Insisten: un mínimo de gas metano causó explosión en Pemex

CIUDAD DE MÉXICO (08/FEB/2013).- A una semana de la explosión en la Torre B2 de Petróleos Mexicanos, las autoridades insisten que el origen del siniestro, que dejó 37 muertos y más de 100 heridos, fue provocado por una explosión de gas, que ahora precisan fue metano, conocido como grisú.

El perito estadounidense Brian Dunagan, vicepresidente de Integridad Operacional Global de la empresa suiza SGS, contratado para estos fines, explicó que el gas que explotó en el sótano de la Torre fue en una baja concentración, de entre 5% y 10% en el aire que había en lugar, pero no supo explicar de dónde provino el combustible, y para aclarar cuál es su procedencia todavía llevará un tiempo indeterminado de investigaciones.

Las posibles fuentes de origen que analizan es la red de aguas negras, además de las características del propio subsuelo.

En donde sí existen certezas, a partir de que se conoce la naturaleza del gas, es que por la baja cantidad de concentración, el personal que estuvo aquel jueves 31 de enero en el lugar no pudo percibir el olor del mismo.

El gas grisú es altamente inflamable y su peligrosa presencia es común en las minas subterráneas, en especial en las de carbón.

Dunagan añadió que hasta ahora todo apunta a que se trató de un episodio “accidental”, además de que dijo que no han encontrado que hubiese una falla estructural en el edificio previo a la explosión.

El director corporativo de Operaciones de Pemex, Carlos Murrieta, precisó que SGS es la empresa a la que se le encargó identificar la “causa raíz del evento”.

El funcionario señaló también que cada 12 horas, personal especializado de Pemex realiza revisiones en las instalaciones para verificar que no haya acumulaciones de gas y garantizar así la seguridad de los trabajadores.