Más allá de ''Presunto culpable''

Pues aunque no les guste a muchos, la jueza Blanca Lobo, a quien querían linchar en leña verde desde que tomó la decisión de suspender “Presunto culpable”, hizo lo correcto dos veces. Primero, “by the book”, como dicen los abogados, actuó como la obliga la ley, al decidir que se interrumpiera una acción por probable daño. Así se hace: se interrumpe y después se averigua para tomar una decisión definitiva.

Después, la jueza determinó que la película podría seguirse transmitiendo, pero con una salvedad: habría que proteger la identidad de la víctima (no olviden que el chico, por más bobo que fuera, era un menor de edad y era el hermano de una persona asesinada a quien mataron frente a él).

La decisión no debe haberles gustado mucho a los promotores de la película, que tendrán que asegurarse que todas las copias en circulación cumplan con la norma. Tampoco debe estarles gustando mucho la probabilidad de contagio: ¿Cuántos más en el documental pegarán un brinco y buscarán algún tipo de indemnización? Sin embargo, el saldo es absolutamente positivo. Primero, desde el punto de vista comercial. La supuesta censura catapultó el documental y es probable que las ganancias generadas por la piedra que les puso la jueza les alcancen para pagar la edición requerida y las indemnizaciones solicitadas (bueno, ojalá).

En segundo lugar, el caso puso en la agenda pública, nuevamente, la discusión sobre las reformas judiciales en marcha en todo el país. El documental refleja un proceso judicial en la Ciudad de México, en donde gobierna “el mejor alcalde del mundo”, pero nada dice de lo que se está haciendo en todo el país por transitar de un sistema acusatorio a uno mixto. Hay una reforma federal que obliga al cambio y un plazo para que el país se ponga a punto, con distintos mecanismos, para cambiar la forma en la que se hace o se echa a perder la justicia en este país, incluidos los juicios orales.

En Guanajuato, en Quintana Roo, en Chihuahua, llevan ya un camino andado con los juicios orales; en Jalisco han avanzado ya con el tema de la justicia alternativa y en todas partes el tema tiene en vilo a legisladores, magistrados y abogados. El cambio que se busca es brutal y no sólo incluye la oralidad de los juicios. La forma de litigar, la concepción filosófica misma del delito y las posibilidades de castigo, empiezan a mutar, poco a poco. Mientras se transforma, eso sí, lo que hay es un monstruo con partes distintas de calidades diferentes en el país. Es un desastre, pero así tiene que ser para que no haya más presuntos culpables, ministerios públicos idiotas, policías retrasados mentales, abogados corruptos y jueces inalcanzables.