México | TRIGO SIN PAJA POR FLAVIO ROMERO DE VELASCO Temas para reflexionar Leonardo se caracterizó tanto por su capacidad de observación como por dejar inacabados números proyectos Por: EL INFORMADOR 16 de octubre de 2010 - 05:46 hs Flavio Romero de Velasco. / Leonardo Da Vinci, reputado como el genio mayor de la Humanidad, y que en sí mismo resume el talento insuperable del Renacimiento, para pagar sus estudios con el maestro Verrocchio trabajó como camarero en la Taverna delle Tre Lumache, y junto con Sandro Botticelli, abrió un negocio donde pretendió, sin éxito, refinar la cocina de su época. Vegetariano por razones éticas, la grastronomía fue una de sus pasiones, y actuó como maestro de festejos y banquetes, así como conejero de fortificaciones del duque de Milán, Ludovico Sforza. Sus facetas más conocidas son las de pintor, escultor, ingeniero y arquitecto; pero también fue físico, biólogo, geómetra, botánico, filósofo, inventor de juegos de salón y utensilios de cocina, cartógrafo y autor de tratados de óptica. Leonardo se caracterizó tanto por su capacidad de observación como por dejar inacabados números proyectos. Vivió en Florencia, Milán, Roma, Venecia y Francia, y se autodefinía como un iletrado. Aprendió tardíamente latín, griego y matemáticas. Al final de su vida sufrió una parálisis en el brazo derecho que le impidió pintar, pero continuó dibujando y enseñando hasta su muerte en 1519. Nuestro pueblo es nieto e hijo de nuestros continuados fracasos históricos; es un pueblo hambriento de héroes a nivel de su ingenuidad, su ignorancia y sus pasiones. Estos héroes del momento, bien configuran en la frágil personalidad de los ídolos de papel que a diario fabrica la mercadotecnia, arquetipos de las patadas o de los puñetazos, o bien de la farándula saturada de exhibicionistas y prófugos del clóset. En todas las sociedades, desde el principio de los tiempos, ha habido núcleos de favoritos de la vida... La igualdad de los hombres podrá ser ante las leyes, y debe ser ante las leyes, pero siempre —a menos que con el ingenio genético se fabriquen de otra manera— habrá individuos con más inteligencia, con más audacia, con más arrojo, con más temeridad. Y esos individuos más individualizados, tarde o temprano se vuelven los motores de la sociedad... Ningún sistema político debe olvidar el determinismo de los genes. El humanista uruguayo José Enrique Rodó llamó “roedores del mérito” a los corroídos por la envidia. No pudiendo hacer mayor mal porque ni para el mal tienen tamaños, se dedican a desdorar a dentelladitas la valía ajena. Tal es la venganza de las ratas. El bardo español Ramón de Campoamor, escribió este verso: “Después que nos han hecho / viejos la edad y tristes la experiencia, / llevamos dos infiernos en el pecho, / que son el corazón y la conciencia”. Para la solución de nuestros complicados y múltiples problemas, los políticos siempre hablan, invariablemente, de unidad, trabajo, austeridad y patriotismo. Frágil estrategia de palabras. Temas Tertulia Temas para reflexionar Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones