''Que poco hemos cambiado''

Estaba considerando que los seres humanos somos muy estables en nuestra forma de ser, tanto en lo personal como en lo social, vivimos creyendo que hemos logrado grandes avances y si recordamos aspectos que fueron narrados por autores como lo hace Ludwig Friedlander en su libro “La sociedad romana: Historia de las costumbres en Roma, desde Augusto hasta los Antoninos”, en el que cuenta muchas costumbres romanas y cito:
“Son muchos […] los que al levantarse por la mañana meditan a cuál de los personajes o servidores de la corte rendirán pleitesía, a quién dirán algo agradable, a quién obsequiarán un regalo […] cómo conquistarán el favor de unos hablando mal de otro”. No sé si le resulte parecido a lo que pasa por aquí.

Desde luego que para que alguien se divierta necesita haber quién lo divierta y “todavía en el siglo V, manifiesta el obispo galo Valeriano su indignación ante el hecho de que haya casas donde se sirva a los invitados pobres en platos y vasos rotos, les tiren la barba, les retiren las sillas para que se den una costalada y les azucen a unos contra otros para divertir a los otros comensales viéndolos darse de golpes”.

Este autor narra que había en todas las casas de importancia, los poderosos tenían gente que los barbeaba, los cuales eran llamados clientes que en estos tiempos serían gorrones y escribió el alemán que “el pago de todo esto es una mísera comida de vez en cuando, en la que no pocas veces se obliga a los invitados a emborracharse contra su voluntad, para que en medio de su embriaguez se suelte su lengua y diga lo que debería callar; por fin, se van a sus casas maldiciendo la comida, las reverencias y todas las humillaciones sufridas en aquella casa”.

Me acordé porque estaba viendo noticias sobre la elección del Estado de México y me cayó en gracia que los representantes del PAN y PRD declararan que la elección del PRI de su candidato había sido vertical de corte antiguo y ellos nombraron a los que aparentemente serán los suyos más o menos de la misma manera pero nombraron a dos que fueron candidatos al mismo puesto hace diez y ocho años en lo que podía ser un regreso al pasado, es curioso, si bien todos ellos serán igualmente dañinos para la gente. Pero me llamó la atención que quienes asisten a los actos públicos parecen ser siempre los mismos en cada grupo y se portarían como los clientes romanos.

“La costumbre de cumplimentar a los poderosos por las mañanas y de que los clientes acompañasen a los patrones en todas sus salidas mantúvose invariable en lo esencial hasta en los últimos tiempos de la antigüedad romana”.