Jueves, 25 de Abril 2024
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Economía

México y Estados Unidos, una vecindad compleja

Relación complicada e inevitable, la vecindad de Estados Unidos y México ha tenido momentos álgidos

El Informador

A lo largo de la historia, las relaciones México-Estados Unidos han pasado por momentos difíciles. Desde la independencia de Texas en 1836 y su posterior anexión a Estados Unidos, pasando por el Tratado Guadalupe-Hidalgo en 1848, que derivó en la pérdida de California y un territorio de más de dos millones de kilómetros de extensión; la convivencia entre nuestro país y su vecino del Norte ha pasado por situaciones complicadas hasta hoy, con un presidente estadounidense, Donald Trump, con políticas calificadas como abiertamente contrarias a los intereses de México, e insistente en construir un muro en la frontera Norte.

Sin embargo, ambos países se necesitan pues sus economías están muy entrelazadas. El 80% de las exportaciones mexicanas se dirigen al país del Norte, y tienen un valor cercano a los 300 mil millones de dólares. Para Estados Unidos, México representa el tercer socio comercial de importancia, solo por detrás de China y Canadá. En total, el comercio bilateral en 2015 superó los 532 mil millones de dólares.

 Además, de acuerdo a datos oficiales, 34.6 millones de habitantes de origen mexicano radican en los Estados Unidos.
El aspecto económico, más temas como los migrantes, los jornaleros agrícolas, o las intervenciones estadounidenses en asuntos de gobierno nacional, hacen de la relación México-Estados Unidos un asunto capital para la estabilidad nacional a lo largo de la historia. EL INFORMADOR ha cubierto y narrado varios de los momentos que han marcado esta relación, y se las presentamos en este especial de aniversario.

La expropiación petrolera

Estados Unidos recibió como “un rayo en un cielo despejado”, según palabras del entonces embajador en México Joseph Daniels, la expropiación petrolera anunciada por el presidente Lázaro Cárdenas el 18 de marzo de 1938. En principio, la reacción del Departamento de Estado y las empresas petroleras afectadas fue furibunda, y exigieron compensaciones inmediatas o en su defecto, la restitución de sus pozos en México.

Sin embargo, ante la cercanía de la Segunda Guerra Mundial, la firmeza del Gobierno de Cárdenas ante la expropiación y ante las exportaciones hechas a países europeos como la Alemania de Hitler o la Italia de Mussolini, el Gobierno de Franklin Delano Roosevelt decidió no actuar con excesiva dureza, y mantener una alianza con México basada en la política del “buen vecino”, estrategia estadounidense para ganarse al bloque latinoamericano ante las amenazas del comunismo y el fascismo en tiempo convulsos.

Las negociaciones para indemnizar a las compañías norteamericanas finalmente llegaron a buen puerto durante los dos primeros años de la administración de Manuel Ávila Camacho, en un arreglo directo muy por debajo de las exigencias económicas iniciales tras la expropiación. Este acuerdo fue clave para que las relaciones México-Estados Unidos se estrecharan, y en 1942, nuestro país se alió con su vecio del Norte  contra los países del eje en el episodio de la historia conocido como la Segunda Guerra Mundial.

Programa bracero

Como consecuencia de la entrada de Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, las necesidades económicas de ese país y la falta de mano de obra para cultivar sus campos, en agosto de 1942 se creó el Programa Bracero para dotar de migrantes mexicanos que auxiliaran al campo estadounidense, ofreciéndoles trabajos temporales.

El programa duró 22 años, y se calcula que en ese periodo más de 4.6 millones de trabajadores fueron contratados mediante el programa, y las contrataciones se ampliaron al sector industrial y de servicios. Aunque el vínculo buscaba contratar de manera legal a los braceros mexicanos, con garantías de compensación en caso de desempleo, salario digno y no discriminación, muchos más mexicanos fueron contratados de manera ilegal con la complacencia de los granjeros y autoridades de Estados Unidos.

Esto derivó en cada vez más anomalías en el proyecto, ya que muchas veces las condiciones no se respetaban y los migrantes eran cada vez más maltratados y peor pagados. Sindicatos y campesinos, muchos de ellos trabajadores legalmente contratados, protestaron ante esa situación, destacando el caso del líder César Chávez y su Unión de Trabajadores Campesinos, con presiones que lograron acabar con el Programa en 1964.

Así, el Programa Bracero fue uno de los acontecimientos que dio pie a la migración de millones de mexicanos a Estados Unidos. Sin embargo, también generó l problema de los migrantes indocumentados, los cuales son acusados de quitar trabajos a estadounidenses.

Operación intercepción

La colaboración México-Estados Unidos en materia de lucha contra las drogas viene desde mucho tiempo atrás. A finales de los sesenta, el Gobierno republicano de Richard Nixon inició su propia guerra contra las drogas y dio un golpe inicial que buscaba ser espectacular, al cerrar la frontera mexicana en 1969, en la llamada Operación Intercepción o Interceptación, con la aparente intención de reducir el tránsito de marihuana de México a Estados Unidos.

El golpe fue unilateral, es decir, Estados Unidos cerró la frontera sin consultar a México, y tuvo muy poco éxito. Costó 30 millones de dólares y apenas se capturaron tres mil 200 libras de marihuana más otras cantidades mínimas de droga, en los 17 días que duró esta operación. Únicamente provocó caídas en las ventas de las ciudades fronterizas de ambos países, congestionó las aduanas e hizo lento el tránsito de personas a ambos lados de la frontera.

Para añadir, la Operación únicamente logró que el narcotráfico esperara el fin del bloqueo fronterizo, e ideara nuevas estrategias para pasar droga a Estados Unidos, entre ellas, el incremento de cocaína de contrabando procedente de aviones ligados a los cárteles colombianos de la droga, los cuales fortalecieron sus operaciones al tener los recursos para traficar ilegalmente. En México, la Operación de Nixon trajo inconvenientes momentáneos, un ligero enfriamiento momentáneo en las relaciones, pero también las obligó a generar políticas para atacar al narcotráfico.

La integración comercial

El Tratado de Libre Comercio para América del Norte (TLCAN) es un acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá que se firmó en diciembre de 1992, entrando en vigor el primero de enero de 1994. El acuerdo liberó de aranceles los intercambios comerciales de los tres países y ha hecho crecer el comercio en la zona un 250 por ciento. El TLCAN fue impulsado desde 1991 por los entonces presidentes Carlos Salinas de Gortari, George Bush padre, y el primer ministro canadiense Brian Mulroney.

Desde su aprobación, el TLCAN ha tenido defensores y detractores con igual intensidad. De hecho, el acuerdo comercial fue aprobado en el Congreso de los Estados Unidos, en 1993, con apenas 14 votos de diferencia. El Gobierno, los empresarios con intereses en México y Estados Unidos, y la Casa Blanca (hasta antes de Donald Trump) han defendido el acuerdo; mientras que líderes sindicales y trabajadores de ambos lados de la frontera lo han atacado al considerar contrario a sus intereses.

Actualmente, se renegocia el Tratado tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. El republicano ha dicho que el acuerdo ha robado empleos a los estadounidenses, debido a la mano de obra barata mexicana. Las negociaciones comenzaron en agosto de 2017 en hasta nueve mesas de negociación.

La iniciativa Mérida contra el narco

En plena lucha contra el narcotráfico, el Gobierno del entonces presidente Felipe Calderón decidió firmar un pacto de cooperación con los Estados Unidos y el entonces mandatario estadounidense George W. Bush.

En el acuerdo, ambos vecinos se comprometían a apoyar con recursos financieros, armas, tecnología y equipos de inspección, entre otras herramientas, al Gobierno mexicano y su cruzada contra el crimen organizado. La firma oficial fue consignada en diciembre de 2008, y hasta la fecha, Estados Unidos ha aprobado más de 2.3 mil millones de dólares para combatir a los carteles de la droga.

De ese recurso, 1.6 mil millones han sido en equipo y capacitación al Ejército mexicano. La iniciativa se ha mantenido con los cambios de administración en ambos países, y se le ha adjudicado importancia en algunos episodios importantes de la lucha contra el narcotráfico: como la segunda y tercera detención de Joaquín “El Chapo” Guzmán, líder del Cártel de Sinaloa.

Los últimos avances de la Iniciativa Mérida, registrados en febrero de 2016, han reportado apoyos conjuntos de seguridad en ciudades como Ciudad Juárez y Tijuana.

La beligerante nueva administración

Desde que buscó la candidatura del Partido Republicano a la presidencia de Estados Unidos, el empresario Donald Trump fincó parte de su popularidad en expresiones contra México y los mexicanos, los cuales tuvieron un impacto importante en la relación con nuestro país, y ganaron apoyo en un sector de la población estadounidense, clave para darle el triunfo en las elecciones de noviembre de 2016.

En las políticas de Trump contra México, el ahora presidente ha propuesto la construcción de un muro en la frontera México-EUA, que costará más de ocho mil millones de dólares, y ha prometido “que México pagará por él”. También ha presionado a las empresas estadounidenses para que no inviertan en México, debido a que, según su perspectiva, quitan empleos a los americanos, algo que pudo influir en eventos como la cancelación de la planta de Ford en San Luis Potosí en el prólogo del 2017.

Un punto álgido en la relación fue cuando Donald Trump, aun siendo candidato a la presidencia de su país, fue invitado a México en septiembre de 2016 por el presidente Enrique Peña Nieto. La visita trajo fuertes críticas al gobierno mexicano, y derivó en una posterior cancelación de una reunión bilateral en Estados Unidos.

Este artículo forma parte de la edición conmemorativa de los 100 Años de EL INFORMADOR. El resto de los contenidos especiales están disponibles en ESTE ESPACIO y también puedes consultar la versión hojeable digital PULSA AQUÍ.