Sábado, 15 de Junio 2024
México | HISTORIAS DE REPORTERO POR CARLOS LORET DE MOLA A.

¿Se ha hecho justicia?

¿Los elogios no cesan para una acción que culmina en el triunfo del mundo civilizado con el empleo de métodos incivilizados? ¿Una acción unilateral aplaudida por los fans del multilateralismo?

Por: EL INFORMADOR

Carlos Loret de Mola A.  /

Carlos Loret de Mola A. /

Helicópteros de la Marina estadounidense con 24 elementos de Fuerzas Especiales despegan de la base naval de San Diego, y en media hora sobrevuelan Durango, al noreste de Santiago Papasquiaro. En las cercanías de un rancho enclavado en la Sierra, descienden los aparatos y los seals se dirigen a la residencia valuada en un millón de dólares en el centro de la finca. Son recibidos con fuego de grueso calibre. Tras 40 minutos de refriega y los guardias del lugar abatidos, el responsable de la operación en tierra comunica a su mando central, en Washington, que la orden se cumplió: Enemigo Muerto en Acción: con un disparo en la cabeza, yace sin vida Joaquín “El Chapo” Guzmán. El cadáver es subido a uno de los helicópteros, que regresan a su base en Estados Unidos. Al aterrizar, las autoridades mexicanas son informadas de la Operación.

El presidente Barack Obama anuncia a las pocas horas que ha sido liquidado el enemigo número uno en la guerra global contra el narcotráfico, responsable de la muerte de decenas de miles de personas y de envenenar con el comercio de drogas a miles de niños y jóvenes estadounidenses y mexicanos. “Se ha hecho justicia”, declara.

Ante las dudas por la posible complicidad de las fuerzas de seguridad de un país candidato a “Estado fallido”, funcionarios de Estados Unidos agradecen la valiosa cooperación sin precedente del Gobierno de México y recuerdan que ningún otro país ha capturado o abatido a tantos narcotraficantes como el mexicano.

El relato es obviamente ficción, pero si realmente sucediera, ¿nadie se preguntaría sobre la legalidad de la acción? ¿El Gobierno mexicano saldría a aplaudir a su vecino? ¿Un criminal repudidado en el mundo amerita una ejecución extrajudicial (los funcionarios de Estados Unidos se han mostrado reservados sobre qué hizo Bin Laden personalmente durante el operativo)? ¿Es lo de menos que se haya invadido espacio y territorio de un Estado soberano sin autorización de la ONU? ¿Los elogios no cesan para una acción que culmina en el triunfo del mundo civilizado con el empleo de métodos incivilizados? ¿Una acción unilateral aplaudida por los fans del multilateralismo? ¿Nadie pone un pero a que el bien venza al mal sin importar cómo?

Se justifica y entiende la euforia de las víctimas de los atentados del 11-S y sus consecuentes guerras. Pero esto no debe impedir que se hagan las preguntas fundamentales sobre la legalidad de los métodos. Por malnacido que sea el adversario, la civilización está obligada a poner el ejemplo. Lo otro conduce a la anarquía, el autoritarismo y el fin del orden social.

Qué bueno que sean combatidos, pero no parece recomendable aceptar que el camino para “hacer justicia” se construya con información obtenida presuntamente mediante torturas posteriores a detenciones tachadas de ilegales y luego con operaciones militares por encima de la ley internacional, porque al fin de esa senda ya no podremos distinguir entre gobiernos y cárteles o ligas terroristas. Y la justicia no radicará en los tribunales, sino en la capacidad para matar.

Saciamorbos

Hace cinco años, una tragedia minera catapultó y hundió a un secretario de Estado. A ver los saldos políticos de la dramática explosión de ayer.

Temas

Lee También

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones