Miércoles, 11 de Diciembre 2024
Jalisco | Entre veras y bromas por Jaime García Elías

- Luto... y fiesta

Invitan a recordar la frase de Tomás Perrín: “Hoy la Tierra está de luto; hoy está de fiesta el Cielo”

Por: EL INFORMADOR

Como si hubiera dejado tantos gratos recuerdos de su paso, el 2010, ya de salida, tuvo a bien cerrar el capítulo del tránsito por la vida, en la que dejaron honda huella por su generosidad, su integridad y su don de gentes, de dos hombres esencialmente buenos: Gonzalo García Verea y Juan Pablo Rosell.

-II-

Sacerdote jesuita el primero, periodista y médico homeópata el segundo, Gonzalo y Juan Pablo hicieron de sus respectivas vocaciones sendos apostolados. Se valieron de ellas, por sobre todas las cosas, para servir a los demás...

Tapatíos químicamente puros --uno por nacimiento, el otro por adopción, ambos por convicción--, García Verea y Rosell pasaron por este mundo, en efecto, haciendo el bien. Maestro en el Instituto de Ciencias, donde llegó a ser prefecto de disciplina antes, incluso, de su ordenación sacerdotal, Gonzalo regresó a Guadalajara después de varios años de residencia, vinculada a su doble ministerio --sacerdotal y magisterial--, en Tampico. Con su salud un tanto disminuida (sufrió una operación a corazón abierto), se marginó de la docencia y dedicó sus afanes --según solía decir-- a “impedir que se rompieran todos los hilos de la relación con Dios” entre las personas que por diversos motivos (el divorcio, por ejemplo) se habían marginado de la Iglesia, y la propia institución. Un tanto --o un mucho-- heterodoxo, sostenía que de su manera de pensar “ya respondería directamente a Dios”. Aconsejaba a los jóvenes: “Todo asunto relacionado con la sexualidad fuera del matrimonio, para la Iglesia, es materia grave de pecado; pero si ya decidiste pecar, al menos usa el condón para evitar el error adicional de contraer o contagiar alguna enfermedad, o provocar un embarazo no deseado”.

Rosell se inició en el periodismo en el diario capitalino “La Prensa”. Llegó a Guadalajara hace más de 40 años para hacerse cargo de las oficinas de la Agencia Amex. Participó en la fundación de “El Diario de Guadalajara” y “Siglo 21” (hoy “Público”), donde hizo escuela por su pulcritud profesional y por su don de gentes. Con el seudónimo de Rafael del Barco, sostenía una columna semanal sobre temas gastronómicos. Fundó, en complicidad con Cristina Romo --leyenda viviente como catedrática en el ITESO--, una familia ejemplar.

-III-

Gonzalo y Juan Pablo, con el episodio de su muerte física, invitan a recordar la frase de Tomás Perrín: “Hoy la Tierra está de luto; hoy está de fiesta el Cielo”.

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