Miércoles, 31 de Diciembre 2025
Internacional | El mandatario busca frenar la recesión económica

Morsi anuncia reajuste ministerial ante la crisis

Tras el triunfo en el referéndum constitucional, el mandatario busca frenar la recesión económica

Por: AFP

EL CAIRO, EGIPTO (27/DIC/2012).- El presidente islamista Mohamed Morsi saludó la adopción por referéndum de una Constitución en el centro de una viva polémica política en Egipto y anunció un próximo reajuste gubernamental para responder a la grave crisis económica que afecta al país.

“Voy a desplegar todos mis esfuerzos para apoyar la economía egipcia, que  enfrenta enormes desafíos aunque también grandes posibilidades de crecimiento”.

Agregó que está en contacto con el primer ministro Hicham Qandil “para  proceder a los reajustes ministeriales necesarios”, sin dar precisiones sobre una fecha y los ministerios involucrados.

Mursi saludó la adopción del proyecto de Constitución sometido a referéndum  los días 15 y 22 de diciembre, del que firmó un poco antes el decreto de  aplicación. El texto “es el alba del nuevo Egipto”.

También reiteró su oferta de diálogo a la oposición, que considera es solo de fachada.

Morsi ganó su apuesta de sacar adelante su proyecto de Constitución con una  mayoría cómoda, pero la agravación de la crisis económica, la movilización de  la oposición y las inquietudes internacionales pondrán a prueba su poder.

Los resultados oficiales proclamados el martes  dieron la victoria al “sí” con 63.8% de los votos, una mayoría confortable  ensombrecida por una débil participación (32.9% de los 52 millones de electores  inscritos).  

El bando presidencial estima que esta nueva ley fundamental permitirá estabilizar un país sumido en una transición caótica desde la caída de Hosni Mubarak en febrero de 2011.

El primer ministro, Hisham Qandil, aseguró que no había un “vencido” y que esta Constitución sería la de “todos los egipcios”, a pesar de las semanas de manifestaciones que, en ocasiones, dieron lugar a una violencia mortal entre  ambos bandos.  

La oposición laica, que critica que esta Constitución abre la vía a una  islamización creciente de la legislación y que ofrece pocas garantías para algunas libertades, reafirmó que continuará pidiendo la invalidación de la  votación, salpicada, según ellos, de fraudes e irregularidades.  

Fragmentada y casi inaudible desde la elección en junio de Morsi, candidato de los Hermanos Musulmanes, la oposición prometió consolidar la unidad y la recuperación de su espíritu combativo, aparecidos estas últimas semanas.  

Las legislativas previstas en dos meses para renovar la Cámara de los  Diputados, disuelta en junio, podrían servir como una primera prueba.  

A la espera de estas elecciones, la adopción de la Constitución debe traducirse en la transferencia al Senado (Cámara alta todavía activa y dominada  por los islamistas) de todo el poder legislativo, controlado, hasta el momento,  por Mursi.  

CLAVES
Falta legitimidad


1.- Si bien el presidente Mohamed Morsi y su partido, Hermanos Musulmanes, consolidaron su presencia en el Gobierno a partir de los renovados bríos que supone la nueva Constitución, todavía deben dar respuestas a los reclamos pendientes que nacieron de la primavera árabe, entre 2010 y 2012, y que terminaron con la destitución del legendario Hosni Mubarak.

2.- La carta fundacional del nuevo Egipto tiene plomo en las alas y, previsiblemente, tensará la convivencia nacional y agravará la inestabilidad de los últimos meses, pues no está claro cuál será el modelo de recuperación de la agónica economía y qué es lo que permitirá la reconstrucción de las instituciones egipcias.

3.- La terquedad de Morsi y sus correligionarios por construir un país a su semejanza ha alumbrado un texto que, en vez de elaborarse con el máximo acuerdo político y social, fue aprobado contrarreloj por una Asamblea abrumadoramente islamita, que ignoró a las fuerzas laicas, liberales y musulmanas moderadas mientras el presidente se arrogaba poderes dictatoriales.

4.- El Egipto que marcha hacia un modelo islámico, en el que se funden el poder político y el religioso, opera sobre un proceso de transición frágil y su clandestinidad durante décadas de represión le dificulta la comprensión del pluralismo democrático, tal como ha quedado expresado en el voto de la Asamblea. (El País/Agencias)

Temas

Recibe las últimas noticias en tu e-mail

Todo lo que necesitas saber para comenzar tu día

Registrarse implica aceptar los Términos y Condiciones