo es particularmente ahora, en que dicha actividad está considerada por las nuevas generaciones sobre todo, como un ejercicio anticuado, teniendo como se tiene, en lugar de la letra impresa, una enorme batería de medios difusivos (aunque no de conocimiento) donde el único esfuerzo requerido es mover un dedo y dar un “click”.

CAMPAÑAS DE LECTURA: Son laudables desde luego los esfuerzos que se hacen en pro de los libros y la lectura; son saludables, tanto las rimbombantes ferias internacionales, como la ya añeja tradición de convertir los portales de la Presidencia Municipal en un abierto y colorido mercadillo de libros al alcance de la mano, como sucede en estos días; mas digo yo, la sana afición a leer y el amor a los libros, es una gracia, una deformación genética, un virus que sólo ataca a unos cuantos y que no se propaga por contagio. Inútil es pretender criar parvadas de nuevos lectores como pollos; máxime en estos tiempos tan grisáceos en materia de cultura y espíritu, cuando la enorme mayoría de nuestros prójimos anda desaforada dando solución a inmediatos problemas de sobrevivencia o de acumulación de poder o ganancias; ante ello ¡cómo van a tener tiempo para sentarse a disfrutar de un buen libro o ponerse a asimilar un texto ilustrativo! Y aún suponiendo que estuviesen de oquis, muchos jamás lo harán, puesto que el leer de plano, les asquea y son muy otros sus quereres. Ni modo, pues.

JOSÉ LUIS MEZA INDA / Escritor.
Correo electrónico: meza_inda@hotmail.com

EL INFORMADOR 04-05-08 IJALH

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