¿Reelección también a los narcos?

La muy querida y admirada doctora Denise Maerker abrió el debate ayer en Dardos. Ante el planteamiento de este reportero en el sentido de que en México los comicios están llenos de trampas toleradas y más valdría limpiarlos antes de pensar en la reelección, Denisse recuerda sus bondades: rendición de cuentas, profesionalización de políticos y mirada de largo plazo a quienes hoy sólo piensan en una “orgía gastalona y viajera de tres años”.

Tales son los deseables beneficios de la reelección… en la teoría, en los libros, en el planeta de lo “políticamente correcto”, en democracia plena, pero, ¿en México también? ¿En nuestra práctica electoral viciada que las autoridades electorales no sancionan, donde se vale pasarse los topes de gastos de campaña, usar recursos públicos para impulsar candidaturas y presionar hasta marginar de los medios de comunicación a la oposición? ¿Que tengan, además, reelección como herramienta Ulises Ruiz en Oaxaca, Oliva en Guanajuato, López Obrador en el Distrito Federal, Peña Nieto en el Estado de México, Marín en Puebla, que cometen todas las faltas que la autoridad electoral no marca y arrasan cada vez que se instalan urnas?

Sin contar que ayer, el mismo que reanimó el debate sobre la reelección de alcaldes y legisladores, el Presidente Calderón, advirtió que las elecciones locales están en riesgo de ser controladas por el narco. ¿Reelección a los narcos también? En síntesis, las desventuras de la democracia a la mexicana, que a mi juicio podrían perturbar el ideal reeleccionista hasta conferir credenciales democráticas a los caciques y delincuentes locales, no son abordadas en el artículo “No estamos listos”, de Denise.

Afirma la entrañable colega que este reportero invita al inmovilismo fatalista. No encuentro nada menos inmovilista que exigir limpiar la realidad electoral antes de pensar en las reelecciones, pues implica mejorar la fiscalización de los partidos, exigir al IFE que sea árbitro real, que el Tribunal Electoral deje de hacerse de la vista gorda, atar de manos a quienes usan el erario para promover candidaturas, darle más garantías a la libertad de expresión y fomentar los contrapesos políticos.

Dos postdatas: creo que Madero, al haber escrito “La sucesión presidencial de 1910” como plataforma ideológica de la Revolución y plantear ahí “sufragio efectivo, no reelección” contra Porfirio Díaz, puso el tema como motor revolucionario antes que un artilugio de Calles. Y argumentar que la reelección “funciona en todas las democracias del mundo, excepto Costa Rica y México”, obliga a recordar que la democracia más prestigiada y antigua (ininterrumpidamente) de América Latina es la costarricense, y sin ir más lejos le acaban de encargar resolver el cochinero de Honduras.

Saciamorbos

Desde hace rato se traía ganas de un debate. Se platicó en un desayuno como idea hace meses y finalmente se encontró un tema para darse. Se celebró con otro desayuno ayer.