Miércoles, 12 de Febrero 2025
Jalisco | En tres patadas por Diego Petersen Farah

Inteligencia inteligente

Los programas exitosos de combate a la delincuencia van más allá de la información delincuencial, hay que procesarla inteligentemente para saber qué significa

Por: EL INFORMADOR

Se reunieron el día que se tenían que reunir; fueron los que tenían que ir y avanzaron en una agenda común de seguridad para la zona metropolitana. La reunión de los alcaldes con el Gabinete de Seguridad del Gobierno del Estado se dio en los términos que tenía que darse y, al menos en el discurso, comenzó con el pie derecho. Sí era necesario que se reunieran, como lo plantearon los alcaldes; no era necesario hacer una cumbre ni construir un castillo de pirotecnia para ello.

El acuerdo más importante es la creación de una centro único de inteligencia, o Centro de Información Estratégica, como lo bautizó el alcalde de Tlaquepaque, Miguel Castro. El gran problema de las policías metropolitanas, no digamos de otros municipios, ha sido históricamente la falta de información y, peor aún, el no saber qué hacer con la información cuando la tienen. Durante años se confundió la información estratégica con el espionaje. En la azotea del Palacio de Gobierno operaba el mítico “palomar” que pretendía ser una centro de inteligencia y que se dedicaba a dos cosas: a intervenir llamadas telefónicas y a hacerse pasar por periodistas en marchas y ruedas de prensa.

Eran tan eficientes que tenían un tarjetero donde iban añadiendo datos de las personas “espiadas” o “monitoreadas”. Me tocó ver una tarjeta de una persona que decía: “Fulano de tal: ecléctico”, puesto que el señor había dicho, en una entrevista con Jaime García Elías, que él no creía en los partidos y que en materia política se declaraba ecléctico. Seguramente a los inteligentísimos agentes de inteligencia (que por cierto siempre llegaban tarde a las ruedas de prensa) les pareció que ecléctico era algo cercano a terrorista o al menos una secta rara.

Un reportaje de Sergio René de Dios Corona, publicado en el finado Siglo 21, demostró que 90% del espionaje en las épocas del partidazo se dedicaba a espiar políticos del mismo partido.

Con el tiempo y la llegada del PAN, “el palomar” pasó de ser un remedo de centro de inteligencia a un grupo inútil de monitoreo.

También en esas épocas las policías municipales comenzaron a sistematizar información delincuencial y a hacer los primeros pinitos de una inteligencia real, aunque después usaban la información sólo para presumirla. El jefe de la policía de la época de Francisco Ramírez Acuña, el célebre toletero Cerón, se paseaba cada año por los medios con un power point con fotos de narcotienditas. Al tercer año le hicimos ver que eran las mismas, a lo que el señor contestó que su trabajo terminaba en ubicarlas, luego las pasaba a la PGR y si hacían algo o no, era problema de ellos.

Tan importante es pues tener la información, como saber qué hacer con ella. Los programas exitosos de combate a la delincuencia van más allá de la información delincuencial, hay que procesarla inteligentemente para saber qué significa, y para ello echan mano de psicólogos, sociólogos, antropólogos y todos los ólogos necesarios para darle sentido a la información y construir políticas públicas de combate a los factores que favorecen la delincuencia y no sólo de combate a los delincuentes. Ojalá que este sea el arranque de una forma inteligente de ver la inteligencia.

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