Tragedia exhibe riesgos para ilegales africanos

ROMA, ITALIA (07/ABR/2011).- Una embarcación que transportaba hasta 300 aterrorizados migrantes procedentes de Libia naufragó temprano cerca de las costas de una isla italiana mientras socorristas luchaban contra fuertes vientos para rescatarlos.

La Guardia Costera italiana rescató a 48 de ellos y un bote pesquero recogió a otros tres, pero al caer la noche unos 250 seguían desaparecidos.
Los sobrevivientes dijeron a la Organización Internacional para Migración (OIM) que nadaron en la oscuridad hacia los barcos de la Guardia Costera, pero que muchos otros se ahogaron por no saber nadar o por haber sido arrastrados por los otros pasajeros aterrorizados.

La guardia costera busca sobrevivientes en lo que puede haber sido una de las peores tragedias desde que en enero comenzó una ola de migración ilegal del Norte del África a Italia, dijeron las autoridades.

El naufragio ocurrió a 65 kilómetros de las costas de Lampedusa, una isla italiana más cercana al Norte de África que a Italia continental.
Pietro Carosia, de la Guardia Costera, dijo que la embarcación había salido de Libia y probablemente estuvo en el mar unos dos días. Dijo que se calculaba que había 200 personas a bordo, aunque la OIM y sobrevivientes dijeron que eran unas 300.

La OIM reportó que los migrantes y buscadores de asilo eran de Bangladesh, Chad, Costa de Marfil, Nigeria, Somalia y Sudán. Entre ellos había cinco niños y 40 mujeres, de los cuales sólo sobrevivieron dos.

Antonio Guterres, alto comisionado de Naciones Unidas para refugiados, dijo que muchos a bordo habían buscado asilo en Libia, sólo para verse obligados a huir por la lucha en ese país. “Esta gente se refugió dos veces... Exhorto a todos los que patrullan el Mar Mediterráneo hagan todo lo posible para ayudar a los barcos en peligro”.

El primer ministro Silvio Berlusconi expresó su pésame por el accidente.

Este año, miles de inmigrantes han sido forzados a refugiarse en campamentos improvisados hasta que Berlusconi trató de solucionar la crisis enviando barcos para recoger a los inmigrantes. Sin embargo, eso simplemente ha desviado el problema a otras zonas de Italia y provocó discusiones entre gobiernos regionales sobre dónde crear centros de alojamiento para los inmigrantes.

TELÓN DE FONDO
Diáspora magrebí rumbo a Roma

Lampedusa, aproximadamente a mitad de camino entre Sicilia y Túnez, ha sido el foco de la crisis tras recibir unos 20 mil inmigrantes ilegales —sólo este año— abrumando la infraestructura de la minúscula isla que normalmente vive de la pesca y el turismo.

La violencia obliga a huir a los norteafricanos principalmente hacia los difíciles horizontes europeos. Miles de personas se arriesgan al peligroso, una migración desatada tras la caída del antiguo régimen tunecino y después de que el estallido de la guerra en Libia acabara con los estrictos controles fronterizos que antes impedían el acceso a Europa.

Tunecinos, libios, egipcios, marroquíes, sudaneses, argelinos, entre otros, viajan. La mayoría de los inmigrantes son jóvenes de Túnez que intentan llegar a Francia a través de Italia, pero en los últimos días se han registrado números cada vez mayores de inmigrantes procedentes de Libia, subrayando los temores italianos de que los enfrentamientos puedan provocar un nuevo éxodo.

De acuerdo con la Organización Internacional para Migración (OIM), dos mil personas procedentes de Libia, principalmente inmigrantes africanos y personas en busca de asilo, han desembarcado en Lampedusa en los últimos 10 días, ayer, escenario de tragedia.

El incidente en la isla italiana aporta un sombrío ejemplo de los riesgos que corren personas desesperadas que pueden pagar hasta mil 427 dólares por un hueco en uno de los abarrotados barcos de pesca que llevan a refugiados e inmigrantes de África a Europa.