Jalisco | En tres patadas por Diego Petersen Farah Odiosos resultados Los mexicanos le tenemos pavor a la evaluación, porque nos sentimos observados, medidos, señalados Por: EL INFORMADOR 20 de abril de 2010 - 06:12 hs Bien dice el borracho que lo odioso nunca son las comparaciones, sino el resultado de éstas. Los mexicanos le tenemos pavor a la evaluación, porque nos sentimos observados, medidos, señalados. La reacción de los directivos y del sindicato de maestros ante la evaluación educativa es siempre defensiva. Pero todos actuamos igual cuando nos sentimos evaluados, y la estrategia siempre es la misma. Lo primero es cuestionar al evaluador: ¿quién es él para decir cómo hago mi trabajo?, ¿por qué voy a aceptar que venga otro, que no sabe lo difícil que es hacer lo que hago, a evaluarme? Lo segundo es descalificar el instrumento de evaluación porque no mide todo, porque no toma en cuenta ciertas cosas, porque no aterriza, porque no está diseñado para evaluar mi situación particular. La tercera estrategia es decir que las evaluaciones “sólo sirven para golpear”. ENLACE no es la mejor evaluación posible, pero es una evaluación que antes no teníamos. No es perfecta, ni pretende serlo, pero permite, a través de esas odiosas comparaciones, saber cómo estamos los unos comparados con los otros. Esta prueba ni siquiera permite compararnos con otros países, es la prueba Pisa. Menos, saber las habilidades que se están desarrollando, para eso lo mejor es el examen College Board, que se aplica para ingreso en prepas y universidades. Lo que permite ENLACE es saber si el contenido que se supone es transmitido por los maestros, está siendo aprendido por los alumnos. Punto. Pero eso es mejor que nada. Por poco e imperfecto que sea, es un principio de evaluación; podemos saber en qué escuela se está transmitiendo mejor que en otra, en cuál Estado el sistema educativo cumple mejor esta función específica, pero sobre todo, nos permite comparar un escuela contra sí misma, saber si vamos para adelante o para atrás. Lo mejor de ENLACE es que ha puesto sobre la mesa la cultura de la evaluación. Todos tenemos que rendir cuentas y los maestros y el sistema educativo, desde preescolar hasta universidad, tienen que rendir cuentas a la sociedad. En ningún otro renglón de presupuesto gastamos tanto como en salud y educación, y tenemos que gastar más, pero por derecho propio, y por lógica mínima de eficiencia, antes de gastar más tenemos que tener claro qué resultados estamos teniendo del dinero que ya gastamos. El mejor argumento para invertir más en educación será saber que año con año vamos mejorando, o que en ciertos temas específicos se requiere de apoyos puntuales. Para eso tiene que haber odiosas comparaciones que arrojen odiosos resultados. Temas Diego Petersen Farah En tres patadas Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones