Miércoles, 12 de Noviembre 2025
México | LA SOPA POR IVABELLE ARROYO

En internet se vale

El presidente del Instituto Electoral en Jalisco, Tomás Figueroa, va en contrasentido al pedir que se legislen las campañas en internet.

Por: EL INFORMADOR

Ivabelle Arroyo.  /

Ivabelle Arroyo. /

El presidente del Instituto Electoral en Jalisco, Tomás Figueroa, va en contrasentido al pedir que se legislen las campañas en internet.

No es el único, hay que decirlo, hay varias voces en el país que se han alzado para pedir que ese espacio sea regulado para evitar que los políticos hagan uso de esta herramienta de comunicación.

El Instituto Federal Electoral y el Tribunal Federal, en sus respectivos ámbitos, se toparon ya con candidatos que hicieron publicidad en la red en 2009. Publicidad en serio: un canal completo de televisión en red tenía uno de los aspirantes panistas a delegado en el Distrito Federal, ¿recuerdan? Big Sodi, se llamaba el canal.

Sus adversarios se le fueron encima y pidieron que se le sancionara. El caso fue y vino del instituto local al tribunal del Distrito Federal y luego llegó al IFE y después al antes llamado Trife.

El caso es que no podían sancionarlo por el uso del medio. En todo caso, por el gasto. ¿Por qué no podían sancionarlo por el medio? Bueno sí, porque no está legislado, dirá alguien con cortedad de miras.

Pero hay argumentos atrás de esa carencia que se pueden debatir. Primero, el de la tan traída y llevada libertad a la que aluden los intelectuales que se han amparado ante la Corte por no poder comprar propaganda electoral.

Pero digamos que estamos de acuerdo con la regulación estatal sobre la información electoral pública y sus límites, y pasemos a un argumento de orden operativo. En internet la propaganda no está en un medio invasivo; así lo llamaban en ese entonces.

Lo que querían decir es que uno tenía que meterse a la página de Big Sodi para ver a Sodi. No le saltaba el anuncio en medio de una novela, o a la mitad de un partido de futbol.

El mismo criterio utilizaron para todos los casos en los que había publicidad en la red: el cibernauta tiene que querer ver la página. Por la misma razón no están legislados los libros propagandísticos ni la prensa escrita. No se trata sólo de cantidad de receptores del mensaje, se trata de la naturaleza invasiva del medio de comunicación.

Ese argumento tiene agujeros, por supuesto, y el principal es que se está viendo a internet como un medio de comunicación y no como un espacio de comunicación. La diferencia es vital: en la red se encuentran diarios digitales, medios de comunicación masivos, diarios personales, conversaciones grupales y basura.

En ese sentido, su regulación pediría un sinfín de matices, pues de lo contrario sería como si quisieran legislar la publicidad en el espectro radiofónico, y no en las radiodifusoras. Por último, el ciberespacio es un espacio con una movilidad constante y una participación sin cortapisas.

¿Buscarían al autor de un blog que quiere apoyar a Andrés Manuel López Obrador? ¿Cancelarían el espacio construido por los priistas jóvenes que apoyan a Aristóteles? ¿Medirían con distinta vara a los blogs de profesionales y a los blogs de fans? Ya los queremos ver metidos en ese brete.

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