Martes, 30 de Abril 2024
Internacional | Detalla el dolor vivido tras los asesinatos de sus dos hermanos en los años 60

Kennedy detalla su vida y carrera en sus memorias

El senador trabajó en su autobiógrafa durante los últimos dos años, con la ayuda de unos cuadernos de notas

Por: EL INFORMADOR

WASHINGTON, E.U.- En sus esperadas memorias póstumas, publicadas en Estados Unidos, Edward Kennedy detalla el dolor vivido tras los asesinatos de sus dos hermanos en los años 60, su lenta consolidación política en el Senado y sus recuerdos sobre un incidente que marcará para siempre su carrera política y pesará en su conciencia por el resto de su vida: la muerte de una mujer de 28 años en un accidente de tráfico en 1969, ahogada en un coche que el joven Kennedy conducía después de una fiesta en una isla de Massachusetts.

El senador trabajó en su autobiógrafa durante los últimos dos años, con la ayuda de unos cuadernos de notas que había elaborado durante más de medio siglo. Comenzó a escribirla antes de que le diagnosticaran un tumor cerebral maligno en mayo de 2008. La última versión esperaba sus correcciones cuando murió, el pasado 25 de agosto, a los 77 años de edad. Las agencias de información aseguran que la editorial Twelve ha pagado casi seis millones de euros por el volumen, titulado “True Compass”, una expresión en inglés que significa “Brújula verdadera”.

De entre todas sus páginas, las más esperadas eran las que narran los hechos acaecidos inmediatamente después de aquel oscuro accidente en la isla de Chappaquiddick. Había sufrido pérdidas repentinas y violentas en muchas ocasiones, escribió el senador, pero aquella vez fue distinta. Aquella noche yo era responsable.
El joven Kennedy acudió a una fiesta con trabajadores de la campaña electoral de su hermano Robert, asesinado a tiros en Los Ángeles un año antes. Pasadas las 11 de la noche, abandonó la fiesta con la joven asistente Mary Joe Kopechne. De camino a un ferry que les deba transportar a ambos a otra isla cercana, su coche se salió de un puente. “Caí al agua y quedé boca abajo”. Kennedy avisó inmediatamente a unos amigos suyos y trató de rescatar a Kopechne infructuosamente. No vio el cuerpo y se convenció a sí mismo de que la joven había escapado y había huido. Nadó hasta la otra isla en la que se alojaba y no avisó a la Policía.

A la mañana siguiente dos pescadores divisaron el coche y un buzo encontró el cadáver, que estuvo sumergido durante más de siete horas. Estaba asustado. Estaba apabullado.

Tomé decisiones terribles. Aunque estaba aturdido por la conmoción, el cansancio, el susto y el pánico, tenía el suficiente raciocinio para saber que el accidente sería devastador para mi familia, escribió en el libro publicado ayer. Además, Kennedy estaba casado y tema que los tabloides le relacionaran sentimentalmente con Kopechne.

Finalmente admitió el accidente y se sometió a una investigación, tras la que pagó una compensación a la familia de la fallecida. “He tenido que vivir con esa culpa durante 40 años. Pero mi carga no es nada comparada con la pérdida (de la joven Kopechne) y el sufrimiento que su familia ha tenido que soportar”, según admite el senador en las memorias.

Ese incidente frustró, en gran parte, su campaña de primarias contra Jimmy Carter en 1980. Pero no le impidió consolidarse como el llamado “León progresista” del Senado.

El senador también explicó en detalle su apoyo al presidente Barack Obama en las primarias demócratas el año pasado, que jugó un importante papel en el triunfo del candidato en esos comicios y finalmente en las presidenciales.

Después de su muerte, muchos medios se preguntan quién portará ahora la antorcha de la saga familiar de los Kennedy. El senador lo aclara en el prólogo: Con Obama el trabajo comienza de nuevo. Sabedor de que su final estaba cercano, en el libro le pidió a la nación una última gracia, la de cumplir el que fue su sueño político durante décadas: asistencia sanitaria asequible como un derecho básico para todos los estadounidenses.

Kennedy falleció tras una batalla de más de un año contra el cáncer cerebral y quedó enterrado en el cementerio de Arlington cuatro días más tarde en una ceremonia en la que Obama lo calificó: “El más grande legislador de nuestros tiempos”.

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