Jalisco | En tres patadas por Diego Petersen Farah Machincuepa y chilenita Los plurinominales nacen como tales en la reforma política de 1977, la famosa Loppe Por: EL INFORMADOR 27 de abril de 2010 - 06:13 hs Bueno como es para los asunto de grilla, el diputado Francisco Ramírez Acuña propuso, sin más, acabar con los diputados plurinominales. La propuesta será sin duda aplaudida por el respetable, pues no hay figura más odiada que la de diputado. Pero además, dentro de los diputados también hay castas: los más odiados de los odiados son los plurinominales, a quienes los ciudadanos solemos ver como parásitos que sólo cobran sueldo. Lo que hizo Paco fue, pues, bajar un balón que flotaba en el aire y rematarlo. ¿Le pasa algo al país si quitamos los diputado plurinomilales? La respuesta inmediata es nada. Si mañana salieran de las cámaras los diputados y senadores pluris, nos ahorraríamos un dineral, haríamos más fácil el funcionamiento y, sobre todo, saciaríamos nuestra voluntad de venganza frente a la clase política. Pero si procesamos el tema con menos hígado, hay otros factores que vale la pena tomar en cuenta. Aunque ya antes había diputados de partido, los plurinominales nacen como tales en la reforma política de 1977, la famosa Loppe (Ley de Organizaciones Políticas y Procesos Electorales) que impulsó Reyes Heroles. La finalidad fue darle cauce a la diversidad política del país, sobre todo a la izquierda que, desde la desaparición obligada del Partido Comunista Mexicano en 1940, había vivido en la clandestinidad (el PPS de Lombardo Toledano, supuestamente de izquierda, era un parásito del PRI). Esa situación es muy distinta a la que vive hoy el país y podríamos estar de acuerdo con que a México no le pasa nada si desaparecemos de un plumazo a los diputados del Verde, del Panal, del PT y de Convergencia, que son los que no ganan distritos y sólo tienen diputados pluris. Pero en la práctica, desaparecer la representación proporcional hoy es cerrar la posibilidad de que existan partidos distintos a PAN, PRI y PRD. ¿Queremos eso? El otro gran tema detrás de los plurinominales tiene que ver con la gobernabilidad, la sobrerrepresentación que pueda permitir cierta estabilidad política en el Congreso. Desaparecer los pluris obligaría a optar por otro tipo de mecanismos de gobernabilidad como las alianzas legislativas que tendrían que venir atadas a una segunda vuelta electoral, un tema que parece sacar urticaria a los jeques de los partidos. Todas las opciones tienen virtudes y defectos, el tema es simplemente que no se trata sólo de bajar el balón, hacer una machincuepa y rematar de chilenita. Eso está bien para prender a la tribuna. Dicho de otra manera, acabar con los pluris es muy popular, resuelve el problema de la furia ciudadana, pero genera otros que no nos han dicho cómo piensan resolverlos. Temas Diego Petersen Farah En tres patadas Recibe las últimas noticias en tu e-mail Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones