Gobierno corta dádivas a sindicatos

GUADALAJARA, JALISCO (29/JUL/2015).- Desde el sexenio pasado, el presupuesto del Gobierno de Jalisco ha costeado millonarios derroches de sindicatos, que incluyen festejos, desayunos, congresos, convenciones, remodelación de edificios, equipamiento de oficinas y camionetas lujosas.

En la última década, el Gobierno les destinó 81.4 millones de pesos bajo el concepto de subsidios y partidas extraordinarias, revela la Secretaría de Planeación, Administración y Finanzas (Sepaf). Sin embargo, en lo que va de la administración los apoyos registran una caída considerable: en 2011, el Estado les entregó 34.2 millones contra los 1.3 millones de pesos destinados el año pasado.

Miguel Turriza Cuevas, director de Egresos de la Sepaf, explica: “Se ha tratado de generar una disciplina presupuestal de contención de gastos al máximo posible…”.

Los sindicatos también reciben recursos de sus integrantes: el año pasado, 28 gremios afiliados al Gobierno retuvieron 4.4 millones por concepto de cuotas sindicales. Juan Pelayo Ruelas, secretario de la Federación de Sindicatos de Empleados al Servicio de los Poderes del Estado, Municipios y Organismos Públicos Descentralizados en Jalisco, responde que las cuotas no alcanzan para sus operaciones. Por eso “no voy a dejar de pedir, el Gobierno de alguna manera debe preocuparse porque exista la atención hacia lograr un ambiente digno de trabajo. Las políticas de austeridad nos han complicado los eventos”. La Federación aglutina a 180 sindicatos locales.

Desde 2006, el Gobierno de Jalisco ha dispuesto de un subsidio mensual para la Federación por 95 mil pesos, que es ampliado cada año con una partida extraordinaria de 224 mil pesos para los eventos del día del servidor público en septiembre. El problema es que no hay rendición de cuentas sobre la utilización de los millonarios subsidios ni del destino que tienen las cuotas sindicales.

“No (comprueban el gasto), me dan su recibo y, si Pelayo con eso viaja a Nueva York, regala despensas, paga la luz o no la paga, no conocemos porque no somos parte del sindicato… ellos tienen la obligación de rendirle cuentas a sus agremiados”, argumenta Miguel Turriza.

Juan Pelayo contesta: “Yo le rindo cuentas a la asamblea de dirigentes sindicales, al Estado le doy un recibo oficial y me hago responsable del manejo de ese dinero”.

Sin embargo, los agremiados acusan opacidad y discrecionalidad de los líderes sindicales. A María le descuentan 150 pesos a la quincena por pertenecer desde hace dos décadas a un sindicato que no le sirve para nada, al de Servidores Públicos del Ayuntamiento de Guadalajara. “No te dan informes, nadie sabe qué hacen con tanto dinero”.