Martes, 21 de Octubre 2025
Internacional | Abdel Fatah Al Sisi y Hamdin Sabahi se disputan el liderazgo del país

Egipto puede cerrar su revolución aupando a otro militar a la presidencia

Abdel Fatah Al Sisi y Hamdin Sabahi se disputan el liderazgo del país en unas elecciones que muchos islamistas y jóvenes revolucionarios han decidido boicotear con su abstención.

Por: EL INFORMADOR

Casillas electorales. Los jóvenes creen que Egipto se precipita a su pasado. ESPECIAL /

Casillas electorales. Los jóvenes creen que Egipto se precipita a su pasado. ESPECIAL /

EL CAIRO, EGIPTO (27/MAY/2014).- Cerca de 54 millones de egipcios con derecho a votar, más de 25.000 colegios electorales abiertos durante dos días, casi 20.000 supervisores entre civiles y jueces, 182.000 soldados desplegados más 50.000 policías velando por la seguridad. Dos candidatos: Abdel Fatah Al Sisi y Hamdin Sabahi. Y al final el premio: la presidencia.

Es curioso como todas las elecciones dependen y se resumen de unos pocos datos. Y más que sea precisamente una cifra la que pueda imponer una seguridad de acción o mantenga en vilo el futuro de un país.

En el caso de Egipto, cuando mucho se tendrían que torcer las cosas para el ex mariscal de campo Abdel Fatah Al Sisi no ganara las elecciones que se celebran este lunes y martes, su ‘enemigo’ se resume en una cifra: la de una abstención compuesta por una mayoría de islamistas y personas defraudadas –entre ellas decenas de jóvenes revolucionarios protagonistas de los levantamientos del 25 de enero y el 30 de junio que hoy se encuentran arrestados- que podían poner en aprietos al flamante ganador a la hora de tomar decisiones gubernamentales.

No se conocerán los resultados oficiales hasta más tardar el próximo 5 de junio, fecha en la que el actual gabinete transitorio abandonará sus funciones para dejar paso al del nuevo presidente electo.

Primero la seguridad


El ambiente en los colegios, en las calles, o el de los coches al pasar parecía el preludio de una larga fiesta de bodas árabe, aquellas en las que todos se reúnen para hacer acto de presencia en un final que ya se conoce, en este caso, el de un Al Sisi aupado a la silla presidencial salvo sorpresa de última hora.

“Él nos rescató de la democracia corrupta en que habían transformado los Hermanos Musulmanes la revolución egipcia”, explicaba a las puertas de uno de los colegios de Nasr City, en El Cairo, Rafaa de 45 años. “Lo que hizo Al Sisi es muy valiente, él miró al resto del pueblo y a sus deseos. Y ahora, aunque él dijo que no se presentaría, es el pueblo que le ha pedido que se presente y ha accedido. Creo que es el hombre adecuado porque ya ha trabajado en las instituciones del pueblo, conoce la situación en la que nos encontramos, y no se ha limitado a hacer promesas ilusorias. Por ello es muy diferente a Sabahi y al resto de presidentes que hemos tenido”, asegura.

Ante todo destacan de la figura del ex militar “su capacidad para devolvernos la seguridad, un trabajo que sólo él está capacitado para hacer porque conoce el poder por dentro y las fuerzas armadas, y ya ha luchado contra el terrorismo”, asegura Shereen, de 81 años, desde el barrio de Maadi. “El Sinaí estaba descontrolado de terroristas y ahora se ha conseguido restringir mucho. Si conseguimos estabilizar el país, lo demás, la economía, la justicia social, vendrán después”.

¿Sabahi, el líder civil o la abstención?

Los que tenían claro que no iban a votar a Al Sisi se dividen principalmente entre islamistas seguidores de los HHMM o jóvenes revolucionarios que creen que Egipto se precipita a su pasado. “Con Morsi tuvimos una dictadura religiosa que consiguió robar la seguridad del pueblo y dividir a los ciudadanos. Cuando ese pueblo, de diferentes tendencias e ideas, salió en bloque a derrocarlo volvió a demandar justicia social, seguridad, libertad. Al Sisi, que estaba en el gobierno de Morsi, vio la oportunidad perfecta”, analiza Ali Fathy, estudiante de Filología Hispánica.

“Ha prometido devolver la seguridad, pero ¿dónde está la democracia, la libertad y la participación política? Esto no existe cuando encarcelas a todos aquellos que se oponen a ti, cuando los tachas de islamistas cuando son los mismos en los que te aupaste para llegar donde estás pero ahora no convienen”, comenta este estudiante.

“Por todo ello yo hoy no voto”, afirma. “No creo que mi voto sea efectivo. Simplemente se prefiere la seguridad de la dictadura y la represión a la democracia y la justicia social que llevan la verdadera seguridad a este país. Yo no quiero participar en un sistema así”, puntualiza Ali.

De forma parecida razona Ahmed El Rashedy, de 21 años: “A mí me gustaba mucho Hamdin hace un año, pero participando en unas elecciones que no tienen una igualdad, donde todo el día desde los medios te atiborran de canciones a favor del ejército y con mensajes apoyando a Al Sisi lo único que hace es dar legitimidad a un proceso desigual”.

“Pero si no votas, ¿luego de qué te quejas?”, contesta Ahmed Talaat, también de 21 años. “Yo he votado a Hamdin Sabahi porque ha sido valiente al enfrentarse a alguien que casi lo tiene hecho. Él tiene un programa que me convence. No habla solo de seguridad, sino de trabajo para los jóvenes, de los problemas de electricidad, de la pobreza. Si no votas no solucionas nada y dejas solo a Al Sisi que solo repite en los medios que el pueblo es su luz, pero no da soluciones a nada”.

EL DATO
Los contendientes


Los ciudadanos egipcios deberán elegir entre el ex jefe del Ejército y gran favorito, Abdel Fatah al Sisi, y su único rival, el izquierdista Hamdin Sabahi.

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