Era la definición popular de las abuelitas para señalar a los hombres de edad avanzada atraídos por jovencitas que al verlas pasar les lanzaban toda clase de insinuaciones. Los expertos en el análisis de estos comportamientos erráticos la identifican como hebefilia.En la actualidad se conocen y se padecen más estas prácticas que siempre han existido en hombres de cualquier edad y con tendencias abusivas que rebasan las palabras, atentan contra la integridad física y en muchos casos provocan la muerte. Los acosadores están por todos lados justificando estas acciones en sus puestos de trabajo, al lado de mujeres que los escogieron como pareja sentimental o inmersos en la superioridad que les permite un buen nivel socioeconómico.Las acciones sexuales abusivas no solo es la violación física son también los manoseos, las miradas libidinosas y los comentarios lascivos y fuera de lugar.Se calcula que el 86% de los abusadores sexuales son varones, el 68% de ellos abusan a niñas y el 32% restante a varones según la investigación de la psicóloga argentina María Cecilia López. Las publicaciones de esta investigadora definen muy bien a los potenciales abusadores que agrupan una población con características muy similares en cuanto a la actividad delictiva, personalidad y estilo de vida. Estos abusadores son también acosadores.El pasado domingo EL INFORMADOR publicó que la zona de Miravalle en Guadalajara representa un foco rojo de acoso en el transporte público según datos del Instituto Municipal de las Mujeres. Se trata de una pequeña pero significativa muestra que permite la posibilidad de hablar del tema, enfrentarlo y tomar acciones preventivas que ayuden a tratar el problema con orígenes muchas veces insospechados.Este tipo de abuso —el acoso— y quienes lo practican no se pueden justificar como enfermos mentales porque tienen conciencia de lo que hacen, conocen bien sus actos. No son impulsos ni arrebatos.La especialista argentina identifica al menos 30 características de estos sujetos: tienen doble personalidad, socialmente son excelentes esposos y padres, suelen ser mentirosos, egocéntricos, presentan baja tolerancia a la frustración, no soportan las leyes sociales, aparentemente las acatan pero no es así, tienen delirio de superioridad, son manipuladores y en la gran mayoría de las ocasiones gozan viendo sufrir al otro.Cuántos acosadores enfrentan a diario mujeres de manera directa en las calles o indirectamente con aquellos hombres que a través de bromas o supuestos piropos disfrazan cobardemente el acoso haciéndolo ver una situación normal y aceptada en el ambiente social y laboral.La realidad de lo que ocurre en Miravalle o en cualquier lugar, sería menos cruel si el sector público y privado, escuelas, centros de trabajo, empezaran a trabajar en protocolos internos en contra del acoso sexual, con mecanismos de denuncia funcionales, pero lástima, para muchos aún cuesta reconocer(se) un viejo libidinoso o “rabo verde”.
