Lunes, 27 de Octubre 2025
Internacional | Chile vota hoy

La derecha es favorita, pero habría segunda vuelta

Concertación Democrática, el partido que gobierna al país andino desde el fin de la dictadura de Pinochet, peligra en el poder

Por: AFP

SANTIAGO, CHILE.- El próximo domingo Chile elegirá a su quinto presidente desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet.

El empresario derechista de la Alianza por el Cambio, Sebastián Piñera es ligero el favorito, aunque su posible triunfo no lograría evitar la segunda vuelta.

Unos 8.3 millones de chilenos están inscritos para elegir al sucesor de la presidenta Michelle Bachelet, en unas elecciones en que también se renueva la totalidad de la Cámara de Diputados, de 120 miembros, y 20 de los 38 escaños del Senado.

De acuerdo con la última proyección electoral, Piñera, un multimillonario empresario de 60 años, obtendría 44%; el oficialista Eduardo Frei sería segundo, con 31% y el independiente de izquierda, Marco Enríquez, con 17 por ciento. El comunista Jorge Arrate obtendría siete por ciento.

De darse ese resultado y debido a que no obtendría más de la mitad de los votos, Piñera y su rival más cercano irían a una segunda vuelta a realizarse el próximo 17 de enero.

Quien le sigue en las preferencias es Eduardo Frei, un ex presidente (1994-2000) que representa a la coalición de centro izquierda Concertación, que gobierna Chile desde 1990 tras el fin de la dictadura de Pinochet.

La proyección del prestigioso Centro de Estudios de la Realidad Contemporánea (CERC), calcula que Piñera tendrá 49% de votos frente a 32% de Frei, aunque analistas remarcan lo difícil que es prever este escenario antes de la primera vuelta.

“Puesto que el triunfo en primera vuelta está virtualmente descartado, cualquiera que sea el escenario que enfrente Piñera será desafiante. La centro derecha nunca ha sabido librar una campaña competitiva en segunda vuelta”, recordó el politólogo Héctor Soto.

“Sea mayor o menor de 10 puntos la diferencia que lo separe de Frei, Piñera se la va a tener que jugar en serio. Será otra campaña”, agregó Soto.

Un punto de ventaja que tiene Frei es el apoyo del comunista Jorge Arrate, un economista y ex ministro de Salvador Allende, que se comprometió a apoyar una alianza con el oficialismo para evitar el triunfo de la derecha.

El independiente Marco Enríquez, disidente del oficialismo e hijo de un guerrillero abatido por la dictadura de Pinochet en 1974, se ha negado a adherir a ese pacto y dice que es el único que puede derrotar a Piñera.

“Si lo que convoca a mis contendores es derrotar a Piñera, yo los convoco a que se sumen a mi candidatura, que es lo única capaz de ganarle”.

Sus dichos no son descabellados, según la CERC, de los tres candidatos es el que mejor posibilidad tendría ante Piñera en una segunda vuelta.

Pero si la tendencia de las encuestas se mantiene y Enríquez es tercero, su caudal puede  ser decisivo para inclinar la balanza hacia Frei o Piñera.

Mientras Piñera plantea poner más énfasis en el sector privado para promover el empleo y el crecimiento económico, Frei ha enfatizado el papel del Estado y una continuidad de las políticas de Michelle Bachelet.

El independiente de izquierda progresista Marco Enríquez-Ominami quiere una mayor participación del Estado en temas de salud, educación, transportes y seguridad social.
La jornada inicia a las 7:00 horas de Chile y culmina a las cuatro de la tarde. Los cómputos oficiales, con un alto porcentaje de las mesas escrutadas, se conocer÷an por la noche.

Michelle Bachelet dejará el Palacio de la Moneda con una simpatía de 80%

El Gobierno de Michelle Bachelet estuvo obligado a remontar un sinnúmero de dificultades, navegando muchas veces en el descrédito, hasta que el buen manejo de la macroeconomía en tiempos de crisis dejó a la presidenta de Chile con una popularidad semejante a la de su antecesor, Ricardo Lagos.

A Bachelet le explotaron durante los primeros meses de su gestión dos crisis casi paralelas. La de los estudiantes, que reclamaban una nueva ley de Educación lo más lejos posible de la que había plasmado la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), y la del sistema de transporte de la capital, Santiago, y el área metropolitana, El Transantiago.

La puesta en marcha del nuevo sistema de transportes a comienzos de 2007 llegó a provocar en Chile una crisis social. Incluso llegó a forzar cambios de ministros y reestructuración de políticas, debido a la abrupta caída en las encuestas de la imagen presidencial. Por aquellos días, Bachelet se defendía con una autocrítica y aduciendo que el Transantiago “fue un proyecto heredado” a su Gobierno —lo que a todas luces era una verdad—.

En días recientes el secretario general de la presidencia, José Antonio Viera-Gallo, reconoció que una de las grandes fallas de la administración Bachelet fue “haber iniciado precipitadamente el sistema Transantiago”.

A partir de entonces, el aumento de los precios del cobre y el prolijo manejo de la economía, junto a su habitual imagen de la mujer media chilena, fueron llevando a la presidenta a recuperar su gestión y su imagen ante la sociedad.

Bachelet no sólo quedará en los anales como la primera mujer en gobernar el país, sino por el manejo y el aplomo que demostró en uno de los momentos esperados y cruciales de la historia del país: el fallecimiento del dictador Pinochet el 10 de diciembre de 2006.

Hija de un militar democrático, que murió a causa de las heridas recibidas en las cámaras de torturas del régimen, Bachelet supo despojarse de todo tipo de sentimientos encontrados para aparecer como lo que es: la presidenta de todos los chilenos.

En estos días, cuando inicia la recta final de su mandato, que concluye el próximo 11 de marzo, Bachelet ostenta una popularidad de 80%, en gran parte gracias al manejo económico en tiempos de crisis global.

Esa crisis que provocará seguramente este año una caída del PIB del 1.5% y con una proyección de crecimiento de hasta 2% para el 2010, pero con una inflación que oscilaría en 1.9% al concluir el año, según cifras del banco Central y las consultoras más serias.

Entre las deudas del Gobierno se quedan como en otras administraciones, la reforma política y la reforma del sistema de salud. Según Viera Gallo, “es en el marco de los cambios políticos donde hemos tenido menos éxitos”.

“No hemos podido pasar por el Congreso la reforma del sistema electoral, las leyes de control del gasto electoral y la de partidos políticos junto a la cuota de candidaturas para mujeres”, admitió el funcionario, para quien la ruptura en el seno de la Concertación Democrática, el partido de la presidenta, y el alejamiento de varios legisladores hacia otras alternativas políticas, como el desprendimiento que encabezó el hoy candidato Marco Enríquez-Ominami, terminaron perjudicando los planes del Gobierno.

Bachelet se va con una imagen y un respaldo más que considerable, que no pudo transmitir en ningún momento al candidato de la Concertación a la presidencia, Eduardo Frei.

Y es que el final de la Concertación Democrática, que detenta el poder en Chile desde el final de la dictadura pinochetista, se viene gestando desde hace tiempos. Casi desde el mismo momento en que Michel Bachelet, transformada entonces en un fenómeno electoral, llegaba a la Presidencia.

Ahora, Bachelet está llamada a ser recordada, además de como la primer mujer en ocupar la Presidencia chilena, por la forma en que su gobierno logró superar instancias más que difíciles, porque, como ella dijo ayer: “El país ha podido ir haciendo luz sobre este oscuro período de nuestra historia, eso nos ha permitido que podamos ir avanzando en muchos casos”. Y ella avanzó.

Bachelet no sólo será recordada por ser la primera mujer en gobernar Chile, sino por el aplomo que demostró durante el fallecimiento de Augusto Pinochet

El abandono de varios legisladores oficialistas hacia otras alternativas políticas, impidió que las simpatías de Bachelet  se transmitieran al candidato Eduardo Frei

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