WASHINGTON, ESTADOS UNIDOS (22/SEP/2016).- Los asesores de Donald Trump lo han exhortado a que se mantenga tranquilo durante el debate presidencial de la próxima semana y resista los intentos de Hillary Clinton de provocarlo con preguntas sobre documentación el historial de sus empresas, de su salud o por sus polémicos comentarios sobre las minorías.El enfoque pone de relieve la preocupación de su oficina de campaña de que muchos estadounidenses todavía no creen que el candidato republicano tenga el temperamento para ser presidente, lo cual podría ser la diferencia en una contienda cerrada con Clinton."No puede permitir que Hillary lo saque de quicio", indicó Newt Gingrich, ex presidente de la Cámara de Representantes y asesor de Trump.Gingrich es parte de una rotación de políticos y expertos en política que viajan con Trump en su avión privado para prepararlo para el debate, según republicanos con conocimiento de los preparativos. Entre quienes viajan se encuentran el teniente general retirado Mike Flynn, que asesora a Trump en materia de seguridad nacional, y el economista Peter Navarro. El gobernador de New Jersey Chris Christie, quien es un leal partidario de Trump, ha estado ayudando en asuntos como la relación del gobierno federal con los estados.Trump ha evitado los debates simulados que utilizan tradicionalmente los candidatos para prepararse para tales eventos de mucha presión y no ha elegido a nadie para que interprete a Clinton en sus sesiones de preparación. Pero sus asistentes afirman que estudia material informativo escrito sobre asuntos nacionales e internacionales y también revisa temas con asesores."Es un candidato formidable, bien preparado, con un equipo formidable y bien preparado", agregó Navarro, un profesor en la Universidad de California campus Irvine.Algunos asistentes de Trump están más preocupados respecto a la disposición de Trump sobre el escenario de debate que sobre su dominio de asuntos, según republicanos que insistieron en no ser identificados ya que no están autorizados a hablar públicamente sobre las preparaciones privadas para el debate.En particular, los asesores de Trump tratan que armarlo de valor ante la probabilidad de que Clinton intente provocar su ira por televisión en vivo frente a una audiencia que ambas oficinas de campaña esperan que rompa récord.El candidato republicano por mucho tiempo ha atacado verbalmente a sus críticos de una manera profundamente personal, en especial después que ha percibido una ofensa. Clinton ha expuesto ese hábito como evidencia de que Trump es demasiado susceptible para que se le confíen armas nucleares y otras decisiones de vida o muerte que pasan por la oficina de un presidente.