México | AYER DECÍAMOS... POR CARLOS ENRIGUE ‘‘Vida en Nueva York’’ Tolito no sabe nada de su hermano Bernardo que vive en Nueva York, y con eso de las leyes antimigrantes, pues está francamente preocupado Por: EL INFORMADOR 30 de mayo de 2010 - 02:46 hs Tolito no sabe nada de su hermano Bernardo que vive en Nueva York, y con eso de las leyes antimigrantes, pues está francamente preocupado. El tío Bernardo siempre afirmó que su máximo deseo era volver a vivir en México y nunca pudo lograrlo, esencialmente porque nunca lo intentó, aunque hay que decirlo, tampoco había ninguna razón para que lo hiciera, de hecho no recordaba cómo había ido a dar allá donde no le gustaba la comida ni hablaba una palabra de inglés. Sin embargo, hasta donde se acordaba llegó a la Gran Manzana porque le dijeron que era municipio de Yahualica y a él le gustaba la salsa que ahí hacían, pero en cuanto supo él dónde estaba, por poco se muere del susto. Eso fue hace más de 40 años y sigue ahí, preguntándose cada mañana qué demonios hacía en Nueva York. La llegada a una ciudad tiene mucho de tensionante, sobre todo si no conoces a nadie; él conocía un cuate que era de Paredones y que según eso vivía en esa urbe, de manera que se lanzó a buscarlo, ya que es bien sabido que los paisas son muy ayudadores; a su amigo le decían “El Molacho”. Por más que preguntó y preguntó, nadie supo darle razón. Es curioso cómo cambia la vida en las ciudades, en Nueva York buscando y rebuscando no hallas a nadie, aunque lo intentes, en cambio en Yahua, llegas preguntando por alguien con sólo dar las señas y antes de una hora ya lo encontraste. Tuvo que reconocer la terrible realidad: estaba solo en una ciudad desconocida y sin dinero no podía vivir, salvo que usted considere vivir andar durmiendo en un parque y comiendo en los basureros, lo que no iba con el tío, quien decía que su cuerpecito estaba hecho para el confort y no para el sufrimiento. Por lo que, después de una profunda meditación decidió hacer lo que más aborrecía: trabajar. Hay que decir que el tío era tan flojo que para tener familia quería conseguir por esposa una mujer con hijos, o cuando menos embarazada para no tener que hacerlos él mismo. Ingresó a laborar por muy poco dinero a un salón de fiestas para niños, su trabajo era limpiar el lugar después de celebradas, vestido de payaso. Es sabido que en los festejos, a los pequeños monstruos no les gusta comer, sino destrozar la comida, la cual se queda intacta, sólo que revuelta, lo que permitió que el tío comiera como Dios manda, y aunque es claro que más cornadas da el hambre y los restos de refresco no le sabían mal. Otro día les contaré de cuando Bernardo decidió llegar al matrimonio. Temas Nueva York Tertulia Ayer decíamos... Lee También Cae presunto integrante del CNG en Tapachula, Chiapas Aaron Judge le revira a Juan Soto Nueva York para todos los bolsillos De Watergate al ¿Adamsgate? Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones